Entre algún momento entre hoy y mediados de Octubre sus reservas de combustible afrontarán su último suspiro, su agotamiento total y definitivo. Cuando eso ocurra ya no podrá mantenerse correctamente orientado para comunicarse con la Tierra, y su misión de 11 años habrá llegado a su final. Un momento triste, pero al mismo tiempo digno de celebrarse, ya que en realidad no es el final, sino la culminación de un éxito sin paliativos."Aunque será triste despedirle de nuestra familia de exploradores, estamos muy orgullosos de sus logros", explica Lori Glaze, directora en funciones de la División de Ciencias Planetarias en la sede de la NASA en Washington."No solo desveló secretos científicos de Vesta y Ceres, sino fue la primera sonda en visitar y orbitar cuerpos planetarios diferente durante su misión. Los logros científicos y de ingeniería de Dawn se harán eco a lo largo de la historia".
Su legado es inmenso, pero que podemos sintetizar en cuatro puntos:
- Hazaña tecnológica: Su éxito en entrar en órbita alrededor de Vesta, salir de ella, dirigirse hasta Ceres y entrar de nuevo en órbita, fue posible gracias a la propulsión iónica, un sistema de propulsión tremendamente eficiente, familiar los entusiastas del espacio. Dawn superó los límites de las capacidades y la resistencia de este sistema, mostrando lo útil que podría ser para futuras misiones que apunten también a la visita de múltiples destinos.
- Ventana al pasado: Los científicos obtuvieron una nueva percepción de las primeras etapas del Sistema Solar, cumpliendo el objetivo de Dawn. Y es que su nombre, "amanecer", no es casual, ya que eso es precisamente lo que se buscaba, aprender más sobre el amanecer de nuestro hogar.
Se escogió a Ceres y Vesta porque son como cápsulas de tiempo, sobrevivientes intactos de la parte más temprana de nuestra historia."Ambos han contado su historia de cómo y dónde se formaron y cómo evolucionaron: Una ardiente historia magmática que condujo a la rocosa Vesta y a una historia más fría y rica en agua que dio como resultado el antiguo mundo oceánico Ceres. Estos tesoros de información continuarán ayudándonos a comprender otros cuerpos en el Sistema Solar en el futuro".
- Espectacular Ceres: Había tanto que los científicos no conocían sobre este planeta enano que no se sabía exactamente que se podrían encontrar. Algunos imaginaba una superficie lisa y joven, una enorme bola blanca con una costra congelada. En cambio, encontraron un planeta enano claramente influenciado por la química de su antiguo océano."Lo que encontramos fue completamente alucinante. La historia de Ceres se extendió por toda su superficie", explica Carol Raymond, del JPL
Algunos de los deslumbrantes puntos brillantes resultaron ser depósitos salados, compuestos principalmente de carbonato de sodio que llegó a la superficie en forma de salmueras fangosas desde dentro o debajo de la corteza. Los hallazgos refuerzan la idea de que los planetas enanos, no solo las lunas heladas como Encélado y Europa, podrían haber albergado océanos, y aún podrían hacerlo. Los datos sugieren que todavía puede haber líquido bajo la superficie de Ceres y que algunas regiones fueron geológicamente activas hace relativamente poco tiempo
Una de las mayores revelaciones se encuentra en la región del cráter Ernutet. Se encontraron moléculas orgánicas en abundancia, aunque los datos logrados por Dawn no pueden determinar si los compuestos orgánicos de Ceres se formaron mediante procesos biológicos."Hay una evidencia creciente de que los orgánicos en Ernutet vinieron del interior de Ceres, en cuyo caso podrían haber existido durante algún tiempo en el océano interior temprano", resume Julie Castillo-Rogez, científica del proyecto Dawn e investigadora principal adjunta del JPL.
- Vibrante Vesta: Dawn encontró aquí a un testigo de 4.500 millones de años de edad que podría interrogar. Se mapeo los cráteres y reveló que su hemisferio norte había experimentado impactos más grandes de lo esperado, lo que sugiere que había más objetos grandes en el cinturón de asteroides al principio de lo que los científicos pensaban. Vesta también tuvo otras sorpresas. Aunque técnicamente se clasifica como un asteroide, su rico y variado terreno terreno, así como señales de procesos geológicos similares a los planeta, señalan que también ellos pueden ser mundo complejos.
Ahora, cerca del final, sigue recopilando imágenes de alta resolución, espectros de rayos gamma y neutrones, espectros infrarrojos y datos de gravedad, llegando a solo 35 kilómetros de su superficie, reuniendo datos valiosos hasta que se agote la última gota de hidrazina que alimenta los propulsores que controlan ahora mismo su orientación, dado que las ruedas de reacción, que permitían maniobrar sin necesidad de esos primeros, fueron fallando una detrás de otra a lo largo de los años. Eso la hizo dependiente por completo de ellos, y por tanto a gastar más rápidamente sus menguantes reservas. Aún así, sin dichas ruedas, esto habría ocurrido hace años, por lo que pese a todo cumplieron su cometido con éxito.
Cuando todo termine y se corten las comunicaciones, Dawn permanecerá "aparcada" en su órbita actual por tiempo indefinido. No se estrellará en la superficie, ya que, dando el alto interés que tiene Ceres para los científicos que estudian la química que conduce al desarrollo de la vida, la NASA sigue con ella estrictos protocolos de protección planetaria, evitando en lo posible cualquier contaminación, y puesto que este pequeño mundo no tiene atmósfera, no se puede hacer como Cassini. La opción elegida fue dejarla ahí, asegurando que quedará en una órbita estable. Quizás, en un futuro distante, si exploradores humanos llegarán a poner sus pies en la superficie, al mirar hacia arriba aún podrán ver una diminuta estrella surcando su oscuro firmamento.
Legacy of NASA's Dawn, Near the End of its Mission
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