Obtener una imagen de nuestro planeta desde la distancia es un logro que en la actualidad es relativamente fácil, gracias al hecho de que no son pocas las sondas de exploración que se encuentran viajando por el Sistema Solar...sin embargo casi todas ellas tiene una misma prespectiva: Obervan la Tierra como si fueran un hipotético visitante exterior, dirigiendo su mirada hacia el Sol y ese punto de luz azulada que se mueve en su vecindad, pues sus objetivos suelen estar lejos de el y siempre deben mirar "hacia atras" para mirar su mundo de origen. Apenas existen imágenes desde la dirección contraria, fotografías de La Tierra que se tomen desde un lugar más cercano a la ardiente estrella que ella misma.
Y es que pocas son los vehículos que en los últimos años han emprendido viajes hacia el los mundos que se mueven en las cercanias del Sol, pues Venus y, en especial, Mercurio han sido objetivos secundarios si los comparamos con Marte, la gran meta soñada y centro "atractor" de una gran parte del esfuerzo espacial..
Sin embargo esto esta cambiando y, si bien siguen siendo una minoría dentro de la amplia familia de exploradoras planetarias, algunas de ella se estan abriendo camino hacia esa región donde la luz solar, lejos de ser un recurso escaso, es tan abundante que incluso deben protegerse adecuadamente contra ella....y entre estas se encuentra la MESSENGE, que actualmente se encuentra en su fase final de su vuelo hacia Mercurio, alrededor del cual deberá entrar en órbita a principios de 2011 tras completar un auténtico billar planetario durante el cual sobrevoló una vez La Tierra, dos veces Venus y tres el propio Mercurio, pasos todos ellos necesarios para superar el reto que supone acercarse tanto al pozo gravitatorio del Sol.
Y es en esta situación que el pasado 6 de Mayo nos regaló la imagen que vemos en la parte superior...en si no parece muy destacable, una fotografía como cualquier otra de la bóveda celeste en la que solo parece destacar la brillante estrella doble que resplandece en su parte inferior...pero que en realidad es algo mucho más cercano y familiar: La Tierra y su compañera La Luna, vistas desde esta prespectiva tan poco habitual
Bañadas por la luz de un Sol más cercano a la MESSENGER que no nuestro propio planeta, ambas, Tierra y Luna brillan como auténticas perlas, y viendolas juntas flotando en la oscuridad se comprende mejor el porqué, desde el punto de vista astronómico, esta última no es considerada tanto como un simple satélite terrestre como el integrante menor de un "planeta doble", dos mundos opuestos, uno azul y vivo, otro gris y desértico, pero ligados en un abrazo gravitatorio mutuo desde hace miles de millones de años.
Aunque es un planeta relativamente cercano, el tener que sumergirse en el campo gravitatorio solar y adquirir la trayectoria y velocidad correctas para conseguir que el pequeño Mercurio lo "atrape" , hizo que la MESSENGER tuviera que seguir un largo y complejo camino donde lentamente, y asistida por sucesivos encuentros con La Tierra, Venus y el propio Mercurio, esta tomando el camino correcto que le llevara a su objetivo a principios de 2011.
MESSENGER, resguardada del exceso de radiación solar tras un escudo, se acerca a Mercurio. Es el retorno a este pequeño mundo tras 35 años de olvido.
MESSENGER: A snapshot of home
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