viernes, marzo 16, 2012

Una familia, dos destinos

SWAN se precipita sobre el Sol.

Hace poco más de tres meses vivimos un acontecimiento extraodinario que pilló por sorpresa a la mayoria de astrónomos del mundo. Fue un 16 de Diciembre de 2011 cuando un pequeño cometa desapareció en el resplandor solar, en lo que muchos consideraron que era el final de su vida, pues si bién no impactaría directamente contra nuestra estrella pasaría tan y tan cerca, solo a 120.000 Kilómetros por encima de la brillante Fotoesfera, que parecía imposible que pudiera sobrevivir. Pero lo hizo, trás adentrarse en la Corona solar durante casi una hora y resistir temperaturas de varios millones de grados centígrados.

El pequeño Lovejoy, que tras su odisea se depidió de nosotros generando una nueva y espectacular cola (para disfrute de los habitantes del Hemisferio Sur en exclusiva), fue un ejemplo de que nada es tan sencillo como parece y que incluso en algo con un final aparentemente facil de predecir como es la caida de un cometa hacia el Sol pueden ocurrir hechos
extraordinarios que rompen nuestros cálculos.

Sin embargo los acontecimientos extraodinarios lo son, precisamente, porqué ocurren en muy pocas ocasiones...y un nuevo cometa, llamado SWAN, nos hace volver a la "normalidad" del desenlace previsible: Se aproximó demasiado al Sol y desaparició para siempre en su resplandor.

SWAN pertenecia a la misma familia que Lovejoy, la de los Kreutz sungrazer, aparentemente restos de un gran cometa que se fragmentó hace aproximadamente un milenio (se identifica hoy día con el llamado Gran Cometa de 1106) y cuyos "hijos", desde cuerpos de apenas unos metros hasta otras de grandes dimensiones, como el Ikeya–Seki, siguen manteniendo unas órbitas semejantes a la de su progenitor, acercándose mucho al Sol, en ocasiones tanto que no sobreviven. Podríamos considerarlos auténticos "Kamikazes" planetarios.

El destino de ambos, como vemos, fue muy diferente. Lovejoy sobrevivió para alejarse, al menos esta vez, hacia la fría seguridad del espacio, mientras que SWAN desapareció para siempre.¿Que marcó la diferencia entre uno de otro, siendo ambos de la misma familia? No lo sabemos exactamente, pero precisamente estos pequeños misterios son los que le añaden algo de diversión a la observación del firmamento.¿Que aburrido si todo fuera tan previsible, verdad?


Lovejoy en su increíble aventura solar, sobreviviendo contra todo pronóstico...aunque, como vemos, no todos tienen la misma suerte.

Los Kreutz Sungrazers, cometas que viven siempre al límite.


Comet Lovejoy Plunges into the Sun and Survives

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