Han formando parte de la historia de la Humanidad practicamente desde sus orígenes...unas antiguas, otras más modernas, cambiando de nombre, algunas desapareciendo para siempre, otras surgiendo para ocupar su lugar...no dejan de ser proyecciones humanas, fruto de la tendencia de nuestra mente a buscar formas reconocibles en todo lo que nos rodea, pero no por ello dejan de ser hermosas, ademas de tener una indiscutible utilidad como puntos de referencia, tanto en La Tierra como en el cielo.
Aunque posiblemente los humanos ya imaginaron figuras celestes desde practicamente sus orígenes como especie racional, las primeras referencias a las contelaciones se encuentran ya en las primeras civilizaciones, desde Mesopotamia hasta China, pasando por La India o el Imperio Inca, todas ellas creadas con fines claramente prácticos: Agrícolas (para medir el tiempo y las estaciones) de viaje (servían de orientación a navegantes y mercaderes) y religiosos.
Como creaciones humanas que son, cada pueblo proyecto en los cielos figuras propias y dividió la bóveda celeste según su forma de ver la realidad...muchas contelaciones han aparecido y desaparecido junto con sus respectivas culturas, quizás más de las que podemos ni tan solo imaginar, aunque otras han sobrevivido hasta formar parte de la familia de las 88 contelaciones actualmente aceptadas de forma global. Asi, podemos encontrar referencias de Leo, Taurus y Escorpio en las primeras culturas mesopotámicas datadas en el 4000 A.C., posteriormente adoptadas por los Griegos, y con ellos, a la cultura occidental. Igualmente Orión ya se menciona en la Odisea de Homero (Siglo IX A.C.), y mil años antes en Egipto, bajo el nombre de Sahu.
Una de las herencias más notables de la antiguedad fue lo que los griegos denominaron Zodíaco, surgido en Babilonia durante el reinado de Nabucodonosor II (Siglo VI a.C), que los Helenos también adoptaron y nos transmitieron con sus actuales nombres y formas...
Dado que se trata de la franja por donde el Sol, la Luna y los planetas siguen su camino por la bóveda celeste es natural que practicamente todas las civilizaciones del mundo hicieran referencia a ella, aunque de formas y significados muy diferentes...así, por ejemplo, los chinos la dividían en 28 mansiones ( 二十八宿 èrshíbā xiù) y los Indues en 27 snakshatra o mansiónes lunares, en ambos casos basándose en el movimiento de la Luna, no del Sol, como ocurre en Occidente.
La "organización" actual del firmamento, tal y como vemos en cualquier libro de astronomía, es relativamente reciente, pués fue establecido en 1928 por la Unión Astronómica Internacional, quien delimitó oficialmente la esfera celeste en las 88 constelaciones actuales, marcando unos límites claros dentro de los cuales cualquier estrella se consideraba parte de ella, indistintamente que no participara en la figura como tal. Con ello muchas pequeñas constelaciones hasta ese momento reconocidas, desaparecieron para siempre del firmamento, pero ayudó a simplificarlo y mejorar su función orientativa.
De esas casi la mitad son una herencia Griega, que a su vez tomaron algunas de ellas de civilizaciones más antiguas, mientras que el resto son modernas, en muchos casos creadas por los europeos cuando se adentraron en el Hemisferio Sur, como por ejemplo Hydrus, hidra, Indus, Pavo real, Triangulum Australe o Tucana, ademas de las curiosas Microscopium (Miscroscopio),Telescopium (Telescopio), Carina (Quilla), Puppis (Popa), Vela (Vela) o Pyxis (Brújula), estas cuatro últimas un claro reflejo de su época.
Compañeras de la Humanidad desde el mismo momento que levantamos nuestros ojos, proyecciones de nuestra mente y fruto del deseo inconsciente de ver formas familiares y, por ello, tranquilizadoras, las constelaciones han ido evolucionando junto a ella, reflejando con sus cambios el fluir de la historia y el paso de las diferentes civilizaciones cuyas huellas permanecen en nuestro firmamento.
Dos ejemplos de constelaciones desaparecidas....por un lado Emú en el cielo, de la mitología aborigen brasileña y que abarcaba desde Escorpio hasta la Cruz del Sur, por el otro Honores Frederici, un ejemplo de constelación creada con el propósito de honrar a un rey, en este caso Federico II de Prusia, en una época en que nombrar constelaciones en honor al monarca y lograr el apoyo de su monarquía se convirtió casI en un juego habitual en las cortes europeas.
La visión China del Boveda celeste.
La ilusión de las constelaciones, estrellas aparentemente cercanas pero que en realidad se encuentran a distancias de la Tierra muy diferentes entre si.
Ilusiones en la distancia...y en el tiempo. Dado que cada estrella tiene un movimiento propio, la actual configuración es temporal y destinada a cambiar con el paso de las eras.
Las constelaciones
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