El ligro pero resistente esqueleto de una exploradora interplanetaria. Así es la primera "manifiestación" física de una sonda que dejará nuestro planeta en 2016 con el objetivo de encontrarse con el asteroide 101955 Bennu, extraer muestras y llevarlas a La Tierra para su posterior análisis en laboratorio, algo que ocurrirá, si todo sigue el plan previsto, en 2023. Y es que una vez completado y aprobada su diseño, y con la luz verde de la Agencia Espacial Norteamericana, en las instalaciones de la Lockheed Martin’s Space Systems Company se inció ya la construcción de OSIRIS-REx, donde poco a poco y aún solo en su estructura básica, está tomando forma.
Las estructuras de los vehículos espaciales, lejos de ser algo sencillo (nada en una sonda lo es realmente) tienen que satisfacer una gran cantidad de requisitos. Como afrontarán un rango de temperaturas extremas, deben estar construidas por materiales con una muy baja expansión térmica, ademas de ser estable incluso cuando se exponen a altas dosis de radiación. Otro requisito es una rigidez lo suficientemente baja para evitar la ruptura durante el lanzamiento, donde debe hacer frente a unas tensiones brutales y una aceleración de hasta 6 G. Finalmente, el material debe combinar dos elementos aparentemente opuestos, por un lado ser muy ligero, para así reducir al mínimo el combustible necesario para el cohete lanzadera, y al mismo tiempo ser lo suficientemente resistente para soportar todos los sistemas de vuelo.
La estructura de OSIRIS-REx en concreto está construida con paneles compuestos capas de aluminio intercalado entre hojas de grafito. Este material es de baja densidad, tiene una alta resistencia, y es estable frente a la degradación en el medio ambiente espacial, proporcionando rigidez y baja masa, hasta el punto que una vez completamente ensamblado pesará solo 160 Kilogramos, y a su alrededor se irán añadiendo todos los componentes que, poco a poco, irán dando foma a la sonda, como el depósito de combustible (con una capacidad de 1.700 Kg), que se situará en su corazón, los instrumentos científicos, los componentes de navegación, impulsión y telecomunicaciones, ect..
OSIRIS-REx entrá así en la definitiva fase final, unos meses frenéticos en que, con la vista puesta para mediados de 2016, fecha prevista de su lanzamiento, irá rápidamente adquiriendo su forma definitiva, un tiempo realmente corto si se tiene en cuenta los años transcurridos entre el momento en que fue propuesta y se dibujaron los primeros conceptos. Las cosas, a partir de ahora, irán poniéndose cada vez más emocionantes.
Alrededor del corazón, la estructura de la nave, formada por el cilindro central y las 2 plataformas situadas en ambos extremos, se situarán todos los elementos de la nave, incluido el sistema de extracción de muestras y envío a La Tierra (la cápsula que vemos en la parte superior) o las famosas y en ocasiones problemáticas ruedas de reacción, que permiten maniobrar una sonda sin necesidad de gasto de combustible, y que vemos como 2 elementos circulares en la parte inferior.
Próxima parada, el asteroide Bennu.
The construction of OSIRIS-REx has begun!
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