La apuesta de los EEUU para que el sector privado tenga un papel importante, incluso central, en el acceso a la órbita terrestre, así como el transporte de provisiones, y quizás en un futuro tripulantes, a la ISS, especialmente cuando con el retiro de los transbordadores y el aún largo camino que parece quedarle por delante a cápsula Orión para ser una realidad operativa hace que la mayor potencia espacial de la historia no tenga medios propios para hacerlo y dependa actualmente de las naves rusas, sigue adelante con pasos cada vez más firme. Y este año recién comenzado nos ofreció, con pocos días de diferencia, una nueva demostración de que este futuro, guste o no, es ya una realidad presente
Las 2 grandes empresas que están protagonizando ahora mismo esta especie de "carrera espacial privada", Space X y Orbital Sciences, afrontaba estos primeros días de Enero 2 citas clave para su futuro. La primera debía confirmar lo ya demostrado por su nuevo Falcon 9 V1.1 y poner en órbita geoestacionaria al Thaicom 6 de la empresa tailandesa Thaicom Public, lo que significaba asentarse en el siempre creciente y extremadamente competitivo mercado de los lanzamientos de satélites, mientras que la segunda afrontaba el primer vuelo oficial a la ISS de su cargero espacial Cyngus, aún más importante si se tiene en cuenta de que son los contratos firmados con la NASA para suministrar este servicio lo que permitió (y tambien a Space X, aunque ahora esta comience a diversificar su actividad) existir como tal y afrontar este ambicios proyecto.
En definitiva fueron días de nervios y tensión para todo el personal de ambas empresas que han terminado con 2 éxitos sin paliativos. Space X sería la encargada de abrir este "tour de force" el 6 de Enero de 2014 a las 22:06 UTC, con su Falcon 9 v1.1 despegaba desde la rampa SLC-40 de la Base Aérea de Cabo Cañaveral. Minutos después, y completado un vuelo sin incidencias, dejaba al satélite Thaicom 6 en una órbita transferencia geoestacionaria, poniendo punto final al primer lanzamiento del año por parte de la compañía de Murk, el primero de los 10 que espera protagonizar este año.
Apenas 3 días después le llegaba el turno a Orbital Sciences, que el pasado 9 de Enero, a las 18:07 UTC, lanzaba desde la rampa 0A de la Wallops Flight Facility el cohete Antares con su segunda nave de carga Cygnus (conocida como Cygnus 2 Gordon Fullerton o Cygnus Orb-1) en dirección a la ISS. Aunque ya había protagonizado un primer vuelo como parte de una misión de prueba, esta era el primera misión "oficial" de transporte de provisiones, la primera de los 8 programados hasta 2016 bajo el contrato CRS (Commercial Resupply Services) firmado con la NASA (al igual que Space X). Por tanto era un momento clave y se superó también con éxito, y pocos minutos después Cygnus ya se encontraba en órbita y con los paneles solares desplegados.
Aunque la denominación "privadas" no es del todo exacto, ya que han recibido amplio apoyo técnico y económico de la NASA para ser una realidad, en especial con los contratos CRS, eso no resta méritos a los logros alcanzados por ninguna de ellas, en especial Space X, con clara vocación de ir más allá del simple envío de suministros a la ISS, como muestra su entrada exitosa en el campo del lanzamiento de satélites así como sus proyectos futuros, un claro reflejo de su ambicioso fundador, Elon Musk. Pero estos servicios de transporte siguen siendo la base angular de esta actividades espacial, y por ello el reciente anuncio de la ampliación de la actividad de la ISS como mínimo hasta 2024 permite a ambas compañías afrontar la próxima década con la tranquilidad que ello ofrece, quizás dándoles tiempo para asentarse en este nunca sencillo negocio y iniciar su camino hacia una actividad realmente propia e independiente del dinero público que representa su servicio a la NASA.
Es la única manera de asegurar un futuro que de otro manera habrá sido una aventura maravillosa pero fugaz.
Antares y Cygnus, la apuesta de Orbital Sciences para ofrecer un servicio de transporte a la ISS. Construido por Thales Alenia Space a partir del diseño del módulo MPLM (Multi-Purpose Logistics Module) utilizado en los ya tretirados transbordadores, tiene capacidad para casi 3 toneladas de carga, pero a diferencia de la Dragón de Space X no es reutilizable y se desintegra en la atmósfera una vez completada su misión.
Space X muestra un ambicioso programa futuro, que de momento se está cumpliendo. Por delante proyectos realmente espectaculares, que pueden parecer excesivos y soñadores. Pero hasta ahora, a pesar de todas las dudas, sigue avanzado y cubriendo etapas.
Lanzamiento de un cohete Falcon 9 v1.1 con el satélite Thaicom 6
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