China anuncia para Diciembre el lanzamiento de su misión a la cara oculta.
Como todos sabemos, La Luna nos muestra siempre el mismo hemisferio (en realidad un poco más debido a la libración), ya que su periodo de rotación coincide con el que tarda en las una vuelta alrededor de nuestro planeta, algo que evidentemente no es una casualidad, sino fruto de las mareas gravitatorias terrestres, que con el tiempo terminaron "atrapando" la rotación lunar. En realidad ocurre con casi todos las lunas del Sistema Solar, por lo que, lejos de ser una anomalía extraña, entra dentro de la normalidad. Aunque nada de eso impidió fantasear sobre lo que podría haber al otro lado.
El inicio de la carrera espacial y las primeras sondas volando más allá de La Luna acabaron con todo tipos de sueños y fantasías, mostrando que era igual que la cara visible. Pero no del todo. Y es que en ella los llamados "mares lunares", las grandes y oscuras llanuras volcánicas que dan al rostro lunar que conocemos su característico aspecto en el firmamento, están casi ausentes. En su lugar tenemos una superficie acribillada a cráteres, algunos de tamaño colosal, como la cuenca de impacto Aitken, la segunda mayor del Sistema Solar. La cara oculta, como vemos, tiene una historia propia que merece ser explorada.
Hasta ahora todas las sondas enviadas a la superficie, sobretodo durante la era de la Guerra Fría, había aterrizado en la cara visible por razones evidentes, como es permitir una comunicación directa entre estas y la Tierra. Pero China, en sus crecientes ambiciones espaciales, está dispuesta a ser la primera potencia terrestre en hacerlo. Y ahora sabemos que este momento histórico tendrá lugar el próximo Diciembre. Con la sonda orbital Queqia que debe actual como enlace ya lanzada y en posición el siguiente paso debía ser inminente. Y así será. La Chang’e-4, que ya parece haber completado todo el proceso de pruebas y ensamblaje, está a unos meses de abrir las puertas de la cara oculta.
La Chang’e-4 es muy parecida a la Chang’e-3, que protagonizó el primer alunizaje exitoso de China. Y no es casualidad, porque esa primer nació como una sonda de "remplazo", en caso que la segunda fallara en su intento. Cosa que no ocurrió. Fue entonces cuando se decidió aprovecharla y reacondicionarla para afrontar un viaje a la cara oculta. Por ello tendremos una misión muy parecida, con un módulo de aterrizaje y un rover, hermanos casi gemelos de Chang’e-3 y Yutu, aunque con algunas diferencias en su instrumental. Su objetivo probable, Aitken. La posibilidad de acceder a capas internas de La Luna, que quedaron expuestas por la gigantesca colisión, explica la elección.
En Diciembre La Luna y China regresarán a primera línea mediática, y por primera vez seremos testigos de un alunizaje allí donde nunca nadie lo hizo antes, al otro lado del cielo que una vez nos pareció inalcanzable.
Chang’e-4 nació como hermana gemela de la 3, como forma de tener un remplazo en caso de pérdida de esta última, aunque ahora, preparada para ello, afrontará un viaje mucho más ambicioso.
Para cualquier explorador situado al otro lado de La Luna nuestro planeta estaría fuera de su vista de forma permanente. De ahí la necesidad de una sonda de enlace, la Queqia, que ya se encuentra situada en el punto de Lagrange 2 del sistema Tierra-Luna lista para ofrecer cobertura.
La otra cara de La Luna, con un aspecto que denota una historia propia, quizás fruto, en buena parte, de su anclaje gravitatorio. La misión china seguramente aterrizará en algún lugar de la cuenca Aitken, que podemos ver en la parte inferior.
China's mission to the far side of the Moon will launch in December
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