El lanzamiento del James Webb, aplazado hasta 2020.
Habrá un día, quizás en un par de años si tenemos suerte, en que la historia de este telescopio espacial y la increíble, a la par de terrible, odisea de obstáculos que tuvo que superar, así como las "victimas" que dejó por el camino, sea motivo para sacar una sonrisa de incredulidad y preguntarse como pudo superarlo y convertirse en una realidad. Esperemos que así sea, y que sus increíbles imágenes demuestren que todo ello valió la pena, pero hoy día, a 2018, es la crónica de un sueño que no deja de rozar la pesadilla.
Un par de años porqué esa es la nueva fecha para su lanzamiento, mayo de 2020, después de sufrir un nuevo retraso desde la que estaba actualmente marcada, y que a su vez venía de una suspensión anterior, junio de 2019. Y aunque en principio se justifica por la necesidad de más tiempo para terminar de integrar y probar todos sus elementos, lo que colocaba la fecha prevista de 2019 demasiada próxima en el tiempo para hacerla viable, lo cierto es que el James Webb lleva sufriendo una serie de problemas técnico de todo tipo que demuestra que está lejos de estar listo para su gran viaje. La extrema complejidad del ingenio, que implica más de 300 partes que deberán desplegarse una vez en el espacio, sin segundas oportunidades ni opciones de enviar a nadie a repararlo, juega claramente en contra del proyecto.
Unos meses más de espera puede parecer poco, teniendo en cuenta los años que lleva este proyecto en desarrollo, pero en realidad lo pone en un serio aprieto, ya que inflará aún más un presupuesto ya de por si casi fuera de control y ya muy cerca de los 8.000 millones de Dólares impuesto por el Congreso de los EEUU como tope máximo, y que sin lugar a dudas ahora superará. Y teniendo en cuenta de que parece muy improbable que se cancele tan cerca del final y muy avanzado en su construcción, por problemática que sea esta, eso solo puede indicar que es el resto del programa de exploración espacial quién deberá cargar con ese lastre, asistiendo a retrasos y cancelaciones para dotar al Webb del dinero necesario. No será la primera vez. Por desgracia hace tiempo que se está convirtiendo en un agujero negro que arrastra a todos los demás. El telescopio WFIRST, que también tiene su propios problemas, podría ser la siguiente víctima.
Pero nada está claro a día de hoy, ni tan solo la promesa de que en 2020 estará listo, viendo los precedentes y que inicialmente debía partir en 2007. Todo puede pasar. Ciertamente, si al final todo lleva a una conclusión feliz y el James Webb es lanzado, para alegría de los astrónomos y alivio de los encargados del presupuesto de la NASA, no podremos más que mirar atrás y sonreír. O llorar, según se mire, porque en el fondo es una triste historia.
Sueño o pesadilla?
NASA’s Webb Observatory Requires More Time for Testing and Evaluation; New Launch Window Under Review
El James Webb se retrasa a 2020
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