Space X sigue avanzando en sus planes de lograr fases de impulsión del Falcon 9 reutilizables, capaces de regresar a tierra y protagonizar un aterrizaje suave cerca del lugar de lanzamiento. Un concepto completamente alejado del más tradicional sistema de amerizaje con paracaídas, por ejemplo en los cohetes externos de los transbordadores espaciales, que implica un mayor gasto de combustible pero ahorra la necesidad de recuperarlos posteriormente. Para la compañía de Elon Musk parece evidente cual es el método mejor y más rentable, y por el apuestan.
La última prueba del conocido como Falcon 9 Reutilizable (F9R) se produjo en las instalaciones de SpaceX en McGregor, Texas. En el se puso a prueba un conjunto de aletas orientables que proporcionan control al cohete durante el vuelo de regreso, que podemos ver desplegándose en 1:12 y que regresar a su posición inicial justo después del aterrizaje. Aunque situados en la parte superior del cohete, al desplegarse en el descenso hacen la función de cola, actuando de la misma forma que sus equivalentes en flechas, y supera las tecnología militar más avanzada, misiles y bombas dirigidas. Aunque en este caso, afortunadamente, para fines más pacíficos y productivos.
En esta ocasión el F9R se elevó 1.000 Metros, pero posteriores alcanzarán un mayor altitud, dando la oportunidad de demostrar su capacidad de orientación sin motor y de realizar aterrizajes más parecidos a como sería hacerlo en un vuelo de regreso real.
Las "aletas" del F9R, que permite un control tanto en el desplazamiento vertical como en el horizontal.
Video: SpaceX Tests New Steerable ‘Fins’ on the Falcon 9R
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