Durante décadas Plutón marcó el límite último del Sistema Solar conocido, un mundo extremadamente pequeño, más que nuestra Luna, pero a pesar de ello y de su extraña órbita, tan elíptica que en algunos momentos se situaba más cerca del Sol que Neptuno y tan inclinada con respecto al plano de la elíptica que casi parecía un cuerpo extraño en la familia, se le consideró el 9º planeta. Hasta que la oscuridad que se extendía más allá se desvaneció ante los avances de la tecnología de observación y donde parecía no haber aparecieron decenas de nuevos mundos, con como mínimo uno de ellos, Eris, tan grande como el propio Plutón. Había nacido la familia de los transneptunianos o TNO, en la que este último fue incluido como uno más, perdiendo con ello su antigua y brillante categoría planetaria, al menos de momento.
Los TNO, que habitan las tinieblas que se extienden más allá de Neptuno, son cuerpos especialmente gélidos, con temperaturas del orden de los -230°C, pero esta característica es precisamente la que los hacia visibles para el observatorio Herschel, equipado con detectores en las bandas del infrarrojo lejano y de las ondas submilimétricas, registrando la emisión térmica de 132 de estos objetos transneptunianos durante sus casi 4 años de misión. Esto permitió determinar las dimensiones y los albedos (la fracción de la luz solar que refleja su superficie) de todos ellos, siendo esto último especialmente importante a la hora de intentar deducir la naturaleza de sus respectivas superficies, un auténtico trabajo de detectives a distancia, muy dificil de conseguir de cualquier otra forma.
El gráfico superior presenta una comparativa de solo algunos de los objetos observados por Herschel, organizados para poner de manifiesto estas dos características, así como su gran diversidad en ambos aspectos, indicando un albedo bajo (marrón) una superficie cubierta por materiales oscuros, posiblemente compuestos orgánicos, mientras que uno albedo alto (blanco) apunta más hacia hacia el hielo puro, aunque en realidad ni unos ni otros son tan homogéneos, especialmente en el caso de Plutón, donde lo poco que hemos podido ver de el afinando al máximo la capacidad de nuestros telescopios indica que esta es extremadamente variada. A mediados de 2015, cuando la New Horizons lo visite, tendremos finalmente una visión próxima y precisa de este pequeño mundo, el antiguo planeta más pequeño del Sistema Solar ahora convertido en el mayor de los TNO, y el primero que exploraremos realmente.
Plutón, Eris, Haumea, Makemake o Varuna son solo algunos ejemplos de la extensa población de cuerpos celestes que habitan en esta remota región de nuestro Sistema Solar, más allá de Neptuno, allí donde hace apenas varias décadas no se creía que hubiera nada más, y que ahora llenan los 1.400 TNO conocidos, posiblemente solo una parte de los que aún deben esconderse en la oscuridad.
El Observatorio Espacial Herschel de la ESA, que trabajo a pleno rendimiento hasta mediados de 2013, cuando se agotó el impresicindible refrigerante necesario para mantener sus sensores infrarrojos a una temperatura suficientemente baja para ser operativos.
Herschel’s population of trans-Neptunian objects
2 comentarios:
Hola,
Una pregunta, ¿hay novedades sobre la New Horizons? Como falta 1 año me preguntaba si hay alguna imagen desde lejos de Pluton o hay algo interesante que contar.
Saludos.
Creo que hasta principios de 2015 no empezaremos a tener imágenes dignas de mención. No hay que olvidad que Plutón es muy pequeño, más pequeño que La Luna, por ejemplo.
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