martes, abril 21, 2015

La respiración de Imhotep

Rosetta captura el momento de la formación de un nuevo chorro de partículas.

Los grandes descubrimientos, especialmente en el ámbito de la exploración planetaria, necesitan de esfuerzo, paciencia, una notable inversión de recursos, gente apasionada dispuesta a ofrecer su tiempo de forma incondicional...y un poco de suerte. Esa que te hace estar en el lugar oportuno en el momento adecuado, algo tan importante o más que tener la mejor de las cámaras en la mejor de las sondas. Y más cuando estas explorando un cuerpo tan imprevisible como un cometa en pleno proceso de despertar de su letargo. Rosetta lo sabe muy bien, ya que recientemente su cámara OSIRIS se encontró, precisamente, mirando y tomando imágenes en el momento y lugar adecuado. El resultado es un testimonio maravilloso del despertar de Churiumov-Guerasimenko.

La actividad del cometa ha ido aumentando considerablemente en las últimas semanas y meses. A medida que el cometa se acerca al Sol, las temperaturas de su núcleo no dejan de aumentar, provocando que gases congelados sublimen desde su superficie, llevándose  partículas de polvo con ella formando una cobertura polvorienta que lo rodea, aquello que llamamos Coma. A solo cuatro meses de su perihelio - el punto más cercano al Sol - este proceso está en plena expansión, con pronunciados chorros de polvo emergiendo desde el lado diurno. Y OSIRIS capturó el momento del nacimiento de uno de ellos. 2 imágenes que conforman un espectacular "antes y después" planetario.

En la primera imagen, varios rayos de chorros de polvo enmarcan la cara superior, iluminada por la luz solar. El lado oscuro no muestra tales características. Dos minutos después, el panorama ha cambiado: Uno nuevo hace acto de presencia donde antes no había nada, con una fina estructura claramente discernible."Fue descubrimiento casual", explica el investigador principal de OSIRIS, Holger Sierks. del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar en Alemania."Nunca nadie ha sido testigo del despertar de un chorro de polvo. Es imposible planificar una imagen así".

El seguimiento en las variaciones del brillo a lo largo del chorro, los investigadores calcularon que la velocidad de los granos de polvo era al menos de ocho metros por segundo, compatibles con las mediciones realizadas con el instrumento GIADA en otras ocasiones. Lo que resulta sorprendentemente es que surge de una zona en ese momento nocturna, cerca del centro de la región conocida como Imhotep. Hasta el momento la actividad cometaria sólo se ha observado en el lado diurno.

"En estas imágenes vemos Imhotep a punto de amanecer", explica Jean-Baptiste Vicente, del equipo OSIRIS."Es posible que los primeros rayos del Sol golpearon algunos acantilados o afloramientos que permanecían ocultos a Rosetta debido a la posición orbital en ese momento". Aunque también podría ser el resultado de un tipo diferente de actividad, más explosiva, quizás una ola de calor atrapada en una capa más profunda debajo de la superficie. OSIRIS no lo pudo continuar observando más allá de estas imágenes una vez Imhotep se encontró completamente iluminado, ya que es imposible discernirlos en ese estado de sobreiluminación. Por lo tanto, no está claro si Rosetta fue testigo del nacimiento de un chorro permanente o solo de una actividad puntal, de corta duración. "Por lo general, los chorros de 67P son más longevas", dice Vincent, que ha estado monitoreando la actividad del cometa en los últimos meses. "La mayoría de ellos el pasado por una rotación completa de lado diurno, que son aproximadamente unas seis horas, y hasta reaparecen en la siguiente rotación".

La fortuna, ese elemento etéreo en el que nadie cree pero a la que todos, de una forma u otra, invocan en los momentos decisivos, estuvo ese día al lado de Rosetta. Ojala lo siga estando mucho más tiempo, y que un poco de ella alcance la dormida Philae.

Las 2 imágenes tomadas por la cámara OSIRIS con 2 minutos de diferencia en pasado 12 de Marzo. En la primera no había ni rastro de actividad en la parte nocturna. Segundos después la situación había cambiado radicalmente.

Churiumov-Guerasimenko visto desde La Tierra, mostrando aumentos puntuales de su brillo, lo que podría estar relacionado con la aparición repentina de chorros como el visto por Rosetta. 

OSIRIS catches activity in the act

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