¿Porqué nuestro mundo conserva una atmósfera lo suficientemente densa y cálida para que el agua pueda existir en la superficie en estado líquida, mientras el planeta rojo es, hoy día, un pálido y reseco reflejo de lo que fue, con una densidad del aire que apenas alcanza el 1% del que disfrutamos nosotros a nivel del Mar? Evidentemente el ser más pequeño y tener, por tanto, un campo gravitatorio más debil (apenas 1/3 del terrestre) explica en parte esta situación...pero no por completo. Si el único factor que marcara diferencias fuera este, la atmósfera marciana debería ser bastante más densa, por lo que es evidente que hay algo más..
Y ese "algo más" es, posiblemente, la falta de un campo magnético global como el de La Tierra...en esta última el interior se mantiene aún líquido, por lo que su rápida rotación dan lugar a un efecto "dinamo" que es el responsable último de su existencia. En Marte esto no es así (aunque posiblemente lo fue en sus primeros tiempos, como delatan numerosas huellas magnéticas en la superficie), no existe nada parecido que haga de escudo frente al viento solar, que desde hace varios miles de millones de años, de forma lenta pero implacáble, va erosionando su atmósfera al impactar directamente contra ella.
¿Hasta que punto es correcta esta teoría? El 6 de Enero de 2008 La Tierra y Marte estaban aliniados y una fuerte tormenta solar se dirigía hacia ellos...lo que significaba que el mismo vendaval colisionaría con ambos mundos, ofreciendo una excelente oportunidad de comparar el efecto causado en uno y otro. Y dos misiones europeas estaban en el lugar adecuado para realizar esta tarea: Las 4 sondas Cluster, en órbita terrestre, y la Mars Express.
Los datos ofrecidos no pudieron ser más claros: Aunque la presión de la radiación solar aumento de forma muy parecida en ambos mundos, Marte perdió 10 veces más gases que La Tierra (en ambos casos se utilizó el Oxígeno como referencia) al ser alcanzado por la tormenta...y aunque las cantidades en si fueran insignificantes, el efecto acumulado de varios miles de millones de exposición a la furia del Sol explicarían, al menos en parte, que la actual atmósfera marciana sea tan tenue. La diferencia la marca, como es evidente, que un planeta tiene un escudo magnético que lo protege y el otro, aunque quizás lo tuvo en el pasado, actualmente ya no dispone de nada parecido.
El siguiente objetivo de los investigadores es incluir en esta ecuación a Venus, que al igual que Marte carece de un campo magnético detectable (posiblemente por su extremadamente lenta rotación) pero que, a diferencia de este, conserva una atmósfera densa (de hecho, la más densa de las tres) a pesar de sufrir un desgaste similar: "Durante los próximos meses tendrá lugar una buena alineación entre el Sol, la Tierra, Venus y Marte, que aprovecharemos para coordinar una campaña de observaciones utilizando los satélites Mars Express y Venus Express de la ESA y el observatorio solar STEREO de la NASA", explica Olivier Witasse, Científico del Proyecto Mars Express.
Esto resulta especialmente interesante ahora, con el Sol cada vez más activo y cerca ya de su Máximo. Sin duda los datos que se obtengan serán realmente interesantes y permitirán, al comparar la forma en que estos tres mundos interaccionan con el Viento solar, entender no solo porqué cada uno de ellos evolucionó de forma tan diversas, sino el papel clave que la presencia (La Tierra) y ausencia (Venus y Marte) de un campo magnético global tuvo en ello.
Tres mundos y tres destinos.
Aunque existe un cierto grado de magnetismo residual en la superficie, Marte carece de la capacidad de generar un campo global de origen interno como ocurre en La Tierra, por lo que el viento solar golpea directamente su atmósfera, erosionándola lentamente.
Venus sufre un proceso similar, pero su mayor tamaño (casi igual que el de La Tierra) y el disponer de una atmósfera mucho más masiva que la terrestre le permiten aguantar mejor los "ataques" del Sol, aunque el efecto de erosión es tanto o más intenso que en Marte.
A diferencia del planeta rojo, La Tierra mantiene un corazón ardiente, una masa líquida con alto contenido en hierro cuyo rápido giro produce, por un efecto Dinamo, el campo magnético que nos rodea.
Este sigue una serie de ciclos complejos, entre ellos las llamadas Inversiones magnéticas, cuando su polaridad se invierte trás pasar una etapa intermedia caótica. Estas cambios han quedado registrados en rocas y fondos marinos, motivo por el cual conocemos de su existencia. Es posible que actualmente nos estemos dirigiendo a una nueva Inversión, motivo por el cual el campo terrestre se esta debilitando lentamente.
El campo magnético protege a nuestra atmósfera
Esto resulta especialmente interesante ahora, con el Sol cada vez más activo y cerca ya de su Máximo. Sin duda los datos que se obtengan serán realmente interesantes y permitirán, al comparar la forma en que estos tres mundos interaccionan con el Viento solar, entender no solo porqué cada uno de ellos evolucionó de forma tan diversas, sino el papel clave que la presencia (La Tierra) y ausencia (Venus y Marte) de un campo magnético global tuvo en ello.
Tres mundos y tres destinos.
Aunque existe un cierto grado de magnetismo residual en la superficie, Marte carece de la capacidad de generar un campo global de origen interno como ocurre en La Tierra, por lo que el viento solar golpea directamente su atmósfera, erosionándola lentamente.
Venus sufre un proceso similar, pero su mayor tamaño (casi igual que el de La Tierra) y el disponer de una atmósfera mucho más masiva que la terrestre le permiten aguantar mejor los "ataques" del Sol, aunque el efecto de erosión es tanto o más intenso que en Marte.
A diferencia del planeta rojo, La Tierra mantiene un corazón ardiente, una masa líquida con alto contenido en hierro cuyo rápido giro produce, por un efecto Dinamo, el campo magnético que nos rodea.
Este sigue una serie de ciclos complejos, entre ellos las llamadas Inversiones magnéticas, cuando su polaridad se invierte trás pasar una etapa intermedia caótica. Estas cambios han quedado registrados en rocas y fondos marinos, motivo por el cual conocemos de su existencia. Es posible que actualmente nos estemos dirigiendo a una nueva Inversión, motivo por el cual el campo terrestre se esta debilitando lentamente.
El campo magnético protege a nuestra atmósfera
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