Gaia detecta estrellas entrando en nuestra galaxia desde más allá de sus límites.
La Vía Láctea es como un enorme río de estrellas, varios cientos de miles de millones de ellas, incluido el Sol, que se arremolina alrededor de su enigmático corazón. Todas siguen ese camino marcado, aunque hay algunas que se rebelan contra lo establecido, siguiendo un camino totalmente desligado del resto. Son las llamadas "hiperveloces", lo que ya de por si define bien de lo que estamos hablando, astros que por avatares del destino, quizás por un encuentro demasiado cercano con el agujero negro central, quizás por la muerte de una antigua compañera, se ven lanzadas a tal velocidad que han roto las cadenas gravitatorias y están destinadas a perderse en la oscuridad intergalática, hacia una soledad apenas imaginable.
Se conocen solo unas pocas, y con Gaia se esperaba descubrir algunas más. De hecho, así se publicó el segundo catálogo de datos reunidos por este explorador galáctico, no pocos astrónomos se lanzaron a la búsqueda de estas fugitivas. Especialmente se centraron en un subconjunto de siete
millones de las estrellas más brillantes, de las que también se ha medido con qué
velocidad se alejan de nosotros."Entre ellas encontramos veinte que viajaban con
rapidez suficiente como para acabar escapando de la Vía Láctea", explica
Elena Maria Rossi, autora del nuevo estudio. Una sorpresa, ya que se esperaba encontrar una como mucho.
Sin embargo la gran sorpresa fue descubrir que la mayor parte de esas 20 fugitivas no estaban saliendo de la Vía Láctea, sino justo al contrario, entrando en ella y aproximándose al corazón galáctico. Buscábamos estrellas que estuvieran precipitándose hacia la oscuridad más allá de los límites, pero en su lugar se encontró muchas otras que estaban haciendo lo contrario: Llegaban desde más allá y estaban adentrándose en nuestra ciudad estelar. El universo está lleno de sorpresas, y es maravilloso que así sea.
La pregunta que surge de todo ello es inevitable:¿Cual es el punto de origen de estas visitantes? Uno de ellos sería la Gran Nube de Magallanes, aunque también podrían proceder de otra aún más lejana. Si ese es el caso, acarrean la "huella" de su lugar de origen, y su estudio a distancias mucho más cercanas que su galaxia progenitora puede ofrecer información única sobre la naturaleza de las estrellas de otras galaxias, de forma similar a lo que sucede al estudiar material marciano traído hasta nuestro planeta por meteoritos."Las estrellas pueden acelerarse a altas velocidades cuando interactúan con un agujero negro supermasivo", apunta Elena."Así, su presencia podría ser un signo de este tipo de agujeros negros en galaxias cercanas. Pero también podrían haber formado parte de un sistema binario, y haber sido lanzadas hacia la Vía Láctea cuando su compañera explotó en forma de supernova. En cualquier caso, estudiarlas nos permitiría saber más sobre este tipo de procesos en galaxias vecinas".
Otra posibilidad, más cercano, es que podrían ser nativas del halo de nuestra galaxia, y se habrían acelerado y desplazado hacia el interior por la interacción con una de las galaxias enanas que cayeron hacia la Vía Láctea durante su formación. Contar con información adicional sobre la edad y la composición de las estrellas podría ayudar a los astrónomos a aclarar su origen."Una estrella del halo probablemente sea bastante
antigua y esté formada en su mayoría por hidrógeno, mientras que las
estrellas de otras galaxias podrían contener gran cantidad de elementos
más pesados", señala otro de los participantes de este estudio, Tommaso Marchetti.
Un hallazgo sin lugar a dudas curioso, que ofrece al extraño mundo de las estrellas fugitivas una ampliación inesperada. Ahora sabemos que no solo existen las que se están marchando de nuestra ciudad estelar, sino otras que parecen estar llegando a ella desde las profundidades desconocidadas. Sería curioso ver la Vía Láctea en los cielos de sus hipotéticos planetas, mientras rápidamente y sin que nada puede detenerlas, se precipitan hacia ese oásis de luz en las tinieblas.
Las posiciones y órbitas reconstruidas de 20 estrellas de alta velocidad.
Las siete que se muestran en rojo se alejan de la Galaxia y podrían estar viajando con la velocidad necesaria para escapar de su gravedad. Sorprendentemente, el estudio reveló también trece estrellas, mostradas en naranja, que se dirigen hacia la Vía Láctea.
Estrellas que habitan solitarias entra las galaxias implica también la existencia de planetas en tales condiciones. No deja de ser sobrecogedor imaginar como serían sus firmamentos, rodeados de una oscuridad infinita tachonada por puntos de luz, no de otras estrellas, sino de galaxias.
Gaia detecta estrellas viajando entre galaxias
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