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domingo, diciembre 06, 2020

El gran triunfo de la JAXA

La cápsula de la Hayabusa 2 aterriza en Australia.

Misión cumplida. Siguiendo con precisión el horario previsto y cumpliendo todos los pasos programados, entró en la atmósfera terrestre, aguantando los varios miles de grados Centígrados fruto de la fricción atmosférica, desplego su paracaídas y se posó suavemente en el desierto australiano, para ser recuperada horas después aparentemente en buenas condiciones. Ahora solo queda esperar el análisis del contenido para certificar el éxito total de la misión, pero todo apunta al optimismo.

Mientras eso ocurría la Hayabusa 2 para esquivar a nuestro planeta y evitar el mismo destino que su predecesora, iniciando su largo camino hacia un nuevo objetivo. Por delante un viaje de larga duración a través del Sistema Solar, nada menos que 11 años. Tendremos que tener mucha paciencia, y siendo como es una misión "extra", una extensión para aprovechar una sonda que sigue plenamente activa, quizás ya no hablaremos mucho de ella. Solo queda desearle buen viaje.

En la Tierra queda ahora su mayor legado, quizás no más que unos gramos de materia del Ryugu, pero que serán analizados en profundidad en laboratorios de Japón y los EEUU, con el objetivo de desentrañar nuevos conocimientos sobre los asteroides carbonosos, que se cree que fueron la materia prima de los planetas y pueden contener los componentes químicos de la vida. Y aunque en comparación a los 2 kilogramos que se espera entregue la OSIRIS-Rex en 2023 lo logrado por la Hayabusa 2 puede parecer poco, lo cierto es que es un salto enorme en la carrera espacial japonesa. Y, a fin y al cabo, su legado ya está con nosotros, mientras que la de la sonda norteamericana aún está a 3 años de su llegada.

Solo queda felicitar a la JAXA, que mostraron capacidad de aprender de los fallos de la primera Hayabusa y dar un salto adelante impresionante. Y el futuro promete aún logros mayores, como la sonda que quiere explorar y traer muestras de las lunas de Marte.

La entrada de la cápsula de la Hayabusa 2 en la atmósfera, poniendo final a 6 largos años de viaje.

Su posterior recuperación.

Los eventos al completo.

domingo, noviembre 29, 2020

Hayabusa 2 a las puertas de casa

Captando la aproximación de esta sonda japonesa a la Tierra.

El próximo 6 de Diciembre asistiremos al final de una odisea extraordinaria, el viaje de ida y vuelta de la Hayabusa 2 después de lograr completar su compleja misión en el asteroide Ryugu y recolectar valiosas muestras de ese cuerpo celeste para su profundo análisis en laboratorios terrestres. Ese día la cápsula que las contiene entrará en la atmósfera terrestre y deberá aterrizar en el desierto australiano para su posterior recuperación.

No es sencillo captar una sonda desde telescopios terrestres, ya que no dejan de ser cuerpos muy pequeños perdidos en la inmensidad del espacio, pero no imposible si se sabe donde mirar. Y eso es precisamente lo que hizo el telescopio japonés Subaru, instalado en Hawai, que aprovechó el tiempo disponible entre dos observaciones astronómicas ya programadas (este tipo de instalaciones suelen tener una agenda muy cargada con peticiones de todo el planeta) para buscar y captar a la Hayabusa 2 este pasado 20 de Noviembre a la sonda en su camino de aproximación a la Tierra

La Hayabusa 2 sigue los pasos de su predecesora, la primera Hayabusa, que tuvo un viaje mucho más accidentado y cuyo regreso a casa fue casi milagroso, fruto del esfuerzo incansable de su equipo en tierra, que no dejé de superar desafíos y obstáculos de todo tipo con un tesón encomiable. Su sucesora, que aprendió de los errores pasados, vivió un viaje mucho más tranquilo, y además tendrá una vida extra, ya que en lugar de incinerarse en la atmósfera, muriendo en forma de brillante meteoro, maniobrará para esquivar nuestro planeta y sobrevivir para afrontar un nuevo destino.

Llega el gran momento del regreso.

Una réplica de la cápsula de muestra de la primera Hayabusa. La que enviará la Hayabusa 2 es aproximadamente del mismo tamaño.

El telescopio Subaru, en la cima de Mauna Kea, en Hawai.

domingo, octubre 04, 2020

Cuando una sonda se mira a sí misma

Tianwen 1 se hace un "autorretrato".

