En el 240 A.C. Eratóstenes de Cirene midió la circunferencia de la Tierra con asombrosa precision.
Una idea muy extendida sobre la Edad Media europea es la de pensar que en esa época se creía que la Tierra era plana. Es un tremendo error. No en vano la iglesia católica asumió desde el principio el llamado Sistema Ptolemaico como el único válido para explicar el Cosmos, un sistema que hoy día sabemos completamente erroneo excepto en un punto: El que mostraba La Tierra como una esfera.
¿A cuando se remonta entonces la idea de que es redonda? Una vez más el hilo nos lleva hasta la Grecia clásica, ya que Pitágoras (y la escuela de filosofía que fundó, llamada Pitagórica) el primero en llegar a la conclusión, el 580 A.C. de que vivíamos en una esfera, a partir de haber observado la forma de la sombra que proyectaba la Tierra durante un eclipse de Luna. La idea, que en su momento sería ignorada, reapareció en el 380 A.C. de la mano de Aristoteles, y ahora considerada más seriamente. Su argumento era tan simple como demoledor: Cuando un barco se aleja de puerto, lo primero que dejaba de verse era el casco y finalmente los mástiles...un hecho que cualquiera puede comprobar si vive en la costa y observa a un gran navío aparecer o desaparecer en el Horizonte.
Así llegamos al 240 A.C, con Eratóstenes, un famoso pensador griego que destacaba en los campos de la astronomía, la matemática y la geografía, convertido en el director de la legendaria Biblioteca de Alejandria, el mayor centro de conocimiento del mundo antiguo. En algún momento un papiro llamó su atencion...en el se decía que en Siena (la actual Asuán) ocurría un hecho curioso, y es que en el Solsticio de Verano los rayos solares caían perpendicularmente, algo que podía comprobarse gracias a la existencia de un profundo pozo, donde justo al mediodía el Sol se reflejaba en sus profundas aguas.
Intrigando Eratostenes cogió una vara y la clavó en el suelo justo durante el Solsticio, comprobando entonces que en Alejandria el Sol no pasaba por el Cenit (el punto más alto del cielo) como si ocurría en Siena.. la vara tenía sombra, cosa que no ocurría en Siena.
Esto le hizo pensar que la Tierra, tal y como ya se estaba asumiendo, efectivamente era redonda, haciendo que algunos puntos de la superficie estuviera más alejados del Sol que otros. No solo eso, sino que decidió calcular su diámetro a partir de sus conocimentos matemáticos. Lo primero que hizo fue contratar a alguien para que midiera la distancia entre ambos puntos, que resultó ser de 5.250 Estadios (840 Kilómetros). Con esta medida y el ángulo en que los rayos solares incidían en Alejandria, Eratostenes realizó el cálculo y concluyó que la Tierra tenía una circunferencia aproximada de 40.000 Km.
Hoy sabemos que es de 40.075 Km en el Ecuador y 40.009 Km si medimos de Polo a Polo. Se aproximó de una manera asombrosa a la realidad.
La astronomía aceptó así definitivamente la idea de la esfereidad, y ya no fue abandonada ni en los tiempos más oscuros del medievo. Pero si por un lado su nombre quedó para la historia como el que afianzó de manera definitiva el concepto de que la Tierra era redonda, sus cálculos pasaron un periodo oscuro: En el 150 A.c. otro astrónomo Griego, Posidonio de Apamea, hizo su propia medición (aunque con un método diferente), llegando a la conclusión de que la circunferencia terrestre era de 28.350 Kilómetros, bastante alejada de la verdadera.
Este error se perpetuó al considerarlo Ptolomeo correcto e incorporarlo en su sistema geocéntrico, transmitiéndose así a la Europa del medievo al asumirse, a través de la Iglesia Católica, el sistema Ptolemaico como cierto. También sería este cálculo erroneo el que un joven inquieto y ambicioso llamado Colon tomó prestado para intentar convencer a la corte de Isabel la Católica de la posibilidad real del viaje hacia el oeste, reduciendo por su cuenta aún más la cifra. De haber conocido el tamaño real de la Tierra resulta dudoso que se hubiese embarcado en esa aventura.
Finalmente y 18 siglos después de ser formulados, la expansión europea por todos los rincones del globo y la primera circunvalación realizada por Magallanes permitió comprobar que los cálculos de Eratostenes eran los correctos, restituyéndole el honor de ser el primero en acertar el tamaño real de nuestro mundo, ese que empezó a ser redondo hace 2.500 años, en algun lugar de la Grecia clásica.
El experimiento realizado por Eratostenes, tan simple como efectivo, demostró de forma clara e irrebatible la naturaleza esférica del mundo,
El método de Eratóstenes para medir la circunferencia de la Tierra
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