miércoles, julio 31, 2019

El eco de un nacimiento

Desvelando el origen de nuestra galaxia.

El proyecto Gaia nació con la idea de levantar un mapa tridimensional de la Vía Láctea, que entre otras ventajas podría permitir a los astrónomos, a partir de las características, trayectoria y velocidad de millones de estrellas, moverse a través del tiempo, hacia el futuro pero también hacia un pasado remoto, hacia sus mismos orígenes. No resulta extraño que este telescopio espacial generara tantas expectativas, y a día de hoy se puede decir que cumplidas. Sus descargas de datos son la base de numerosos descubrimientos, y lo seguirán siendo en mucho tiempo.

Uno de estos últimos, liderado por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), nos lleva a los posibles acontecimientos que dieron forma a la Vía Láctea tan y como la conocemos."Hemos analizado y comparado con modelos teóricos la distribución de colores y magnitudes (brillo) de estrellas en la Vía Láctea, diferenciando entre varias componentes: El denominado halo estelar (una estructura esférica que rodea a las galaxias espirales) y el disco grueso (estrellas pertenecientes al disco de nuestra Galaxia, pero a cierta altura)", señala Carme Gallart, investigadora y primera autora de este artículo. El resultado permite hacernos una idea de lo que ocurrió en esos inicios turbulentos.

Anteriormente ya se había descubierto que el halo galáctico parecía estar compuesto por dos poblaciones estelares diferenciadas, unas más azuladas que otras (lo que está relacionado con su contenido en metales), de tonos rojizos. El movimiento de estas primeras, claramente diferenciado de las otras, permitió identificarla como las antiguas habitantes de una galaxia ahora desaparecida, absorbida por la progenitora de la Vía Láctea después de impactar contra ella. Se la conoce como Gaia-Encélado, aunque hasta ahora no sabíamos demasiado.

"El análisis de los datos de Gaia nos ha permitido obtener la distribución de edades de las estrellas de ambas componentes y ha mostrado que ambas están formadas por estrellas igualmente viejas, con una edad promedio mayor que la del disco grueso", indica el investigador del IAC y coautor del trabajo Chris Brook.¿Qué diferencia una de la otra? "La pieza final del puzle la proporcionó la cantidad de metales (elementos que no son ni hidrógeno ni helio) que poseen las estrellas de una y otra componente", explica Tomás Ruiz Lara, investigador del IAC y otro de los autores del artículo. "Las estrellas de la componente azul contienen una cantidad menor de metales que las de la componente roja". Estos hallazgos, sumados a predicciones de simulaciones cosmológicas, también analizadas en el estudio, permitieron completar la historia de la formación de la Vía Láctea.

Todo nos lleva a un escenario plausible: Hace 13.000 millones de años se empezaron a formar estrellas en una galaxia enana llamada Gaia-Encélado y otra, que sería el progenitor principal de nuestra Galaxia, unas cuatro veces más masivo y con mayor cantidad de metales. Hace 10 mil millones de años esta última sufrió la colisión frontal de la segunda, fusionándose en una sola, aunque sería más justo decir que Encélado fue devorada. Como consecuencia, algunas de las estrellas de ambos sistemas adquirieron movimientos caóticos fruto del caos gravitatorio, pasando a formar parte de lo que hoy llamados el halo de la Vía Láctea. Tras ello, se sucedieron violentos brotes de formación estelar hasta hace 6.000 millones de años, cuando el gas se asentó en el disco de nuestra galaxia dando lugar al conocido como disco fino.

"Hasta ahora, tanto las predicciones cosmológicas como la observación de galaxias espirales lejanas similares a la Vía Láctea indicaban que esta fase violenta de fusión de estructuras menores era frecuente". Ahora, se ha conseguido ofrecer una imagen de como fue dicho proceso en nuestra galaxia, desvelando así las primeras etapas de nuestra historia cósmica, cuando dos galaxias, cada una con su propia historia, dejaron de existir para dar paso a lo que se convirtió en nuestro hogar en el Universo.

El proceso de impacto y fusión que dieron lugar a la Vía Láctea, y que aún tiene su huella en la existencia de dos poblaciones de estrellas claramente diferenciadas por metalicidad (cantidad de elementos más complejos que el hidrógeno y el helio) en su halo exterior.

Desvelado el nacimiento de la Vía Láctea

1 comentario:

Marisol - catalogo avon dijo...

Increible, poder modelar nuestra Galaxia. De esta forma que misterios no serán revelados dentro de pocos años. Muy bien!!!