Hacerse una foto de si mismo. Llámese autorretrato, como toda la vida, o "selfie", como se está poniendo de moda por influencia de los medios audiovisuales del mundo anglosajón. Básicamente se trata de hacerse una foto de uno mismo, costumbre que ya llegó hace tiempo al campo de la exploración interplanetaria, aunque con mayor justificación: Es una notable ayuda para los técnicos de misión, que pueden así ver si todo está en el lugar que corresponde, desplegado adecuadamente o si existe algún elemento dañado que hubiera pasado por algo. Y también ayuda a dar publicidad a la misión, lo que en estos tiempos siempre resulta interesante.

Lo habíamos visto ya en sondas/vehículos de la NASA, con los rovers marcianos, así como en japoneses, maestros en estas artes, así que era cuestión de tiempo que la nueva potencia espacial, China, siempre siguiendo de forma acelerada sus pasos y con metas cada vez más ambiciosas, quisiera hacer lo mismo. Y así fue. La Tianwen 1, actualmente rumbo al planeta rojo, mostró que también son capaces de lograrlo, enviándose fotos de ella misma en planeta ruta, en ese momento a unos 24 millones de kilómetros de la Tierra. En este caso el objetivo propagandísticos es evidente, pero no por ello resulta menos destacable.

"Y como la han hecho?" Esta pregunta la puede realizar cualquiera un poco ajeno a este mundillo, y es entendible y lógica. La respuesta es que igual forma como lo hicieron sondas niponas como Ikaros o Hayabusa 2, con un pequeño modulo dotado de cámaras, expulsada al espacio por la Tianwen 1, y que aprovecho esos fugaces momentos para tomar todas las imágenes posibles y transmitirlas a la sonda (y de ahí a la Tierra) antes de alejarse definitivamente. En este caso un pequeño cubo de 40x26 centímetros, dotado de los cámaras de gran angular en cada extremo, y que tomo una serie de imágenes, una por segundo, mientras daba giros sin control, esperando captar (como así fue) la sonda en una de ellas. 

En esto las japonesas siguen siendo mejores. De momento. Seguro que pronto, también en esto, los chinos nos asombrarán con los autorretratos de sus misiones interplanetarias.

La Tianwen 1 en la distancia. Aún puede verse la roja bandera del país. La idea es que destacara claramente. Y es que nada es casualidad cuando hablamos de China.

El pequeño módulo, dotado de dos cámaras de gran angular, visto desde la Tianwen 1 cuando fue expulsado de ella por un sistema de muelles. Vemos como gira de forma caótica (aunque no de forma tan acelerada en la realidad) y que hizo fotografías panorámicas, una por segundo, para que la sonda saliera en algún momento.

La vela solar japonesa Ikaros, que se hizo una serie de autorretratos mediante un módulo expulsado al espacio, tal como hizo ahora la sonda china. En este caso se observa que la cámara si mantiene a la Ikaros enfocada.


jueves, septiembre 17, 2020

Más allá del final

Establecido el futuro nuevo objetivo de la Hayabusa 2.

El 13 de Junio de 2010 la sonda japonesa Hayabusa llegaba a su espectacular final, incinerándose en la atmósfera no sin antes lanzar una cápsula con las muestras recogidas del asteroide Itokawa para su posterior recuperación. Fue el triunfante final de una misión llena de problemas, que pareció perdida en más de una ocasión, pero que la tenacidad de su equipo humana le permitió ir superando barreras aparentemente insuperables. Su mayor éxito fue ser capaz de regresar y tener un luminoso final.

La Hayabusa 2 nació como heredera, aplicando en ella todas las lecciones aprendidas de su predecesora, ampliando sus capacidades y llegando más allá y mejor, en este caso para explorar el asteroide Ruygu. Y hasta ahora así esta siendo, encontrándose ahora mismo en camino de regreso a la Tierra en un viaje que, en comparación a la de la primera Hayabusa, está siendo placido y sin problemas. Lo que esta última sufrió allanó el camino para su descendiente. Sus destinos compartidos lo hicieron posible.

