Es la galaxia, sin contar con las pequeñas satélites de la nuestra, más cercana, la única visible a simple vista como una tenue mancha luminosa en los cielos del hemisferio Sur. Y la distancia se reduce al ritmo de 110 Kilómetros/Segundo. Y es que ambas están viviendo un inevitable proceso de convergir en una sola. Puede sonar catastrófico, pero es un proceso habitual en el Universo, en expansión en su conjunto, pero que vive, a niveles locales, una tendencia opuesta. Y el conocido como "Grupo Local", el pequeño grupo de galaxias ligadas por su gravedad común del que formamos parte, no es una excepción.
Andrómeda y la Vía Láctea son, en este orden, las dos mayores, y por tanto no resulta extraño que toda la dinámica del grupo pivote alrededor de ellas. Y se están atrayendo una a la otra, como demuestra el espectro luminoso de esta primera, desplazado hacia al azul, justo al contrario de las que se encuentran a mayor distancia y no forman parte del grupo, que los tiene desplazados al rojo. Y mientras esto último indica alejamiento, el de Andrómeda indica justo lo contrario. Se está aproximando, y las últimas estimaciones indican que ambas deberían colisionar dentro de 3-4000 millones de años. Demasiado lejos en el tiempo para que debamos preocuparnos lo más mínimo, pero aún así, para aquellos que se preocupen por el destino de nuestros lejanos descendientes (si es que existen), veamos las consecuencias que tendrá tamaño acontecimiento.
En una colisión de galaxias de diferente tamaño, la mayor absorbe la más pequeña en su totalidad, incorporando las estrellas de esta última a las suyas propias. Es lo que se llama "canibalismo galáctico", y la misma Vía Láctea no es ajeno a ello. En realidad aún lo sigue haciendo ahora mismo, como delatan tenues cintas de polvo, gas y estrellas que la rodean, pequeñas galaxias en proceso de ser devoradas.¿Pero que ocurre cuando las protagonistas son dos de un tamaño relativamente parecido? Como es sencillo imaginar, un cataclismo a gran escala, aunque curiosamente inofensivo para las estrellas que las componen.
Cuando la Vía Láctea y Andrómeda entren en colisión (en un lento proceso de durara varios miles de millones de años más) sus respectivas estructuras espirales quedarán destruidas por completa, y con el tiempo terminarán dando forma una galaxia elíptica gigante con ninguna estructura espiral discernible. El caos gravitatorio desatará una etapa de nuevos nacimientos estelares, un boom de natalidad causada por la compresión y colapso de la mayor parte de las nubes de gas y polvo existente en ambas, y siguiendo esa estela de vida, se dispararán la aparición de supernovas, a medida de que las estrellas de mayor tamaño, nacidas en esta etapa de caos, mueran rápidamente, enriqueciendo químicamente a esta nueva ciudad galáctica. Vía Andrómeda o Andrómeda Láctea, como queramos.
Sin embargo esa misma explosión de nacimientos hará que la nueva galaxia envejezca prematuramente, al agotar la mayor parte del combustible disponible de forma acelerada. Es por eso que las galaxias elípticas, nacidas en este tipo de eventos, tienen muchas estrellas viejas y un nivel de nacimientos muy bajo. Con el tiempo, a medida que esa etapa inicial quede atrás, Vía Andrómeda cada vez se parecerá más a ellas. Y quien sabe si con el añadido posterior de la galaxia del Triángulo, la tercera en tamaño del Grupo Local, y que podría sumarse al proceso más tarde.
¿Y que ocurrirá con sus respectivas estrellas? A pesar de que se estima que la Vía Láctea dispone de hasta 300.000 millones, y que la población de Andrómeda puede ser hasta tres veces superior, entre ellas se abren distancias enormes. Una galaxia es básicamente espacio vacío. Por tanto la posibilidad de una colisión entre ellas es extremadamente improbable. Otra historia es donde terminará finalmente, dado el caos generado, acentuado por la fusión de sus respectivos agujeros negros centrales, y las ondas gravitacionales generadas durante el proceso. Posiblemente no pocas terminarán convertidas en las conocidas como "estrellas fugitivas", proyectadas fuera de la naciente galaxia, hacia la oscuridad más absoluta.
Es el escenario situado en un futuro tan lejano que, desde nuestro punto de vista, esta situado en el infinito, más allá de la existencia. Y en cierta así es, ya que la fusión será completa y la elíptica Vía Andrómeda una realidad dentro de 7.000 millones de años, cuando el Sol y La Tierra ya solo serán un recuerdo situado varios miles de millones de años atrás. Cual será el destino de la Humanidad para entonces, si es que sigue existiendo para entonces, es algo que solo podemos imaginar en nuestros sueños más extraños, situados en una galaxia muy, muy lejana.
Imaginando la aproximación y fusión de la Vía Láctea y Andrómeda desde un planeta situado en esta primera.
Ejemplos de fusiones entre galaxias vistas por el Hubble. Aunque el Universo se expande, a nivel local muchas galaxias se mantienen atadas entre ellas, en forma de cúmulos y supercúmulos galácticos. Por tanto este tipo de fusiones es relativamente habitual.
What Happens When Galaxies Collide?
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