Nada es más exigente que una misión interplanetaria. Nadie puede ir con la caja de herramientas hasta ella si algo falla, y realmente existen infinidad de cosas que pueden ir mal, todas potencialmente fatales, incluso las más pequeñas, fáciles de corregir en tierra pero fuera de nuestro alcance una vez la sonda inicia su viaje. Por ello, aunque solo suele ser foco de atención mediática en el lanzamiento y una vez llega al objetivo, todo el tiempo que transcurre entre ambos puntos esta lejos de ser tranquilo. Bien al contrario, es cuando se comprueba que todas las partes que componen estos delicados viajeros han aguantado la tensión del despegue y están en buen estado. Si alguno de ellos no supera la prueba, empiezan los problemas.
En el caso de la OSIRIS-Rex su brazo robótico, conocido como TAGSAM (Touch-and-Go Sample Acquisition Mechanis) es el corazón mismo de la misión, ya que será el responsable de tomar las muestras del asteroide Bennu que después llevará a la Tierra. Y si tenemos en cuenta que esta sonda se construyó específicamente con ese objetivo, de fallar todo se perdería. Podría hacer ciencia con sus otros instrumentos, y aprenderíamos mucho sobre este asteroide, y por extensión de este tipo de cuerpos celestes, pero no sería más que una sombra de lo que podría haber sido. Es lógico, por tanto, que el desplegarlo por primera vez, comprobar que todo en el funciona como debe, era un momento crítico para su equipo en tierra.
Y por fortuna, pese a llevar varios años plegado y en espera, respondió a la perfección. Según lo planeado, los ingenieros de Lockheed Martin ordenaron a la sonda que moviera el brazo en toda su gama de movimientos, flexionando las articulaciones de sus hombros, codos y muñeca, cosa que hizo de forma perfecta, como dejó constancia la SamCam. Despues de un largo sueño, y después de los estiramientos para sacarse el sueño de encima, está listo para el trabajo."El equipo está muy complacido de que TAGSAM haya sido lanzado, implementado y esté operando según lo ordenado en todo su rango de movimiento", explicó Rich Burns, gerente de proyecto OSIRIS-REx."Estuvo plegado por más de dos años desde el lanzamiento, por lo que es gratificante verlo fuera de sus ataduras y que tenga un buen comportamiento".
Los ingenieros de Lockheed Martin pasaron más de una década diseñando, construyendo y probando TAGSAM, que incluye un brazo de 3,35 metros, con tres articulaciones, un cabezal de toma de muestras redondo y tres botellas de gas nitrógeno de alta presión. Esta prueba fue un ensayo para el gran momento, a mediados de 2020, cuando la OSIRIS lo desplegará de nuevo, descenderá lentamente a la superficie de Bennu y tocará brevemente el asteroide. Una explosión de gas nitrógeno agitará el regolito en la superficie del asteroide, que quedará atrapado en la cabeza de TAGSAM, en una operación de unos 5 segundos de duración, después de lo cual la sonda pequeñas maniobras para alejarse, mientras que la cámara SamCam tomará una imagen del cabezal, como lo hizo durante esta prueba, para ayudar a confirmar la toma de material.
OSIRIS-Rex está lista para el gran momento. Todos aquellos que trabajaron años, diseñando cada uno de sus delicados componentes con el temor siempre presenta de que fallen ante las duras condiciones del espacio, pueden respirar un poco más tranquilos.
La "cabeza" de toma de muestra de TAGSAM, extendido desde la sonda. La imagen fue obtenida por la cámara SamCam el 14 de noviembre de 2018 como parte de una revisión visual, que también muestra como funcionará esta última y lo que veremos durante el momento de la recolección de las muestras. Hay dos conjuntos de placas en el perímetro superior, uno de los cuales es completamente visible en esta imagen. Estas permitirán registrar el material que se haya podido recoger durante los segundos en que toque la superficie del asteroide.
TAGSAM Testing Complete: OSIRIS-REx Prepared to TAG an Asteroid
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