El próximo 6 de Diciembre llegará el momento en que lance su cápsula hacia la Tierra, apuntando hacia Australia, y más concretamente en la conocida como el área prohibida de Woomera, el mismo lugar en que lo hizo la de la primera Hayabusa. Y será también el momento en que sus respectivos caminos se separen. Si esta última se precipitó y incineró en la atmósfera, ya que igualmente su estado precario hacia inviable seguir adelante con ella, la Hayabusa 2 tiene un futuro más allá, puesto que modificará su trayectoria para esquivar a nuestro planeta y regresar al espacio profundo.

Se sabía que la JAXA tenía en mente enviarla a una nueva misión. Y ahora ya conocemos su destino, el pequeño asteroide 1998KY26, situado entre las órbitas de la Tierra y Marte y al que llegarán el 2031. De apenas 30 metros de diámetro, pero que con una composición similar a la de Ruygu permitirá tener dos conjuntos de datos que dos cuerpos diferente, que se podrán comparar entre ellos, llevando quizás a nuevos descubrimientos. La historia del segundo halcón peregrino (hayabusa en japonés) aún está lejos de terminar. A diferencia de su desaparecido antepasado, seguirá batiendo sus alas a través del Sistema Solar durante muchos años más.

Así será la llegada y partida de la Hayabusa 2 en su regreso a la Tierra.

1998KY26, situado entre Marte y la Tierra, y futuro objetivo de la Hayabusa 2.

El final de la primera Hayabusa. La 2 tendrá un destino muy diferente.

sábado, febrero 22, 2020

Rompiendo una maldición

Luz verde para la construcción de la sonda MMX.

¿Cómo adquirió Marte sus dos pequeñas lunas? Son antiguos asteroides, capturados por la gravedad marciana en algún momento de su pasado lejano? O quizás son restos del propio planeta, fragmentos expulsados por algún gran impacto que permanecieron en órbita, en lugar de caer de nuevo o perderse en el espacio profundo? Es una pregunta importante, porque en ambos casos representan una increíble oportunidad para los científicos. Si es lo primero, son un ejemplo de como estos cuerpos pudieron llevar agua y materia orgánica a nuestro mundo. Si es lo segundo, representarían cápsulas del tiempo del Marte antiguo, quizás incluso con más potencial que si las buscamos en el actual.

En ambos casos son objetivos de primer orden, hasta ahora eclipsados, quizás de forma injusta, por el propio planeta, y que tuvieron encima la mala suerte de ver como los únicos tres intentos de visitarlas, de la mano de sondas rusas, fracasaban de forma absoluta. La MMX, de la Agencia Espacial Japonesa, busca superar esta maldición con una ambiciosa misión para no solo estudiarlas sino incluso extraer muestras de la mayor de ellas, Fobos, para llevarlas a la Tierra para su análisis. Y recientemente acaba de recibir luz verde para el desarrollo y construcción de su hardware y software, es decir, finalmente deja el plano teórico y abre las puertas al mundo real.

La MMX tiene marcado el año 2024 como fecha de lanzamiento y visitará tanto Fobos como Deimos, siendo esta primera de estas dos lunas la elegida para el aterrizaje, tanto por ser considerada la científicamente mas interesante como por ser más sencillo encontrar un lugar adecuado dado su mayor tamaño. Una vez llegue se posará durante varias horas para recolectar una muestra de al menos 10 gramos y como mínimo a 2 cm por debajo de la superficie. Una vez concluida iniciará su viaje de regreso a casa. Empezará entonces el largo proceso de estudio para encontrar la respuesta definitiva, y con un poco de suerte finalmente quede atrás la maldición que lleva persiguiendo a las lunas de Marte.

El plan previsto de la misión MMX, que buscará aterrizar y extraer muestras de Fobos.

Las sondas soviéticas Fobos 1 y 2 eran un ambicioso programa soviético para explorar esta luna, pero ambas fracasaron. La primera no logró llegar a Marte, y de la se perdió el contacto después de su entrada en órbita. La MMX deberá superar esta maldición.

Rumbo a Marte, pero esta vez con la mirada puesta en sus dos pequeñas lunas.

MMX Mission to proceed to the development phase!

martes, diciembre 31, 2019

Agenda 2020

Así se presenta el panorama espacial para este nuevo año.

