Este es el centro de nuestra galaxia, el pequeño rincón del Universo donde nació el Sol, donde nació La Tierra y donde naciste tú...si te diriges hacia el verás maravillas que apenas puedes imaginar desde tu cómodo hogar en los suburbios galácticos. Entrarás en una compleja red de nubes de gas deslumbrantes, oscuros filamentos de materia y nebulosas de polvo que esconden astros en plena formación, te verás rodeado de inumerables estrellas, tan cercanas unas de otras que la bóveda celeste brillará con un resplandor cegador mientras te golpea el viento estelar de 1000 soles...que lejos queda, pensarás, de la oscura, incluso aburrida tranquilidad del firmamento terrestre.
Y allí te encontrarás, cara a cara, con la oscuridad absoluta, con un trozo de la nada rodeado de un reino de luz, expectante, aparentemente dormido, pero siempre dispuesto a atrapar a cualquier estrella que tenga la osadía de aproximarse demasiado...mirarás asombrado ese monstruo que se recorta sobre el luminoso cielo como un punto del negro más absoluto, como si fuera un abismo sin fondo, y durante un momento tendrás la curiosidad de acercarte un poco más. Quizás entonces recuerdes el nombre que los astronómos de la ahora lejana Tierra dan a este lugar y caerás en la cuenta de que estás ante un monstruoso Agujero Negro, millones de veces más masivo que el Sol.
Has leido mil cosas sobre ellos...que se forman por el colapso de estrellas masivas, que su gravedad es tan potente que ni la luz puede escapar, y que en su interior puede haber un estado desconocido de la materia, un punto de densidad infinita que rompa todas las leyes de la física o quizás un tunel a traves del espacio-tiempo hacia otro lugar del Universo o puede que incluso a otros Universos. Sentirás curiosidad por lo que puede esconderse dentro, quizás pensarás en acercarte, entrar, desvelar el gran misterio, pero algo en tu interior te avisa, practicamente de gritará, que te alejes...y posiblemente, por una vez al menos, harás caso a tu instinto. No suele ocurrir, tan ogulloso como seguramente estás de ver las cosas bajo un prisma racional, pero algo te dirá que, al menos hoy, más vale hacerle caso. Y es que la oscuridad siempre despierta fantasmas que viven en lo mas profundo de nuestro ser.
Finalmente llegará la hora de regresar a casa. Allí te rencontrarás con un cielo familiar, el mismo que despertó tu pasión por el espacio, pero que ahora te parecerá triste, aburrido, oscuro...con el tiempo, a medida que los recuerdos se alejen, apreciarás nuevamente esa tranquilidad, del poder vivir lejos de las garras del monstruo, de disfrutar de noches oscuras en lugar de estar siempre iluminados por inumerables soles, de no temer que uno de ellos, demasiado grande, demasiado cercano, explote como una Supernova y ponga fin a la historia del mundo. Pero de momento, antes de irte a dormir, siempre mirarás la tenue luz del ahora lejano centro galáctico con un poco de nostalgia. Quizás hoy, con un poco de suerte, sueñes nuevamente que vuelas entre un mar de infinitas estrellas...
El centro galáctico visto por los telescopios espaciales Spitzer, Hubble y Chandra. La combinación de las tres tomas, que forman la imágen que vemos en la parte superior del post, todas ellas abarcando frecuencias del espectro invisibles al ojo humano, nos permite adentrarse en el complejo corazón de la Vía Lactea.
El monstruo que habita en el centro de la galaxia, Sagitario A (Sgr A), un agujero negro cuya masa se calcula en 4 millones de veces la del Sol y posiblemente fruto de la fusión entre diversos de estos extraodinarios cuerpos celestes.
Rodeado de un manto de polvo que lo oculta ante nuestros ojos, el corazón galáctico aparece como una tenue mancha luminosa en los cielos nocturnos libres de contaminación lumínica...parece un lugar tranquilo, aunque como sabemos hoy día, eso es una precepción humana totalmente equivocada.
Welcome To The Heart Of The Milky Way…
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