Recoletadas las primeras muestras jamás logradas del interior de un asteroide.
Debía ser una aventura extraordinaria, lleno de grandes momentos, grandes desafíos y, si se lograba alcanzar todos los objetivos, una de las misiones espaciales más importante de la última década. Y ciertamente los integrantes de la agencia espacial japonesa puedes estar muy satisfechos, eufóricos se podría decir, ya que su segunda aventura a uno de estos pequeños cuerpos celestes, lejos del camino de obstáculos y sueños a medio cumplir que fue la primer Hayabusa, es un éxito completo. El legado de esta última esta en buenas manos.
Fue este 11 de Julio cuanto Hayabusa 2 tocó de nuevo la superficie de Ryugu, pero esta vez no en un punto aleatorio, sino en un lugar muy concreto, el cráter creado por el SCI (Small Carry-on Impactor), la carga explosiva lanzada por la sonda el pasado 5 de Abril y que con éxito creó una ventana a las capas internas del asteroide, lugares más protegidos del dura ambiente exterior que los materiales más superficiales, y que por tanto deben conservarse más inalterados desde los primeros tiempos del Sistema Solar. En definitiva, se buscaba acceder a una cápsula del tiempo, donde esperaba muestras de los orígenes. Y este tesoro ya está en manos de la sonda japonesa.
En Diciembre de 2019 se pondrá punto final a esta aventura, y con el material bien protegidos en recipientes protectores la Hayabusa 2 iniciará su camino de regreso a la Tierra. En Diciembre de 2020 una cápsula conteniendo todo ese tesoro aterrizará suavemente en nuestro planeta, siendo rápidamente recuperada y enviada a las instalaciones de la JAXA para iniciar su análisis. Será el final de esta ambiciosa misión, pero no de la sonda propiamente dicha. A diferencia de la primera Hayabusa, que se desintegró en la atmosfera, su sucesora tendrá una vida más allá.
Y es que con aún 30 kilogramos de combustible para sus impulsores, seguirá su viaje y intentará alcanzar otro asteroide y estudiarlo. El primer candidato es 2001 WR1, que forma parte de los llamados NEO, cuerpos cuyas órbitas los sitúan en ocasiones muy cerca de nuestro planeta. Si lo consigue, en un encuentro previsto para 2023, pondrá un broche de oro a su maravillosa aventura. Aunque eso, como se suele decir, ya es otra historia.
Momentos de euforia para el equipo de la Hayabusa 2.
La orbita de 2001 WR1, posible nuevo objetivo de la sonda una vez las muestras hayan sido enviadas a la Tierra.
Hayabusa 2 is the First Spacecraft to Sample the Inside of an Asteroid
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