2020 llama a nuestra puerta, y con ello llega el momento de mirar en la distancia y destacar los eventos que la exploración espacial nos depara, y que ciertamente no son pocos. Marte regresa a primera plana con una oleada de nuevas sondas orbitales y vehículos de superficie, La Luna recibirá nuevas visitas, Japón vivirá el retorno de Hayabusa 2 y la NASA afronta un momento crítico con el que debería ser el primer vuelo del enorme y problemático SLS, así como el primer vuelo lunar de la Orion, su futura nave tripulada. Por su parte el sector privado también tiene marcado 2020 como fecha crítica, especialmente para Space X, que debe lanzar su propia nave tripulada, la Dragon 2, y cumplir etapas críticas con su ambiciosa Starship, con la que espera tener a La Luna y Marte a su alcance.

En definitiva, un año lleno de noticias. Vamos a resumir las más importantes:

- Chang´e 5: China no pone el freno en su programa lunar, y mientras su misión en la cara oculta sigue en activo, en algún momento de 2020 deberá lanzar la siguiente sonda de esta serie, que tiene como meta principal recoger y traer a la Tierra muestras lunares, así como desplegar toda una serie de instrumentos científicos, incluido un rover de superficie. A su éxito le deberá seguir otras 3, preparando el camino para objetivos aún más ambiciosos.

- Hayabusa 2: La que puede considerase la misión interplanetaria más ambiciosa de Japón, una de las más complejas de la historia y, sin lugar a dudas la que más lejos ha llegado en el estudio de los asteroides alcanzará la vecindad de nuestro planeta, lanzando una cápsula con el material recogido para su posterior recuperación. Posteriormente seguirá su camino, y con unas reservas de combustible que aún son significativas, iniciará el viaje hacia un nuevo asteroide.

- Hope: La exploración del planeta rojo cada vez atrae a más naciones, y en 2020 se unirá un nuevo miembro, los Emiratos Arabes Unidos, que lanzará, con ayuda de Japón, su propia sonda orbital marciana. Si alcanza su objetivo estudiará en profundidad su atmósfera, sus ciclos climáticos y su actividad meteorológica, aunque por evidentemente, siendo el primer intento interplanetario de este país (y del mundo árabe en general) el simple hecho de llegar ya se podrá considerar un éxito.

- XH-1: China mira hacia todos los rincones del Sistema Solar, y Marte está en la lista. En Agosto de 2020 deberá partir su primera misión marciana, que aspira tanto a colocar una sonda en órbita como un rover en la superficie.

- Mars 2020: Y seguimos en el planeta rojo. Este próximo año se abre lo que se llama "ventana de lanzamiento", que significa que tanto nosotros como Marte están en una posición adecuada para realizar un viaje entre ambos mundos, algo que ocurre cada dos años. Y en este caso muchos son los que sacarán provecho de ello. La NASA apunta a lo grande con esta especie de hermano de Curiosity, aunque solo en su aspecto externo, ya que sus objetivos son muy diferentes, con la busca de señales de vida como meta principal. En Julio debería iniciar su viaje.

- Rosalind Franklin: Y Europa también seguirá este camino con su propio vehículo de superficie, la segunda parte de la misión ExoMars, cuya sonda ya se encuentra en órbita desde hace varios años, y que afrontará ahora la etapa más crítica. Si logra aterrizar de una pieza (el recuerdo del fracaso de Schiaparelli sigue ahí) buscará vida, tanto pasada como presente, tomando muestras de hasta 2 metros de profundidad. Es ambicioso en sus objetivos, ya que su contrapartida de la NASA "solo" buscará señales químicas de antigua vida, mientras que la europea intentará detectara directamente si existe.

- Tiangong 3: Los múltiples frentes chinos también apuntan a su propia estación espacial, al estilo de la ISS. El primer módulo, su corazón, debería ser lanzada en 2020, aunque existe la posibilidad de que se retrase a 2021.

 - Orion/Artemis 1: EEUU intenta recuperar su capacidad de enviar astronautas, evitando depender de otros. Por ello el primer vuelo del cohete SLS, así como de la cápsula tripulada Orion, previsto para finales de 2020, se presenta como un momento crítico a todos los niveles. En este primer vuelo, no tripulado, la nave realizará un viaje de ida y vuelta a La Luna, ya que precisamente uno de sus los objetivos es permitir el regreso a nuestro satélite. Por ello se la llama Artemis 1, como se conoce el proyecto de regreso lunar.

