Imaginemos a nosotros mismos elevandonos en dirección al Sol, hasta situaron 50.000 Kilómetros de altura...por debajo nuestro La Tierra resplandece en todo su esplendor, en una explosión de luz y color, mientras que una tranquilidad absoluta nos rodea, lejos de cualquier rastro de satélites y basura espacial. Pero es un reino de paz que solo existiría por lo limitado de nuestros sentidos, pues, justo lo contrario, habríamos caido en una de las zonas más turbulentas y violentas que existen en las cercanias de nuestro planeta.
Y es que nos encontrariamos en el lugar donde el viento solar, desplazandose a más de un millon de Kilometros por hora, colisiona contra el campo magnético...llegando tan rápido que no tiene tiempo de simplemente desviarse por efecto de este último, sino que se acumula en ese punto, y se relantizan hasta en punto de detenerse por completo hasta de, finalmente, seguir su camino. No solo eso, sino que alli los átomos llegados del Sol se mezclan con los vestigios más alejados de la Exoesfera, la parte más externa de la atmósfera terrestre. Todo un turbulento punto de encuentro entre La Tierra y el Sol.
Aunque ya se tenía una imágen general de lo que ocurria en esas zonas externas del campo magnético terrestre, es ahora, gracias al satélite IBEX, cuando estamos desarrollando una visión más completa de todo lo que ocurre...tanto en las cercanos de la Tierra como en la lejana frontera, entre 8 y 10.000 Millones de Kilómetros en el espacio profundo, que marca el límite entre la zona bajo influencia directa del Sol y el espacio interplanetario. Y es que, en cierta forma, sus descubrimientos cercanos son un extra a lo que es su verdadero objetivo, la lejana Heliopausa, la frontera final.
Lanzado a finales de 2008 desde un cohete Pegasus XL, IBEX (Interstellar Boundary Explorer) tiene como misión el estudio en profundidad de los lejanos límites del Sistema Solar, los mismos que las veteranas sondas Voyager 1 y 2 estan cruzando hoy día, ofreciendonos lo que puede considerase el primer mapa de ese lugar apenas explorado...de que forma, desde las cercanías de La Tierra, puede este pequeño ingenio observar e incluso levantar una imagen tan completa de un lugar tan lejano? La respuesta esta en los ENAs, los átomos de Hidrógeno Neutro que, como un eco de lo que ocurre en las profundidades del espacio, llegan hasta IBEX, que los detecta con una claridad sin precedentes.
Estos "viajeros de las profundidad" son partículas que inicialmente formaban parte del viento solar, protones que al llegar hasta la turbulenta zona donde este se detiene y mezclan con los átomos del medio interestelar...en el proceso algunos pierden su carga eléctrica (absorven un electrón, de carga negativa, crandose asi un átomo de Hidrogeno neutro), y libres de toda influencia de los campos magnéticos que los rodean se dispersan en todas direcciones, incluido de regreso hacia el Sol...y hacia La Tierra, donde IBEX espera.
Pero lo que sirve para observar la lejana interacción entre el Sol y el espacio exterior también permite para conocer la mucho más cercana entre este primero y La Tierra, que también genera sus propias ENAs, e incluso con la Luna...alli no existe campo magnetico ni atmósfera que detenga el viento solar, por lo que este alcanza directamente la superficie. La mayoría de sus partículas son absorvidos (de ahí que se considera que nuestro satélite puede ser una fuente de Helio-3) pero se calcula que un 10% escapa en forma de ENAs, también detectables por IBEX.
Fluyendo desde la estrella, el viento solar se extiende a traves de todo el Sistema Solar, interactuando con los campos magnéticos de mundos como Mercurio, La Tierra o Jupiter, o bien chocando directamente contra sus atmosferas o superficies, como les ocurre a Venus, Marte, La Luna o los asteroides. Nada de ello lo detiene, pero más allá de los mundos conocidos, finalmente, pierde su empuje y se detiene, como si se tratara de un inmenso rio que, tras un completar un largo viaje, desemboca en el mar...solo que aquí se trata del mayor de todos, el gran océano estelar donde todos habitamos y en el cual, como una isla, vivimos todos nosotros bajo el abrigo del Sol.
Algunas de las partículas del Viento Solar, cuando llegan hasta la Heliopausa, pierden su carga eléctrica y, libre ya de toda influencia magnética, algunas retornan hacia el Sol, siendo detectadas por IBEX. De esta forma, estudiando la dirección y numero desde la que llegan puede levantarse un mapa de la actividad que reina en esa lejana región.
Datos de IBEX, que muestran en colores rojos las zonas de mayor producción de ENAs...puede observarse que esta se concentra en la zona frontal del campo magnético terrestre, justo aquella que mira directamente hacia el Sol y recibe el impacto mas directo del viento solar. La producción de estas partículas es realmente muy escasa, apenas 8 por centímetro cúbico, pero IBEX es tan sensible que es capaz de detectarlas.
El complejo universo que se extiende alrededor de la Tierra...el viento solar colisiona frontalmente con el campo magnetico terrestre, siendo frenado momentaneamente. En ese punto de encuentro (mancha rosa), los atomos llegados con el viento solar se mezclan con los procedentes de la Exoesfera terrestre (zona azulada), generandose ENAs que son captadas por el observatorio IBEX.
El viento solar se extiende más alla de Plutón, hasta ser frenado en algun punto dentro del cinturon de Kuiper...es la frontera que marca el final de la zona bajo influencia de la actividad solar, aunque la influencia gravitatoria del Sol sigue dominando mas alla de este limite y se extiende hasta casi dos años-luz, incluyendo asi a la inmensa nube de Oort.
Hasta el infinito y más alla...las dos sondas Voyager se encuentran, tras casi 4 décadas de viaje en la frontera final, y han entrado ya en la Heliopausa, la zona donde el viento solar se frena y empieza a mezclarse con el medio interestelar. En ella se producen los ENAs que posteriormente detecta IBEX.
OBEX
IBEX Spacecraft Finds Discoveries Close to Home
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