La llegada de Cheng´e 3 y Yutu rompió con casi 40 años de ausencia de una misión exploradora a la superficie lunar, iniciando, o al menos ese esperamos, una segunda etapa si no tan extraodinaria e intensa como la que se vivió durante el inicio de la carrera espacial, que tuvo su apogeo durante la década de los 60, y que se apagó tán rápidamente como se inició, mostrando hasta que punto fue fruto de una época concreta y una situación única en que 2 grandes superpotencias competían entre ellas por ir un paso más allá de su rival.
Como consecuencia La Luna es, con diferencia, y como no podría ser de otra forma dado que es el cuerpo celeste más próximo a La Tierra, donde la presencia humana dejó una huella más profunda y donde, si pudieramos caminar por su superficie, más sencillo sería encontrar objetos terrestres, desde módulos de aterrizaje y vehículos móviles abandonados hasta los restos de sondas orbitales y secciones de impulsión que terminaron sus días estrellándose en ella. En realidad la lista es extraodinariamente extensa, seguramente mucho más de lo que uno pueda imaginar realmente.
Y es que en total, sin contar las reciente misión china, nada menos que 72 objetos de origen terrestre permanecen en La Luna, enteros o reducidos a restos en un cráter, una larga lista que inició la soviética Luna 2 con una colisión programada y que tuvo sus últimos visitantes, Cheng´e 3 a un lado, con el choque contra la superficie (ya que el irregular campo gravitatorio lunar no permite permanecer en órbita baja lunar una vez agotado el combustible de sus impuslores) de la misión doble Ebb y Flow. China añade a esta ya extensa lista las visitantes 73 y 74. El futuro espera muchas más.
Luna 2, el primer enviado terrestre en alcanzar la Luna.
Ebb y Flow, los últimos objetos que tocaron La Luna antes de la llegada de la Cheng´e 3.
Moon: Space Programs' Dumping Ground (Infographic)
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