- Starship y Dragon 2: Space X tiene sus propios desafíos, siempre ambiciosos. Por un lado su cápsula tripulada deberá realizar el primer viaje a la órbita terrestre, siendo uno de los pilares básicos de EEUU, junto con la Orion, para recuperar su acceso al espacio. Por otro la aún más ambiciosa Starship, con la que Elon Musk espera realizar viajes, incluso tripulados, a La Luna y Marte, deberá afrontar su primera prueba de vuelo a gran altura y velocidad.

- OSIRIS-REx: Mientras la Hayabusa 2 regresa triunfante a casa, su "hermana" de la NASA afronta el mayor de los retos, la toma de muestras del asteroide Bennu, algo que deberá ocurrir en Julio de 2020.

No son las únicas, pero sin lugar a dudas las más importantes. Tendremos un año especialmente activo, sobre todo en el planeta rojo, que vivirá una nueva oleada de sondas exploradores. Las noticias, buenas y (esperemos que las menos) malas, nos darán mucho de que hablar.

Orion (Artemis 1) y SLS, las grandes y problemáticas apuestas de los EEUU y la NASA para recuperar los vuelos tripulados y apuntar a objetivos más lejanos.

Hope, la primera sonda interplanetaria de un país árabe, intentará llegar hasta el planeta rojo.

China busca crear su propia estación espacial, cuyo módulo central deberá lanzarse en 2020, aunque existe la posibilidad de que se retrase.

Marte también está dentro de los planes chinos, con su primera y ambiciosa misión al planeta rojo, que incluye sonda y rover de superficie.

La Chang´e 5 buscará enviar muestras de suelo lunar a la Tierra, repitiendo lo que lograron los soviéticos en los años 70 del siglo pasado.

Curiosity tendrá un hermano gemelo en 2021, y que se lanzará en 2020. Aunque su aspecto es muy similar, su objetivo es completamente diferente, ya que buscará las huellas químicas de antigua vida.

Rosalind Franklin es la apuesta europea por Marte, con objetivos parecidos al del coloso americano, pero incluso más ambiciosos, ya que extraerá muestras de hasta dos metros bajo tierra y buscará señales de vida no solo pasadas, sino también presentes.

Spaceflight Stories Expected for 2020

sábado, noviembre 16, 2019

Es la hora de regresar a casa, Hayabusa 2

La sonda japonesa, en camino hacia la Tierra.

Punto final a una de las mayores odiseas espaciales de los últimos años, durante las cuales hemos explorado, en órbita y desde la superficie, el asteroide Ryugu. Un tipo de cuerpo planetario que, a pesar de existir en números incalculables distamos de conocer a fondo, y que pese a la idea ya desfasada de simples "rocas inertes", han demostrado ser mucho más interesantes y complejos de lo que se creía antaño. Por ello todo lo conseguido ahora, y lo que se conseguirá una vez la sonda llegue a nuestro planeta y entregue las muestras recogidas, es de un valor difícil de cuantificar.

Fue este pasado 13 de Noviembre cuando un encendido de los impulsores químicos de la Hayabusa 2 rompieron los tenues lazos gravitatorios que la ligaban con Ryugu, tal como confirmó posteriormente la propia JAXA. Posteriormente llegó el encendido del impulsor iónico, que será el responsable, si funciona correctamente, de llevarla de regreso a la Tierra, un camino más fácil que el camino opuesto, ya que ahora mismo ambos cuerpos están relativamente cerca y no será necesario recorrer los 300 millones de kilómetros que debió cubrir en su viaje de idea. Se espera que alcance la vecindad de nuestro mundo a finales de 2020.

Cuando esto ocurra la Hayabusa 2, colocándose en una trayectoria que la llevaría a incinerarse en la atmósfera de nuestro planeta, lanzará una capsula con todo el material que se espera haya podido recoger, para su posterior recuperación. Esto marcará el punto final de este viaje, pero, a diferencia de su predecesora, no será el final de la sonda propiamente dicha. Después de completar el lanzamiento de la cápsula maniobrará para evitar la colisión y, con reservas de combustible aún destacables, iniciará un nuevo viaje a otro asteroide, posiblemente 2001 WR1, aunque esta vez solo para sobrevolarlo antes de perderse para siempre en las profundidades del espacio. Se espera que esto ocurra en algún momento a lo largo de 2023, aunque aún falta la confirmación oficial.

