Perseguido por los imperiales, con Darth Vader en persona a la cabeza de la flota Han Solo dirige su nave hacia un cinturón de asteroides, con la idea de adentrarse en el y así ser capaz de dejarlos atrás. Un auténtico muro de enormes rocas parecen desplazarse por todos lados, y en cantidades que convierte la idea de cruzarlo en un suicidio. Pero Solo puede con esto y con más.
- "¿No estará pensando en ingresar a un campo de asteroides, verdad?", le pregunta la Princesa Leia.
- "Tendrían que estar locos para seguirnos,¿cierto?", le responde Han Solo.
C3PO le informa amablemente que "las posibilidad de navegar con éxito en un campo de asteroides es de aproximadamente 3720 a 1". "Nunca me digan las probabilidades", dice Han mientras esquiva las gigantescas rocas que rodean a la nave y que parecen estar en todas partes. Su habilidad como piloto impide que sus restos terminen en la superficie de alguno de ellos, algo que no pueden decir varios de sus perseguidores. Si los soldados de superficie tiene una puntería lamentable, sus pilotos no parecen mucho mejores, ni en esto ni en pilotaje. Las tropas imperiales ya no son lo que eran..
Finalmente, que por algo son los héroes, lograrán escapar, no sin antes visitar el interior de un gigantesco gusano espacial, cuya fuente de alimentación, teniendo en cuenta donde vive, sigue siendo un misterio. Vía libre hacia la Ciudad de las Nubes, donde seguro que el amigo Lando Calrissian les dará el recibimiento que se merecen. o No.
Esta es una de las escenas más conocidas de Star Wars, y por extensión, dado todo lo que representa, de la historia del cine. En ningún momento pretende ser realista, ya que aquello que creo Lucas en una "galaxia muy, muy lejana" sigue sus propias, pero involuntariamente extendió la idea de los campos o cinturones de asteroides como mares de rocas tan transitados que cruzarlo, como decía el bueno de Solo, sería una locura, Un auténtico muro casi infranqueable. Y teniendo en cuenta que nuestro Sistema Solar tiene su propio cinturón de asteroides extendiéndose entre Marte y Júpiter, resulta interesante marcar diferencias.
Curiosamente este concepto (aunque exagerado en la película) no era tan de ficción como pueda parecer a principios de los 70. Realmente existía la idea entre los astrónomos (o al menos entre parte de ellos) de que cruzar el Cinturón de Asteroides podría ser peligroso, incluso pendía la amenaza de que significaría una frontera que jamás podríamos cruzar. No sería hasta que la Pioneer 10 cruzó, en 1972, sin problema alguno esta región, que ese fantasma se desvaneció. Pero las ideas que han permanecido tantos años ancladas en nosotros, especialmente si han estado ahí desde la niñez, les cuesta desaparecer. Quizás a Lucas le ocurrió. O quizás decidió mantener la idea aún consciente de que no se ajustaba a la realidad, priorizando el espectáculo que ofrecía. Quién sabe.
Porque la realidad es mucho más aburrida. Si uno cruzara el Cinturón de Asteroides lo más probable es que completara el viaje sin ver ni uno solo, ni tan solo en la lejanía. Y no es extraño, ya que en un volumen equivalente a 120.000 Tierras, de promedio, solo encontraríamos un asteroide. Si la población conocida es tan alta a pesar de ello, es porque el volumen que ocupa es igualmente inmenso, casi inconcebible.
¿Pero no podría haber otros cinturones de asteroides en otras estrellas tan densos como los de Star Wars? La verdad es que no. Si existiera una zona con una población tan densa, la gravedad común ya habría provocad,o mucho tiempo atrás, que la mayoría hubieran caído para formar parte de uno o varios mundos de cierto tamaño. Algunos restos se habrían escapado, como algunos se escaparon en su momento durante la formación de la Tierra y el resto de los planetas, pero por si solos ya no serían una amenaza para los viajeros. A no ser que tuvieran una mala suerte extraordinaria, claro.
Existiría otra opción, y es que sus velocidades relativas fueran tan altas, fruto de una influencia gravitatoria muy cercana que los perturbara, que evitara ese proceso de unión (que no parece el caso de Star Wars). Así ocurre en los anillos de Saturno. Pero como en ese caso los impactos entre ellos serían continuos, y acabarían siendo reducidos a pequeños fragmentos, tan como ocurre en el planeta anillado. ¿Pero asteroides tan grandes y tan cerca unos de otros? La respuesta es un rotundo NO.
Un último apunte. Alan Stern, el investigador principal de la misión New Horizons escribió que cuando esta sonda atravesó el cinturón de asteroides en el año 2006, la probabilidad de colisión fue "infinitamente pequeña: menos de uno por cada mil millones". Han Solo podría afrontar un cruce semejante poniendo el piloto automático y descansando un poco. Así de casi nulo sería el riesgo. Pero eso habría hecho que la escena fuese mucho más aburrida. Y Vader les habría atrapado.
‘Star Wars’ nos ha mentido: navegar por un cinturón de asteroides no es peligroso
4 comentarios:
Ya leí este Post en su día y han pasado algunos años desde entonces, pero yo sigo creyendo que en algún lugar muy muy lejano, hay cinturones de asteroides como el de la película! ;)
Gracias por los Post y Saludos!
Adhiero en todo, desde la pasión por Star Wars, hasta que tiene permitido violar cualquier ley de la Astronomia!
Pregunta, los artículos Post Vintage, son reediciones de viejos artículos tuyos? O son temas viejos sobre los cuales escribís?
Y más preguntas: lo mismo pasa con la nube de Oort?
En la época donde la luna se llenó de impactos, lo mismo que mercurio y varias lunas conocidas de Saturno ya Júpiter, no había una gran densidad de asteroides?
Saludos y gracias por tu blog
Primera pregunta: Si, son reediciones de viejos artículas.
Segunda pregunta: En Oort posiblemente pasa lo misma y a mayor magnitud.
Tercero: La había, fruto del reciente nacimiento del Sistema Solar, pero no duró demasiado. Esa misma gran población los condenaba a todo tipo de impactos, perturbaciones gravitatorias y encuentros fatales, llevando a una rápida reducción hasta cotas actuales. Pero ni es ese caso debió existir nada ni remótamente parecido a lo que vemos en SW.
En el caso de La luna, Mercurio, ect, estos impactos parece que vinieron en varias oleadas, la última de las cuales se conoce como bombardeo tardío, posiblemente fruto de la migración de los planetas gigantes a sus órbitas actuales.
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