Japón ultima el primer experimento real de un futuro ascensor espacial.
El concepto parece tan futurista, y al mismo tiempo está tan presente en no pocas obras de ciencia ficción, que es fácil desecharlo como un concepto ilusorio. Pero en realidad, desde que el físico ruso Konstantin Tsiolkovsky formulara esta idea hace ya más de 100 años, nunca ha sido olvidada por completo, y no poca gente han trabajado desde entonces para que algún día se convierta en realidad. No es para menos, ya que aunque los obstáculos son inmensos, también lo son los posibles beneficios, que se pueden resumir básicamente en un acceso rápido y sencillo al espacio exterior, literalmente abrirlo al mundo. No es extraño que se siga persiguiendo este sueño.
Hasta ahora todo el trabajo existió solo en el terreno teórico, en la mesa de diseño y las discusiones entre expertos. Pero ahora Japón, de la mano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Shizuoka, se dispone a dar el salto al mundo real, aunque sea de forma modesta: Dos satélites cúbicos ultrapequeños (apenas 10 centímetro cada uno) ligados por cable de acero de aproximadamente 10 metros de largo, por el que se moverá un pequeño módulo de un lado a otro, recreando el desplazamiento del futuro ascensor espacial, y que servirá para comprobar, mediante toda una serie de sensores, su movimiento, o lo que es lo mismo como se comporta en un ambiente de microgravedad. No es gran cosa, especialmente si pensamos en lo elevadores que alcancen la órbita geoestacionaria y más allá que solemos imaginar, pero es un primer paso en el mundo real. Un inicio, si queremos verlo con optimismo.
Está planeado que este experimento llegue a la ISS a bordo de un carguero H-IIB-7 japonés, que está programado para su lanzamiento desde el Centro Espacial Tanegashima el 11 de septiembre. De ahí se desplegará en órbita, iniciando así esta primera prueba, modestísima pero real, de un concepto increíble.
No resulta extraño el interés que despierta, y del que Japón está en primera línea, ya que de hacerse realidad algún día implicaría poder transportar gente y todo tipo de elementos y suministros a la órbita terrestre, geostacionaria e incluso más lejana, de forma rápida y sencilla, y sobretodo mucho más barata que de forma convencional."En teoría, un ascensor espacial es altamente plausible. Los viajes espaciales pueden convertirse en algo popular en el futuro",explica Yoji Ishikawa, quien dirige el equipo de investigación. Ciertamente subirse a un "ascensor", aunque representará un viaje de unos días, resultaría para muchos más atractiva que los cohetes.
Nuevamente remarcar que es eso un primer y modesto paso. Los desafíos que aún se tiene por delante son enormes, como encontrar o fabricar un material con la suficiente ligereza al mismo tiempo que resistencia a las tensiones inevitables en tal despliegue, y que den forma a los cables (los nanotubos de carbono son ahora un candidato), así como la fuente de energía para mover todo el complejo o como evitar posibles impactos con basura espacial. Apenas estamos al principio del camino, de uno que ni sabemos si llegará hasta sus últimas consecuencias o por el contrario se quedará en el camino, como muchos otros. Pero la idea misma es emocionante.
Representación teórica de lo que podría ser un ascensor espacial.
Quién le guiste el manga y haya leído "Alita, ángel de combate"(o Gunnm en su nombre original) estará familiarizado con el concepto, ya que la ciudad flotante de Salem es la parte inferior de un antiguo ascensor espacial ahora desconectado de la superficie.
Japón ultima el primer experimento real de un 'ascensor espacial'
Next stop space: Researchers to carry out 'cosmic elevator' experiment
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