Se termina así este maravillosa aventura, el mayor y más rutilante éxito de Japón en el terreno de la exploración interplanetaria, en que lo aprendido por la anterior Hayabusa preparó en camino para su sucesora. Una gran noticia para la siguiente y aún más increíble aventura, la exploración y toma de muestras de las lunas de Marte, Fobos y Deimos. Viendo lo conseguido por las gentes de la JAXA, y que sin duda se aplicarán en ella lo ahora aprendido, podemos ver el futuro con esperanza.

Hayabusa 2 y algunos de sus rover en superficie nos dejó imágenes para la historia, testimonio de su tremendo éxito.

El posible futuro objetivo de la sonda, el asteroide 2001 WR1.

Japanese space probe Hayabusa2 set to return to Earth from asteroid Ryugu

sábado, noviembre 02, 2019

La no tan sencilla odisea de la Hayabusa 2

La sonda japonesa se enfrentó a numerosas dificultades.

Su misión es ya, a la espera de su regreso, un éxito espectacular para Japón y su agencia espacial. Planificación, trabajo duro y la capacidad de aprender de la experiencia de su predecesora fueron claves, pero también una enorme capacidad de adaptarse a circundanticas imprevistas y potencialmente fatales. Y es que, a pesar de esa sensación externa de que todo transcurrió según el plan previsto y sin problemas, su equipo humano se enfrento a retos que bien podrían haber llevado la misión a un final prematuro.

Hayabusa 2 llegó a Ryugu con ideas preconcebidas sobre lo que se encontraría, basadas en la experiencia de la anterior Hayabusa. Algo poco recomendable, ya que los asteroides, lejos de ser simples rocas clónicas, son pequeños mundos cada una con su propia historia. Y donde se esperaba un lugar lleno de lugares lisos, llanuras cubiertas de polvo, donde la sonda pudiera aproximarse sin peligro, se encontraron con algo muy diferente. Un terreno accidentado lleno de grandes rocas, sin aparente espacio para operar. Yuichi Tsuda, director de la misión, clasificó como "muy severo".

Eso es decir poco. La Hayabusa 2 fue diseñada esperando encontrar un área plana de unos 50 metros donde aterrizar. Pero "no había tales lugares en el asteroide", explica Tsuda. "Nos vimos obligados a cambiar nuestra estrategia y encontrar una manera segura, y al mismo tiempo mejorar el rendimiento a la hora de aproximarnos al asteroide". Otro problema fue cuando los ingenieros soltaron sobre la superficie un marcador para ayudar a la sonda en su orientación, que tendrían ese punto blanco como guía en sus maniobras finales. Pero a la hora de la verdad era incapaz de verla desde la posición previa al descenso final, situado a unos 45 metros de altura, por lo que se modificó la órbita y se la situó a solo 30 metros, a lo que se añadió una actualización de su sistema óptico para que la superficie pareciera más clara y definida. Un duro trabajo que felizmente funcionó.

Y con una precisión encomiable. Después de hacer el primer "touchdown" el 21 de febrero a solo 1 metro del punto de aterrizaje previsto, el segundo, el 11 de julio, superó la marca, a solo 60 centímetros. Tal exactitud le permitió deslizarse entre varias rocas de medio metro de altura y realizar el contacto.

Un trabajo improvisado, pero que también tenía una base de previsión a lo largo de años de trabajo, en que se afrontaron simulaciones ante escenarios inesperados, lo que seguramente explica la rapidez de reacción ante las primeras imágenes que mostraban un terreno más rocoso de lo previsto, dando así tiempo al desarrollo de un nuevo plan.

En definitiva, un éxito no tan inevitable como parecía, que afrontó sus propios obstáculos y dificultades, quizás no tan conocidos por no tener la JAXA unas política de información tan clara como la NASA, que no duda en convertir en un espectáculo mediático cualquier evento espacial. Y de la que los técnicos japoneses seguro que aprenderán mucho de cara al futuro, como la sonda MMX, destinada a la exploración y toma de muestras de las lunas de Marte. Y quien sabe, para una futura Hayabusa 3.

El marcador, una esfera blanca que debía ser usada por el sistema óptico de la Hayabusa 2 para guiarse hacia el punto de aterrizaje previsto, pero que se reveló demasiado tenue en las imágenes para ser vista desde 50 metros de altura, obligando a reprogramar su trayectoria para iniciar su descenso final a 30 metros, sumado a una mejora de la definición de las imágenes.

El gran y complicado viaje de la Hayabusa 2.

