Rosetta afrontó serias dificultades durante el sobrevuelo del 14 de Febrero debido al aumento de la actividad del cometa.
Pueden ser pequeños, extraordinariamente pequeños en algunos casos, pero su influencia se puede extender hasta miles y miles de Kilómetros de distancia, incluso más, cuando el calor solar los despiertan de su profundo sueño. Se rodean entonces de la característica nube de partículas que les dan el aspecto con que solemos verlos en nuestro firmamento, en ocasiones visibles incluso a simple vista si se aproximan lo suficiente, son lo suficientemente grandes y activos, o ambas cosas al mismo tiempo. Tan ocultos que hasta la sonda Giotto, en 1986, no pudimos verlos tal y como eran realmente. Y aunque sobrevivió, esta pequeña sonda pagó un alto precio por conseguirlo.
La vida de Rosetta, en comparación, es mucho más sencilla, ya que al acompañar al cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko en su camino hacia el Sol, no debe afrontar los tremendos impactos de partículas a alta velocidad a los que debió hacer frente Giotto, y por lo cual tenía que ir protegida por un escudo protector. Pero eso no significa que tenga sus propios problemas. Uno de ellos es la fricción que genera la nube de partículas que la rodea cada vez con mayor intensidad, y la lenta acumulación en sus paneles solares, que a la larga podría ponerla en dificultades para acumular la energía necesaria. Y es que navegar junto a lo que se está convirtiendo a marchas forzadas en una enrome fuente descontrolada de gas y polvo nunca nadie dijo que fuera sencillo.
Y con consecuencias imprevistas. El 14 de Febrero Rosetta sobrevoló la superficie del cometa, pasando a solo 6 Kilómetros de altura. Y durante el proceso la sonda, literalmente, perdió su estrella. O sus estrellas, más concretamente. Aquellas que utiliza como punto de referencia para conocer su orientación con respecto al Sol y La Tierra, especialmente importante para mantener su antena de alta ganancia orientada correctamente para permitirle establecer comunicación a plena capacidad con las estaciones terrestres, tanto para enviar los datos recogidos como para recibir nuevas órdenes. Rodeado de infinidad de partículas, su rastreador de estrellas se equivocó, confundiendo algunas de ellas por sus objetivos reales, y con ello Rosetta tuvo dificultades para orientarse, con una señal que se debilitó notablemente al no estar la antena mirando directamente hacia nosotros.
Se hicieron diversos intentos para recuperar su capacidades de seguimiento, pero había demasiado ruido de fondo debido a la actividad del núcleo: Se detectaron cientos de "falsas estrellas" y tomó casi 24 horas antes de que se restableciera correctamente seguimiento, momento en que la orientación se corrigió inmediatamente de forma automática, recuperándose la señal a su plena potencia.
Sin embargo, los problemas con estas "falsas estrellas" se siguieron produciendo, y las comparaciones con los datos ofrecidos por otros otros mecanismos de navegación mostraron inconsistencias con lo que indicaba el rastreador de estrellas. El Domingo 15 de Febrero Rosetta entró en Modo Seguro de forma automática, algo que se produce cuando ciertos parámetros caen fuera de sus rangos normales de operaciones, haciendo que la sonda tome automáticamente medidas para preservar su seguridad. Esto también incluye la desconexión de los instrumentos científicos para protegerlos.
Finalmente, en la madrugada del Domingo a Lunes, el equipo de operaciones pudo volver a Rosetta a su estado normal, mientras se desplazaba a una órbita a 200 Kilómetros de distancia del cometa, mucho más segura. Las operaciones científicas se reanudaron días después, pero las dificultades han persistido, incluida una nueva entrada en Modo Seguro a principios de Abril, de la que se esta recuperando ahora mismo. Mientras se sigue discutiendo los pasos que se deberán dar para impedir que esto suceda de nuevo, lo que posiblemente resultará en más replanificación con el fin de asegurar que la nave pueda operar de forma segura mientras la actividad del cometa siga aumentando hacia el perihelio en Agosto.
Explorar otros mundos no es sencillo, explorar un pequeño cuerpo celeste cuya caótica actividad se extiende, como una polvorienta mano, sobre todo lo que lo rodea, aún menos. Pero nunca nadie dijo que lo fuera.
El rastreador de estrellas (marcado en rojo) permite, como su nombre indica, seguir unas estrellas concretas previamente programadas, y con ello ofrece a la sonda un punto de referencia para conocer su orientación con respecto a La Tierra. Todas las sondas utilizan el mismo sistema.
El complejo camino de Rosetta alrededor del cometa. El 6 de Febrero realizó su paso más próximo, momento en que la creciente actividad la "cegó" momentáneamente.
67P/Churiumov-Guerasimenko visto desde Philae, en ese momento aún junto a Rosetta. La actividad es ya evidente, pero aún estaba lejos de la que se está viviendo ahora mismo, y de la que se vivirá los próximos meses.
Rosetta status report: close flyby navigation issues
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