Ha pasado ya prácticamente una década desde que el Sistema Solar que conocíamos dejó de ser ese grupo de planetas que tan familiar nos resultaba y su frontera exterior se expandió a gran velocidad, impulsada por los avances en nuestra capacidad de observación del Cosmos. Obligando, al mismo tiempo, a replantear como debíamos considerar a Plutón, durante tanto tiempo el más lejano de los planetas y que ahora veía como no solo había otros mundos aun más lejanos sino que algunos de ellos parecían tener diámetros parecidos o superiores al suyo.
Todo un problema, pues o bien considerábamos a Plutón un miembro más de esta lejana familia de cuerpos, el más cercana al Sol de todos ellos y el primero (adelantándose 7 décadas al resto) en ser descubierto, o pasábamos a llamar planetas a todos estos nuevos miembros de la familia solar, elevando el numero de planetas a varias decenas. La opción escogida, como todos sabemos, fue la primera, una elección que aun hoy es polémica.
En todo ello un pequeño mundo llamado Eris tuvo mucho que ver, y que de forma involuntaria hizo honor a su nombre, tomado de la diosa de la discordia de la mitología griega. descubierto en imágenes tomadas en 2003 (aunque no se anunció hasta 2005), este cuerpo pronto se demostró extremadamente parecido a Plutón en cuanto a composición química, con una órbita también muy elíptica e inclinada y que lo lleva mucho más lejos del Sol (actualmente se encuentra a 97 unidades astronómicas de nosotros, prácticamente el triple de la distancia a la que se encuentra el propio Plutón), e igualmente acompañado por una luna, Disnomia. Pero lo más importante, con un diámetro que ponía a Eris al mismo nivel que el hasta entonces noveno planeta, con estimaciones que se movían entre los 2300 a los 3000 Kilómetros. Es decir, de un tamaño parecido o quizás superior. No es de extrañar que, durante un tiempo, fuera conocido como el 10ª planeta.
Como el lógico estudiar un astro tan lejano no es tarea fácil, hasta el punto que, como vemos, las estimaciones sobre su tamaño tiene un margen de error muy amplio. Por ello el 6 de Noviembre de 2010 fue un día importante: Por primera vez se pudo observar como Eris ocultaba una lejana estrella, acontecimiento seguido por diversos observatorios terrestres.
Uno de ellos fue el telescopio robótico gestionado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía y situado en San Pedro de Atacama, y del cual tenemos la secuencia que vemos en el vídeo superior. La estrella protagonista, señalada con una flecha, desaparece por completo cuando Eris, que no es visible, se interpone exactamente entre ella y La Tierra. Es la ocultación estelar de esta clase más lejana jamás observada.
Como resultado, y combinando las diferentes observaciones realizadas, ahora posiblemente tenemos una estimación más exacta del tamaño de Eris, que según escribe el astrónomo Mike Brown en su web Mike Brown’s Planets, se mueve entre los 2.320 y 2.350 Kilómetros, es decir ligeramente más pequeño que Plutón, aunque prácticamente podemos considerarlos cuerpos idénticos.
Lo que implica un nuevo misterio: Tienen el mismo tamaño, la misma composición externa pero al mismo tiempo masas muy diferentes, pues Eris, y los datos así lo confirman, es bastante más "pesado" que el ahora ex-planeta, lo que implicaría que sus estructuras internas serían bastante dispares. El motivo por el cual dos cuerpos tan parecidos exteriormente evolucionaron de forma tan diferente es un pequeño misterio que de momento no tiene respuesta. Hasta que la encontremos seguramente muchas serán las discusiones sobre el tema. como no podía ser de otra manera tratándose de Eris.



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