How Japan's Hayabusa2 Stuck Its Landings on the Boulder-Strewn Asteroid Ryugu

viernes, octubre 04, 2019

Hayabusa 2, acto final

La sonda japonesa despliega su último explorador.

La gran aventura está llegando a su final y en el horizonte se prepara ya el triunfal regreso de esta sonda a La Tierra, transportando con ella valiosas muestras del asteroide Ryugu. A diferencia de su predecesora, que vivió una auténtica carrera de obstáculos, la misión de su heredera está siendo una sucesión de éxitos, lo que en no poca proporción es gracias a todo lo que se aprendió en esa misión primigenia, y ahora llega la hora de regresar. Pero antes toca poner la guinda final.

Hayabusa 2 llegó acompañada de una serie de polizones, exploradores que fueron aterrizando en la superficie de Ryugu, todos ellos de forma exitosa. Pero aún quedaba un último viajero, el rover Minerva-II2, que abandonó su refugio esta pasado 3 de Octubre, iniciando un viaje alrededor del asteroide que durará unos cinco días terrestres, monitorizando en todo momento por la propia sonda, en lo que será la última tarea antes de iniciar su camino de vuelta a casa, en algún momento entre Noviembre y Diciembre.

Minerva-II2 formaba el trio de vehículos móviles de superficie que traía consigo la sonda. Los otros dos, las Minerva-II, ya se desplegaron en su momento con éxito, realizando diversos desplazamientos a través del rocoso terreno. No será este el caso, ya que diversos problemas técnicos han llevado a la JAXA a renunciar a las observaciones desde la superficie, y en su lugar se utilizará para estudiar la gravedad del asteroide midiendo su trayectoria, algo igualmente valioso.

Cuando Hayabusa 2 se aleje definitivamente de Ryugu, habrá dejado en el huellas destinadas a permanecer en el tiempo. Cuatro objetos llegados desde la Tierra (Las tres Minerva y el módulo MASCOT) y un pequeño cráter, creado por el proyectil lanzado como parte de la operación de toma de muestras, son el legado que deja en el asteroide. Un testimonio de su éxito que sobrevivirá más allá del final de la propia sonda.

Así fue la operación de despliegue de Minerva-II2, cuya trayectoria será monitorizada por Hayabusa 2 para extraer datos sobre su campo gravitatorio.

Los 4 compañeros de viaje de Hayabusa 2.

Un último triunfo antes de regresar a casa.

Robot explorer released toward asteroid in Hayabusa2's last mission

miércoles, julio 17, 2019

El gran triunfo de la Hayabusa 2

Recoletadas las primeras muestras jamás logradas del interior de un asteroide.

Debía ser una aventura extraordinaria, lleno de grandes momentos, grandes desafíos y, si se lograba alcanzar todos los objetivos, una de las misiones espaciales más importante de la última década. Y ciertamente los integrantes de la agencia espacial japonesa puedes estar muy satisfechos, eufóricos se podría decir, ya que su segunda aventura a uno de estos pequeños cuerpos celestes, lejos del camino de obstáculos y sueños a medio cumplir que fue la primer Hayabusa, es un éxito completo. El legado de esta última esta en buenas manos.

Fue este 11 de Julio cuanto Hayabusa 2 tocó de nuevo la superficie de Ryugu, pero esta vez no en un punto aleatorio, sino en un lugar muy concreto, el cráter creado por el SCI (Small Carry-on Impactor), la carga explosiva lanzada  por la sonda el pasado 5 de Abril y que con éxito creó una ventana a las capas internas del asteroide, lugares más protegidos del dura ambiente exterior que los materiales más superficiales, y que por tanto deben conservarse más inalterados desde los primeros tiempos del Sistema Solar. En definitiva, se buscaba acceder a una cápsula del tiempo, donde esperaba muestras de los orígenes. Y este tesoro ya está en manos de la sonda japonesa.

En Diciembre de 2019 se pondrá punto final a esta aventura, y con el material bien protegidos en recipientes protectores la Hayabusa 2 iniciará su camino de regreso a la Tierra. En Diciembre de 2020 una cápsula conteniendo todo ese tesoro aterrizará suavemente en nuestro planeta, siendo rápidamente recuperada y enviada a las instalaciones de la JAXA para iniciar su análisis. Será el final de esta ambiciosa misión, pero no de la sonda propiamente dicha. A diferencia de la primera Hayabusa, que se desintegró en la atmosfera, su sucesora tendrá una vida más allá.

