Llegar es relativamente sencillo, lo difícil es mantenerse. Y cuando tienes que realizar auténticos juegos de equilibrio para iniciar nuevas etapas de tu misión o afrontar un riesgo imprevisto improvisando medidas para intentar poner a salvo tu vehículo a distancia, calculando exactamente donde y cuando estará en cada momento ahora y en el futuro, eso se multiplica exponencialmente. Y es que entrar en órbita alrededor de otro mundo suele ser, para los encargados de navegación, el final de una etapa pero el inicio de otro aún más intensa y llena de retos a superar. Una que no termina hasta el mismo final de la sonda
Mars Odyssey lleva 2001 en órbita marciana, la más veterana de todas las sondas hoy día en activo en el planeta rojo. Aún científicamente productiva y con un especial valor como relé de comunicaciones con los exploradores de superficie, largo es su historial de modificaciones a los que a tenido que hacer frente desde entonces, todos ellos para permitir a sus equipos científicos afrontar nuevos retos. Pero el pasado 5 de Agosto la sonda activó, durante 5 segundos y medio, sus cuatro impulsores de navegación, un encendido leve pero cuidadosamente calculado para que el próximo 19 de Octubre se encuentre, durante los minutos de máximo peligro, al otro lado del planeta rojo cuando llegue el cometa Siding Spring, haciendo que este primero como su escudo protector.
Sus reservas de combustible son muy limitadas, pero esta maniobra utilizó menos del 1% del total aún disponible, lo que junto a la experiencia adquirida por sus controladores, que hacen ahora un uso más eficiente que durante los primeros años de misión, hacen pensar que Mars Odyssey aún seguirá con nosotros durante algunos años más.
Por su parte Cassini, en el espacio desde 1997 y en órbita alrededor de Saturno desde finales de 2004, afronta sus 3 últimos años de vida dispuesta a dejar para la posteridad un rastro inolvidable de imágenes aún más espectaculares. Y para conseguirlo este 9 de Agosto afrontará el mayor ajuste de trayectoria en los últimos 5 años, y la última de esta magnitud antes de su final, en 2017. Un encendido de su impulsor principal de alrededor de 1 minuto que cambiará su velocidad en unos 12.5 Metros/Segundo, iniciando lo que se conoce como un proceso de "cranking down", en el que órbita se irá aproximando cada vez mas al plano de los anillos y las lunas, del que se alejó, siguendo el camino inverso que inició tiempo atrás, después de sobrevolar Titán en diversas ocasiones, con el óbjetivo de explorar las zonas polares de Saturno.
A diferencia de la Mars Odyssey y el resto de sondas en órbita alrededor de Marte, los encargados de navegación de Cassini tienen a Titán como un valioso recurso extra que permite, utilizando su campo gravitatorio, ajustar, acelerar o frenar según las circunstancias del momento sin necesidad de gastar combustible, ofreciendo impulsos que en ocasiones han igualdo y hasta superado el que representó el encendido de 96 minutos que permitió frenar la sonda para que Saturno la atrapara en 2004. Un ahorro vital clave para permitir una misión tan longeva al mismo tiempo que cambiante en su órbita.
Mars Odyssey y Cassini representan, junto a la Mars Express, el máximo exponente, dejando de lado las extraodinarias Voyager, que siguen un viaje sin retorno hacia las estrellas, de esas viejas veteranas interplanetarias que, después de tantos años en servicio, siguen en plena actividad gracias a sus equipos de navegantes, que día a día trabajan para ajustar sus trayectorias, planear nuevas maniobras y crear un camino viable para todos ellos.
Veteranas pero siempre demostrando que siguen siendo capaces de afrontar las maniobras necesarias para afrontar nuevos objetivos o amenazas para su integridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario