El Alpha Magnetic Spectrometer, instalado y listo para empezar su tarea científica.
"Muchas gracias por este gran viaje y la entrega del AMS a la estación espacial. Vuestro apoyo y fantástico trabajo nos han llevado un paso más cerca de hacer realidad el potencial científico del AMS. Con su ayuda, y para los próximos 20 años nos proporcionará una mejor comprensión del origen del Universo"
Con estas palabras, transmitidas por radio a los tripulantes del Endeavour, el Dr. Samuel Ting celebrava el final de un largo camino, el de un proyecto que empezo su andadura hace 20 años y que ahora, finalmente, se encuentra en el mejor lugar posible, más alla de la atmósfera terrestre y con todo el espacio ante si. Por delante un mínimo de 10 años de actividad (pues no regresará a La Tierra y desaparecerá junto con la ISS cuando esta llegue al final de su vida activa, previsto para 2020) en que explorará las facetas ocultas del Cosmos.
Asi, desde la ISS, estudiará los Rayos Cósmicos que llegan hasta la Tierra desde las profundidades del espacio, con el objetivo de entender tanto la naturaleza última de estas partículas tan energéticas como la forma en que nacen y su origen. Igualmente buscará señales de de Antimateria en dichas partículas y evidencias de la existencia de la Materia Oscura, y en última instancia, aunque la posibilidad es extremadamente baja, del atomos de Anti-Helio, nacidos del propio Big Bang.
Acoplado ya al exterior de la ISS y listo para empezar su larga tarea, tan esperada por tantos y tantos científicos, el AMS (en realidad el AMS-02, pues un primer prototipo, el AMS-01, ya viajó al espacio en 1998 a bordo del Discovery, logrando grandes resultados a pesar de una estancia en órbita de apenas unos días) promete revolucionar nuestros conocimientos, tanto del Cosmos como del mundo de las partículas subatómicas: "El objetivo más emocionante del AMS es estudiar lo desconocido, buscar fenómenos que existen en la naturaleza pero que todavía no hemos sido capaces de imaginar, o que no teníamos forma de detectar", concluye Ting.
Y es que desde su nuevo hogar, más alla de las nubes, este ingenio se prepara para mirar directamente hacia los secretos de un Universo que nos sigue siendo tan desconocido.
Una representación de la ISS con el AMS instalado, que puede verse en el lado Izquierdo de la imagen, como un curioso cilindro blanco acoplado a la blanca "columna" central de la estación. Desde esta posición recibirá el impacto de centenares o miles de partículas cargadas por minuto, siendo su misión detectar las máximas posibles y sacar a la luz su naturaleza y propiedades.
AMS Now Attached to the Space Station, Ready to Observe the Invisible Universe
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