El futuro nuevo rover marciano recibe 58 propuestas de instrumentos.
La NASA afronta un futuro a corto y medio plazo en el terreno de la exploración interplanetaria poco brillante, en que los ecos de la discutible política de la actual administración de la Casa Blanca se seguirán notando más allá del final de su legislatura. El camino para hacer realidad cualquier misión exploradora necesita años de trabajo antes de dejar de ser solo un diseño teórico y convertirse en una realidad, por lo que el freno sufrido es estos años no se puede revertir aunque mañana mismo ocurriera un giro de 180º de la situación. Fruto de ello no veremos ningún lanzamiento de otra sonda estadounidense a otrom mundo hasta 2016, con InShigt y Osiris-Rex, y de ahí 4 años de desierto hasta 2020, cuando, si no se retrasa por nuevos recortes en 2015 (y no está descartado en absoluto), iniciará su viaje el nuevo rover marciano. Lejos quedan la maravillosa actividad vivida la década pasada, de la cual hoy días seguimos disfrutando sus resultados.
El éxito de Curiosity (que también afrontó la amenaza de cancelación en más de una ocasión) representó un momento de euforia para los científicos planetarios de la NASA, que sabían que algo más que el destino de un explorador robótico se había puesto en juego durante los "7 minutos de terror" vividos el 6 de Agosto de 2012. Su fracaso habría tenido consecuencias desastrosas para el programa de exploración marciano. Pero todo fue bién, y Curiosity aterrizó de una pieza en Gale, en un enorme éxito mediático del que la Agencia supo sacar partido logrando la rápida aprovación para un nuevo rover, basado en este primero y aprovechando el material "sobrante" de su construcción para abaratar costes. Después de lo vivido ese día nadie podía pensar en oponerse.
Así nació lo que de forma informal, a la espera de un nombre, se conoce como Curiosity 2.0, toda una sorpresa en su momento después que los recortes presupestarios obligara a la NASA a bajarse el proyecto Exo-Mars en el que participaba junto con la Agencia Espacial Europea, y que esta continua ahora junto con Rusia. Pero todo eso fue antes de ese famoso 6 de Agosto.
Con la idea de que esté provisto del equipo necesario para buscar señales de antigua vida marciana (lo que también hará el rover Exo-Mars en 2018), este rover se encuentra ahora en la fase de diseño, de la que forma parte la competición abierta desde Septiembre de 2012 hasta este pasado 15 de Enero, en el que la Agencia estuvo abierta a todas las propuestas sobre equipos científicos y de exploración que cualquier institución, desde pertenecientes a la propia NASA hasta pertenecientes al mundo académico, la industria, los laboratorios de investigación y otros organismos gubernamentales, incluido de otras naciones, quisieran presentar. El resultado, ahora público, no podría haber sido más espectacular.
En total la NASA recibió nada menos que 58 propuestas, el doble de lo que solía ser habitual en competiciones pasadas,17 de ellas llegadas de más allá de las fronteras de los EEUU. "La selección de propuestas para misiones científicas es muy difícil y requiere mucho tiempo. Realmente apreciamos esta abrumadora respuesta de la comunidad científica y técnica de todo el mundo, estamos sobrepasados por el apoyo y entusiasmo mostrado para con esta misión única",explicó John Grunsfeld, administrador asociado de la NASA."Esperamos ser capaces de seleccionar un conjunto de instrumentos que sean capaces de devolvernos emocionante ciencia y avanzar en la explración de Marte".
Una respuesta que muestra, nuevamente, que más allá de la falta de visión de muchos políticos, existe mucha gente con un genuino entusiasmo por la exploración espacial, que solo espera que se le de una oportunidad para responder de forma, como vemos, espectacular.
La Misión Marte 2020 (a la espera de nombre) utilizará el mismo diseño y sistema de aterrizaje de Curiosity, lo que debería dar mayor seguridad al ser algo ya probado, mientras que en el caso de este último fue una apuesta de "todo o nada", sin experiencia práctica y confiando en simulaciones y cálculos teóricos. Una vez en la superficie, en un lugar aún por determinar, iniciará su búsqueda de biomarcadores, señales químicas de la presencia de vida pasada, considerada más factible de encontrar que vida en la actualidad, siendo este su objetivo central, además de estudios geológicos y ambientales. Finalmente podría disponer también de un sistema de recogida y almacenamiento de muestras para su análisis en laboratorios terrestre, aunque no está claro cono serían enviadas a La Tierra.
Curiosity 2.0 representa, más allá de las discusiones que pueda haber sobre su instrumental final, del que aún tardaremos en saber su selección definitiva, sus objetivos y su papel global en el programa de exploración marciano, lo mejor que nos depara la NASA en el terreno de la exploración interplanetaria los próximos años. Una etapa donde viviremos grandes momentos, pero también no podremos evitar sentir la desagradable sensación de que estamos asistiendo al ocaso de una era y afrontamos un futuro lleno de incertidumbres.
El "hermano" de Curiosity, basado en su diseño, construido en parte con piezas "sobrantes" de este primero, y con el objetivo concreto de buscar señales de vida pasada.
Aunque se basa en Curiosity, aún no sabemos muchos detalles, entre ellos la fuente de energía, que podría ser un RTG o en paneles solares. Las reducidad reservas de material radioactivo para este primero disponibles hace que esta segunda opción no esté descartada.
Curiosity 2.0 podría disponer de un sistema de recogida y conservación de muestras, para su posterior envío a La Tierra, quizás a cargo de una misión posterior. Una débil respuesta a la petición de la comunidad científica de una misión específica de extracción y envío de material marciano para su estudio en laboratorios terrestres, pero que los altos costes, en un ambiente ya de por si restrictivo en este aspecto, hacen muy dificil hacer realidad.
NASA Receives Mars 2020 Rover Instrument Proposals for Evaluation
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