Las conjunciones planetarias que estamos viviendo entre Júpiter, Venus y La Luna lo han dejado en un segundo plano, incapaz de competir con el espectáculo que representa semejante reunión celeste, visible a simple vista para cualquiera que eleve su mirada hacia el firmamento incluso en lugares tan poco apropiados para ello como las grandes ciudades...sin embargo, hablando en términos astronómicos, resulta mucho más interesante un pequeño viajero que, desde finales del 2011, está cruzando los oscuros cielos invernales del Hemisferio Norte y ahora se encuentra en su momento de máxima aproximación a La Tierra.
Descubierto en 2009 por el astrónomo australiano Gordon Garradd (de ahí su denominación oficial, C/2009 P1 Garradd), este cometa llegó a su punto de mínima distancia al Sol el 23 de Diciembre de 2011 (1.5 Unidades astronómicas) y con respecto a La Tierra el pasado 5 de Marzo (1.27 Unidades astronómicas), todo ello siguiendo una órbita muy inclinada que lo situa, aun hoy, muy por encima del plano de la elíptica, o lo que es lo mismo sobrevolando el hemisferio Norte de nuestro planeta (y de los demás, claro), motivo por el cual es desde este último donde puede observarse.
Precisamente estos días se encuentra bién alto en el firmamento, lo que permite que puede observarse toda la noche, y hasta finales de Marzo cerca de un punto de referencia tan facil de identificar como es la constelación de la Osa mayor...y aunque no es visible a simple vista con un modesto telescopio o incluso con unos simples binoculares es suficiente para que cualquiera con ganas (y tiempo) de observar un cometa en su momento de mayor "gloria" puede disfrutar de este visitante de las profundidades estelares.
Y ciertamente vale la pena, porqué la actual posición de Garrard, sobre la vertical del Sol, hace que adquiera una configuración realmente curiosa y permite darnos cuenta de algo que suele pasar desapercibido para muchos..que los cometas no tienen una sino dos colas, una de gas ionizado (que es la más brillante y conocida) y otra de partículas rocosas, mucho menos espectacular.
La primera se ve afectada por el viento solar, mientras que la segunda no...como resultado la primera se extiende en dirección opuesta al Sol mientras la segunda lo hace en dirección opuesta al desplazamiento del cometa. Es precisamente de este último de donde salen las partículas que llenan las diversas órbitas cometarias y la fuente de las "lluvias de estrellas" que suceden anualmente cuando La Tierra cruza por en interior de estos rastros polvorientos.
¿Y cual es esa configuración tan curiosa e instructiva? Pues que sus dos colas, debido a su posición tan por encima del plano de la elíptica, señalan en direcciones muy diferentes, practicamente opuestas, resaltando sus naturalezas tan distintas y dandole un aspecto realmente peculiar. Toda una lección de anatomía cometaria ante nuestros ojos.
Es el pequeño regalo de un cometa que se acerca al Sol por primera vez y que posiblemente no regresará hasta dentro de más de 600.000 años...si es que algún día regresa realmente, pues posiblmente su órbita es hiperbólica, es decir abierta y desligada del Sol. De hecho todos los cometas que llegan por primera vez desde la Nube de Oort siguen trayectorias de este tipo, y solo aquellos que experimentan un encuentro realtivamente cercano con alguno de los grandes planetas exteriores (especialmente Júpiter, un auténtico "cazador de cometas", de ahí que haya tantos que tienen el Afelio cerca de su órbita) terminan conviertiéndose en habitantes permanentes del Sistema Solar.
El "posiblemente" es debido a que los parámetros de Garrard parece moverse justo en el filo de la navaja entre una trayectoria de escape hacia el espacio interestelar y una órbita cerrada, aunque extremadamente extensa, alrededor del Sol. De ser lo primero estamos ante su primera y última visita, su brillante despedida antes de iniciar su camino sin retorno hacia las estrellas...de ser lo segundo volverá algún día, aunque en un futuro tan y tan lejano que resulta todo un enígma el saber si realmente habrá alguien ahí para verlo.
Sea cual sea la respuesta, ciertamente es la primera y última vez que veremos a Garradd...un motivo añadido, por si esa curiosa forma no fuera suficiente, para dedicarle un poco de nuestro tiempo.
La posición de Garradd el 12 de Febrero, por encima del plano de la elíptica y, por tanto, visible únicamente desde el Hemisferio Norte...podemos la configuración de sus dos colar, la de gas (azul), que apunta en dirección opuesta al Sol, y la de polvo (amarilla), que lo sigue en su movimiento orbital.
Garradd y sus dos colas proyectándose en direcciones casi opuestas, la de gas (derecha) y la de polvo (izquierda). © Olivier Sedan.
Fotografías del cometa el 3,4,5 y 6 de Marzo. © Rolando Ligustri.
La posición de Garradd el 12 de Febrero, por encima del plano de la elíptica y, por tanto, visible únicamente desde el Hemisferio Norte...podemos la configuración de sus dos colar, la de gas (azul), que apunta en dirección opuesta al Sol, y la de polvo (amarilla), que lo sigue en su movimiento orbital.
Garradd y sus dos colas proyectándose en direcciones casi opuestas, la de gas (derecha) y la de polvo (izquierda). © Olivier Sedan.
Fotografías del cometa el 3,4,5 y 6 de Marzo. © Rolando Ligustri.
2 comentarios:
Muy interesante lo de las dos colas, la verdad es que se aprecia perfectamente en las fotografías, ¿Alguien ha probado de verlo con su telescopio? ¿Se pueden ver ambas? Esto me recuerda cuando quedamos en el colegio de primaria por la noche para ver el cometa Hyakutake, qué recuerdos!
Sin ánimo de haceros perder el tiempo ni ser pesado, tengo curiosidad sobre qué objetivos tendrá la sonda New Horizons, que actualmente se dirige a toda velocidad a su encuentro con Plutón y sus cuatro lunas. Tengo entendido que seguirá hasta el cinturón de Kuiper, si nada la detiene. ¿Qué datos podrá ofrecernos de esa zona? Me refiero a si tiene algún objetivo concreto o todavía está por determinar. Gracias!
Verse se pueden ver, pero como explican los dedicados a la observación del firmamento, hacen falta cielos extremadamente claros y mucha paciencia.
La idea es que New Horizons, una vez deja atrás Plutón, puede aproximarse (relativamente) a varios cuerpos del cinturón de Kuiper y estudiarlos, aunque de momento los posibles objetivos aún se están estudiando. En todo caso, con el encuentro en 2015, me imagino que pronto sabremos la decisión final.
Personalmente hubiera preferido una misión orbital en Plutón, aunque las dificultades que ello hubiera implicado (tanto por velocidad como por el desconocimiento de la situación alrededor del planeta, como demuestra los recientes descubrimientos de nuevas lunas) supongo que es comprensible que no se eligiera esta opción.
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