miércoles, octubre 10, 2018

Una nueva odisea

La sonda Parker sobrevuela Venus.

Es solo el primero de un total de siete encuentros planetarios, en los que la sonda utilizará la gravedad de este vecino planetario para lanzarse más y más profundamente en el pozo gravitatorio del Sol, hasta literalmente zambullirse en la Corona y rozar la Fotosfera, apenas 5 millones de Kilómetros por encima de la rugiente superficie de nuestra estrella. Una construcción diseñada para mitigar al máximo los efectos del calor y una velocidad nunca alcanzada antes, unos 700.000 Kilómetros/hora, son las armas con las cuales espera sobrevivir al viaje más extremo jamás afrontado por una sonda, y que será posible gracias a la ayuda de Venus.

Imaginada durante décadas, con sucesivas ideas y diseños, la idea de la sonda Parker no ha dejado de evolucionar y cambiar. Muchos aspectos no tiene nada que ver a como se imaginaban inicialmente, y otras representaron un giro completo a lo que aparentemente era un camino ya decidido. Y este es el caso de utilizar Venus como lanzadera gravitatoria, ya que incluso en un momento tan cercano en el tiempo como 2007, cuando el proyecto ya avanzaba a toda máquina, la simple idea de utilizar este ardiente gemelo de la Tierra parecía descartada, y parecía haber un acuerdo casi definitivo para que fuera Júpiter el protagonista de esta historia. La Parker estuvo cerca de ser una misión que habría necesitado media década en alcanzar su objetivo, y con un retorno científico que habría sido solo una fracción del que ahora se espera, aunque la atracción por poder visitar las zonas polares de nuestra estrella siguió alimentado la opción joviana.

Las cosas comenzaron a cambiar cuando Andy Dantzler, manager del proyecto Parker y que nos dejaría en 2011, planteó la opción alternativa de que la sonda permanecería en el plano de la eclíptica, donde no llegaría tan cerca del Sol como se planeaba originalmente ni se sobrevolaría los polos, pero a cambio se tendrían un número de aproximaciones mucho mayor. Era un cambio radical, ya que existía un gran interés en el hecho de pasar por los polos, solo observados por la Ulysses desde mucha mayor distancia. Pero pronto recibiría apoyos.

El primero fue de una nueva investigación publicada en 2009 por Thomas Zurbuchen, de la Universidad de Michigan, que mostró que el viento solar que podía medirse desde el plano eclíptico era en realidad de una mezcla diversa de fuentes. No solo era el más lento, conocido por ser más común cerca del ecuador, sino también el conocido como de "alta velocidad", que a menudo se origina más cerca de los polos y que sigue siendo un misterio. Si se estudiaba desde el plano eclíptico durante un período de años, los científicos podrían aprender acerca de este último de maneras que no habían anticipado previamente.  No era necesario ir a los polos para ello.

El segundo fue el desarrollo de la trayectoria actual de Parker."Al comenzar, no tenía ni idea de si podía encontrar una solución", explica Yanping Guo, directora de navegación de la Parker."Todos pensaban que Júpiter era la única forma práctica de acercarte tanto al Sol". Pero ella desarrolló cinco opciones alternativas que mantendrían a la sonda cerca del plano eclíptico y no requerirían viajar a Júpiter. Estas utilizaban una combinación de ayudas de la gravedad de la Tierra y Venus para acercarla a lo largo de varios años a nuestra estrella. Y una de ellas cumplía con todos los requisitos: Una duración de menos menos de 10 años, con una aproximación final a menos de 10 radios solares.

Esta fue la elegida como la trayectoria de la misión actual, incluidos siete encuentros con Venus como forma de ir ajustándola. En lugar de dos únicos sobrevuelos del Sol a unos 3 millones de Kilómetros de distancia, se tendrían 24, y aunque estos serían algo más lejanos (algo más de 6 millones de Kilómetros), el tiempo en que permanecería en el interior de la Corona pasó de las 100 iniciales a casi 900, estándo así en posición de lograr un retorno científico muy superior. Y el pasado 3 de Ocubre se escribió la primera página de esta nueva odisea solar, que tan diferente pudo ser. Este próximo 31 de Ocubre, por fin, nos adentraremos por primera vez en en corazón del Sistema Solar.

La misión Parker, tal como se planificó finalmente y como hubiera sido de seguir el plan inicial de utilizar Júpiter. 

Parker Solar Probe Changed the Game Before it Even Launched

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