A la segunda tampoco pudo ser. Aunque en si no deja de ser un objetivo secundario para la compañía, aunque ciertamente es una de las piedras angulares con las cuales quiere abaratar los lanzamientos espaciales, ciertamente los esfuerzos que está llevando Space X para conseguir cohetes no solo reutilizables, sino capaces de regresar a tierra y aterrizar suavemente por si mismos (en lugar del viejo sistema de los paracaídas y amerizajes que se utilizaban con los impulsores laterales de los Space Shuttle) están siendo decididos, aunque de momento la suerte no termina de acompañarles. Están cerca, muy muy cerca realmente, pero falta dar el último paso.
A las 20:10 UTC despegaba la Dragon SpX-6 (o CRS-7), la nueva misión de abastecimiento de la ISS protagonizada por la nave construida por Space X, impulsada hasta la órbita terrestre por el Falcon 9, cohete también de construcción propia. Con ella viajaban unos pequeños "polizones",14 cubesats Flock 1e y los cubesats Centennial 1 y Arkyd-A3 Reflight.Y como ya se está convirtiendo en una maravillosa tradición todo de desarrolló con normalidad. Ya no es noticia que la compañía de Elon Musk realice vuelos orbitales con sus propios medios y con total éxito, y quizás esa sea precisamente la mejor noticia.
Por tanto la atención se centró en la primera etapa del Falcon 9, que una vez cumplida su misión, inicio una caída controlada hacia el océano Atlántico, dirigiéndose hacia su pequeño, en realidad diminuto, objetivo, una pequeña plataforma de aterrizaje perdida entre las aguas. Y en cierta forma se repitió lo ocurrido con el primer intento: El cohete recorrió el camino previsto con extraordinaria precisión, alcanzado la plataforma, lo que realmente es un logro notable, pero falló al dar el último paso. Si en el primer caso las "aletas" que le permiten controlar su movimiento se quedaron sin aceite hidráulico pocos segundos antes de aterrizar, a causa de un consumo mayor del previsto, y eso provocó que terminara estrellándose, ahora llegó en posición vertical pero con un exceso de velocidad horizontal, lo que selló su destino.
En todo caso hay una evidente mejora entre uno y otro, lo que demuestra que estos intentos, aunque fallidos, están proporcionando una valiosa experiencia cuyas lecciones se están aplicando. Pocas dudas existen, y más viendo lo cerca que han estado de ser exitosos y la credibilidad de Space X, que tarde o temprano alcanzaran el éxito en estos aterrizajes marítimos, que abrirán las puertas a su objetivo definitivo, aterrizajes en tierra. El próximo intento será en Junio de este año, con el lanzamiento de la misión CRS-7. Veremos entonces si el refrán popular "a la tercera va la vencida" se cumple finalmente.
El plan de vuelo de esta nuevo lanzamiento. Todo se cumplió con admirable perfección, y solo falló la última de ellas, el aterrizaje mismo. Es lo único que de momento se resiste a la por otro lado fiable Space X.
En el despegue de los Falcon 9 pueden observar las patas de aterrizaje plagadas en su parte inferior. Es la estrategia clave con la cual Space X quiere abaratar los costes de los lanzamientos espaciales.
La tripulación de la ISS siguiendo el lanzamiento de Dragón. En un par de días la tendrán a las puertas de la estación.
Lanzamiento de la Dragon SpX-6 y nuevo fallo en la recuperación de la primera etapa (Falcon 9R)
LIFTOFF: Falcon 9 and Dragon begin CRS-6 mission to resupply the Space Station
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