Descubierto el primer asteroide Troyano de la Tierra.
Imaginemos que nos enfrentamos a un examen de astronomía y una de las preguntas dice así ¿Cuales son los tres tipos de cuerpos celestes que puede estar ligados a un planeta? Lo primer que nos vendría a la mente, evidentemente, serían los satélite, las muchas y diversas lunas que, con la excepción de Mercurio y Venus, rodean y acompañan a todos los planetas del Sistema Solar, y incluso, como es el caso de Plutón, de aquellos que ahora no están cosiderados como tales. Sin duda sería la más lógica de las respuestas..
Despues, posiblemente, señalaríamos a los anillos, presente no solo en Saturno, sino también en los otro tres gigantes gaseosos aunque lejos de la espectacularidad de los primero..
Pero la tercera seguramente se resistiría a la mayoría. ¿Que hay, más allá de las lunas y los anillos? La respuesta correcta serían los asteroides Troyanos, aquellos que comparten la órbita con un cuerpo planetario, siguiendo su desplazamiento, bien por delante de el o bién por detrás, manteniendose en los puntos de Lagrange L4 y L5, allí donde la conjunción de las diversas influencias gravitatorias se compensan y crean zonas donde un objeto (sea natural, como un asteroide, o artificial, como observatorios espaciales) puede permanecer en una posición estable con respecto al planeta "madre", aunque en realidad lo que hacen es orbitarlas como si alli existiera una versión "fantasma" de este último.
Son compañeros conocidos de Marte, Júpiter y Neptuno....y ahora también de La Tierra. Y es que el análisis de los datos ofrecidos por el observatorio espacial WISE, que concluyó su misión de observación de la Bóveda celeste en infrarrojos a principios de 2011, desvelo la presencia de un pequeño compañero de nuestro planeta hasta ahora desconocido. Su denominación: 2010 TK7.
Estamos ante un pequeño cuerpo de unos 300 metros situado en L4, es decir, que precede a La Tierra en su viaje alrededor del Sol a unos 80 millones de Kilómetros de distancia, aunque esta parece varíar notablemente con el paso del tiempo, con unas estimaciones orbitales para los próximos 100 años bastante definidas y que indican que 2010 TK7 nunca se acercára a menos 24 millones de Kilómetros. Un compañero leal pero que mantiene las distancias.
Sin embargo 2010 TK7 parece un Troyano algo especial, con una órbita más extendida de lo que ya de por si suelen seguir los demás cuerpos de su clase, tanto que en ocasiones se aleja lo suficiente para situarse fuera de nuestro campo de visión, practicamente al otro lado del Sol. Sin duda un comportamiento curioso para un objeto que será estudiado en profundidad los próximos años para conocer mejor su naturaleza, pues de momento es poco más que un punto en la distancia del que apenas sabemos nada más que su tamaño aproximado y sus parámetros orbitales.
Imaginemos que nos enfrentamos a un examen de astronomía y una de las preguntas dice así ¿Cuales son los tres tipos de cuerpos celestes que puede estar ligados a un planeta? Lo primer que nos vendría a la mente, evidentemente, serían los satélite, las muchas y diversas lunas que, con la excepción de Mercurio y Venus, rodean y acompañan a todos los planetas del Sistema Solar, y incluso, como es el caso de Plutón, de aquellos que ahora no están cosiderados como tales. Sin duda sería la más lógica de las respuestas..
Despues, posiblemente, señalaríamos a los anillos, presente no solo en Saturno, sino también en los otro tres gigantes gaseosos aunque lejos de la espectacularidad de los primero..
Pero la tercera seguramente se resistiría a la mayoría. ¿Que hay, más allá de las lunas y los anillos? La respuesta correcta serían los asteroides Troyanos, aquellos que comparten la órbita con un cuerpo planetario, siguiendo su desplazamiento, bien por delante de el o bién por detrás, manteniendose en los puntos de Lagrange L4 y L5, allí donde la conjunción de las diversas influencias gravitatorias se compensan y crean zonas donde un objeto (sea natural, como un asteroide, o artificial, como observatorios espaciales) puede permanecer en una posición estable con respecto al planeta "madre", aunque en realidad lo que hacen es orbitarlas como si alli existiera una versión "fantasma" de este último.
Son compañeros conocidos de Marte, Júpiter y Neptuno....y ahora también de La Tierra. Y es que el análisis de los datos ofrecidos por el observatorio espacial WISE, que concluyó su misión de observación de la Bóveda celeste en infrarrojos a principios de 2011, desvelo la presencia de un pequeño compañero de nuestro planeta hasta ahora desconocido. Su denominación: 2010 TK7.
Estamos ante un pequeño cuerpo de unos 300 metros situado en L4, es decir, que precede a La Tierra en su viaje alrededor del Sol a unos 80 millones de Kilómetros de distancia, aunque esta parece varíar notablemente con el paso del tiempo, con unas estimaciones orbitales para los próximos 100 años bastante definidas y que indican que 2010 TK7 nunca se acercára a menos 24 millones de Kilómetros. Un compañero leal pero que mantiene las distancias.
Sin embargo 2010 TK7 parece un Troyano algo especial, con una órbita más extendida de lo que ya de por si suelen seguir los demás cuerpos de su clase, tanto que en ocasiones se aleja lo suficiente para situarse fuera de nuestro campo de visión, practicamente al otro lado del Sol. Sin duda un comportamiento curioso para un objeto que será estudiado en profundidad los próximos años para conocer mejor su naturaleza, pues de momento es poco más que un punto en la distancia del que apenas sabemos nada más que su tamaño aproximado y sus parámetros orbitales.
2010 TK7 es el primero pero, quizás, no el único...futuras observaciones y el avance en la tecnología de observación deberán desvelar si allí, lejos de La Tierra pero firmememente ligados a ella, existen otros escondidos en la oscuridad, compañeros invisibles de nuestro planeta que lo acompañan en su eterno viaje alrededor del Sol.
La curiosa órbita de 2010 TK7, que, como un mensajero de La Tierra, la precede en su viaje alrededor del Sol.
Los puntos de Lagrange, 5 posiciones donde las diversas fuerzas gravitatorias presentes se compensan para permiter que un objeto permanezca en una posición estable con respecto a la Tierra...L1 y L2 son especialmente últiles para situar observatorios espaciales. L4, que se situa a 60º por delante del movimiento del planta, es alrededor del cual gira el Toryano ahora descubierto.
Earth’s First Trojan Asteroid Discovered
First Asteroid Companion of Earth Discovered at Last
La curiosa órbita de 2010 TK7, que, como un mensajero de La Tierra, la precede en su viaje alrededor del Sol.
Los puntos de Lagrange, 5 posiciones donde las diversas fuerzas gravitatorias presentes se compensan para permiter que un objeto permanezca en una posición estable con respecto a la Tierra...L1 y L2 son especialmente últiles para situar observatorios espaciales. L4, que se situa a 60º por delante del movimiento del planta, es alrededor del cual gira el Toryano ahora descubierto.
Earth’s First Trojan Asteroid Discovered
First Asteroid Companion of Earth Discovered at Last
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