Nuevos estudios a partir de los datos de Cassini aumentan aún más su posibilidades biológicas.
"La reacción entre las rocas metálicas y el agua del océano produce hidrógeno molecular (H2), lo que proporciona una fuente de energía química que es esencial para sostener una biosfera profunda en ausencia de luz solar. Este proceso es fundamental para la emergente ciencia de la astrobiología, porque puede conducir tanto a la formación de compuestos orgánicos como a los aminoácidos que pueden llevar al origen de la vida, y servir como alimento para la vida microbiana, tales como organismos productores de metano. Como tal, la serpentinización proporciona un vínculo entre los procesos geológicos y procesos biológicos, haciendo de Encelado un candidato aún más prometedor para una génesis separada de la vida".
Así resumía Christopher Glein, del Instituto Carnegie, al presentar un nuevo estudio realizado junto a otros científicos sobre la base de las observaciones y datos sobre Encelado ofrecidos por la Cassini, y que de forma indirecta, a través de sus famosas plumas de partículas de vapor de agua, nos ofrecen ahora un nuevo panorama de lo que podría esconderse bajo la superficie. El equipo desarrolló un modelo químico basado en los datos de espectrometría de masas de los granos de hielo y gases presentes en los penacho de Encelado, con el fin de determinar el pH del océano que se cree se esconde bajo su blanca superficie. El pH nos dice como de ácida o básica es el agua, siendo un parámetro fundamental para la comprensión de los procesos geoquímicos que ocurren en el interior de la luna, y que se consideran importantes para determinar su potencial para la vida.
Los resultados muestra que la columna de vapor, y por inferencia el océano, es salada con un pH alcalino de alrededor de 11 o 12. Contiene el misma Cloruro de Sodio (NaCl) que nuestros océanos aquí en la Tierra, mientras que carbonato de sodio (Na2CO3) hace que su composición lo aproxime a lagos terrestres como Mono en California o Magadi en Kenia
El modelo sugiere que este alto pH es causado por un proceso geoquímico metamórfico, llamada serpentinización. En la Tierra, la serpentinización se produce cuando ciertos tipos de rocas, conocidas como "ultrabásicas" o " ultramáficas" (bajas en Sílice y con alto contenido en Magnesio y Hierro), son transportadas hasta el fondo del océano desde el manto superior, interactuando químicamente con las moléculas de agua que las rodean. A través de este proceso, se convierten en nuevos minerales, incluyendo el mineral serpentina (del cual recibe el nombre dicho proceso), y el fluido se vuelve alcalino. En Encelado, esto se produciría cuando el agua circula a través del fondo rocoso de su océano, generando entre otros elementos
hidrógeno molecular (H2), una pieza básica para la vida.
Estos nuevos datos no hacen sino aumentar el ya enorme interés y atracción que rodea a esta pequeña luna, convertida gracias a Cassini en uno de los "puntos calientes" en la búsqueda de vida en el Sistema Solar. A finales de 2017 nos despediremos de ella con el final de esta sonda. Regresar lo antes posible será, a partir de entonces, uno de los grandes caballos de batalla de la comunidad científica. Razones para ello, como podemos ver, no faltan.
El interior de Encelado es uno de los puntos calientes de la actual astrobiología, y cuanto más sabemos de el, aunque sea a partir de datos indirectos, más parecen aumentas sus posibilidades.
Los lagos Mono y Magadi, cuya composición parece estar cerca de la que existe en el océano de Encelado.
Saturn's Enceladus --"Does It Have a Deep Biosphere?
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