Y es que con aún 30 kilogramos de combustible para sus impulsores, seguirá su viaje y intentará alcanzar otro asteroide y estudiarlo. El primer candidato es 2001 WR1, que forma parte de los llamados NEO, cuerpos cuyas órbitas los sitúan en ocasiones muy cerca de nuestro planeta. Si lo consigue, en un encuentro previsto para 2023, pondrá un broche de oro a su maravillosa aventura. Aunque eso, como se suele decir, ya es otra historia.

Momentos de euforia para el equipo de la Hayabusa 2.

La orbita de 2001 WR1, posible nuevo objetivo de la sonda una vez las muestras hayan sido enviadas a la Tierra.

Hayabusa 2 is the First Spacecraft to Sample the Inside of an Asteroid

sábado, abril 06, 2019

Atacando a un asteroide

Hayabusa 2 lanza con éxito su proyectil contra Ryugu.

Era el momento culminante de su misión, y podría decirse que de la exploración espacial de los últimos años. No cada día vemos como una sonda lanza un "ataque" contra un asteroide, con la vista puesta en poder acceder a material situado bajo la superficie,protegido del ambiente exterior y por ello prácticamente inalterado, lo que para los científicos es un sueño hecho realidad. Al fin y al cabo, cuando se exploran estos pequeños mundos, se hace como una forma de conocer el pasado lejano.

Esa era la meta de la Hayabusa 2, no solo recoger material de la superficie, como que ya consiguió en su momento, sino abrir un cráter en el asteroide que dejara expuesto el que se esconde debajo de ella, protegido de la radiación exterior. Y a la falta de imágenes detalladas que muestran que las cosa sucedieron como se había estimado cuando se diseñó dicha operación, todo parece indicar que fue un éxito. Proyectil disparado, impacto producido y sonda en perfecto estado. De momento las gentes de la JAXA pueden estar contentos.

Todo empezó a las 02:00 GMT de este pasado 5 de Abril, cuando la Hayabusa 2 desplegó el pequeño vehículo conocido SCI (Small Carry-on Impactor), básicamente un proyectil de cobre con una carga explosiva, que se situó a unos centenares de metros por encima de Ryugu, mientras la sonda iniciaba maniobras de escape, situándose por detrás del asteroide con respecto al punto de impacto y así quedar protegida de la pluma de rocas y polvo levantada. 40 minutos después tenía lugar la detonación y el proyectil, de unos 2 kilogramos de masa, salía lanzado a unos 7200 Kilómetros/hora, impactando de forma casi instantánea contra la superficie.

En ese momento Hayabusa 2 estaba ya a salvo al otro lado de Rygu, pero por eso mismo no podía ver lo sucedido. Por ello, 22 minutos antes, y mientras aún se retiraba hacia la seguridad, desplegó la pequeña DCAM3, una cámara-sonda diseñada específicamente para este instante, y de la cual llegó la primera y de momento única imagen del impacto. No a demasiado resolución, ciertamente, pero tampoco se le podía pedir mucho más a esta pequeña y fugaz viajera, que se dormiría para siempre pocas horas después. Era el objetivo de su existencia y lo cumplió plenamente. Pudo irse en paz.

Tendremos pronto nuevas imágenes, mucho mejores, que revelarán si se formó el gran cráter, de unos 10 metros, que se había estimado cuando se diseñó este plan. Aunque por lo que DCAM3 pudo ver, parece difícil que no sea así. Y con ello llegará el momento tan preciado por el equipo en tierra de tomar las valiosas muestras, los ingredientes primigenios que una vez formaron nuestro mundo. JAXA, la agencia espacial japonesa, sigue haciendo historia.

La DCAM3, responsable de esta imagen. Mientras la Hayabusa 2 se retiraba, ella quedó cara a cara con el impacto. Un ejemplo más de la maravillosa complejidad de esta misión.

El SCI (Small Carry-on Impactor) poco después de separarse de la sonda. Minutos después detona su carga de 4,7 kilogramos de explosivo plástico, lanzado su proyectil de cobre a velocidades supersónicas.

Representación de lo ocurrido, con la detonación y impacto, la sonda oculta y la pequeña DCAM3 siendo testimonio directo. 

Pow! Japan's Hayabusa2 Bombs Asteroid Ryugu to Make a Crater (Photo)