El hallazgo de boro aumenta las opciones de que el antiguo Marte fuera habitable.
Deberemos esperar al menos hasta 2020 para poder afirmar, o al menos tener una notable confianza en ello, si la vida, aunque sea en sus formas más simples, surgió en el planeta rojo. Sea ya extinguida por completo y habiendo dejado señales químicas de su existencia, o bien aún presente escondida en algún rincón, posiblemente bajo tierra, protegida de un ambiente exterior hoy día totalmente hostil. Serán una nueva generación de exploradores en superficie, de nuevos rovers dotados de las herramientas para buscarla de forma directa, los que tendrán que decir la penúltima palabra sobre el tema. La última está reservada a futuros exploradores humanos.
Opportunity y Curiosity forman parte de una generación que pronto formará parte del pasado, de aquellos que se adentraron en como fueron las condiciones climáticas y ambientales del Marte antiguo, con el objetivo de desvelar si este fue habitable, al menos para la vida tal y como la conocemos. Eran el paso previo a su búsqueda directa, y en esta aspecto han cumplido, y siguen cumpliendo, su tarea de forma espléndida, preparando el camino para sus sucesores. No pueden encontrar señales de vida, no están preparados para ello, pero con sus datos han señalado claramente que podría haber ocurrido, y con ello que el esfuerzo por buscarla no es en vano. Han dado esperanzas de que así sea.
Especialmente Curiosity, con su completo equipo científico, sigue ofreciendo nuevas pistas, nuevos indicios. El último de ellos relacionados con un elemento química vital para la vida terrestre, observado anteriormente en meteoritos marcianos, pero nunca de forma directa en el propio planeta. Hasta ahora. El boro, uno de los elementos claves presente en toda vida conocida, ya que puede catalizar la formación de ARN
(ácido ribonucleico) al encontrarse diluido en agua, hizo acto de presencia en Marte, y más concretamente en vetas de minerales de sulfato de calcio, formadas precisamente por el paso del agua. Los ingredientes claves de la vida ante nuestros ojos.
¿Que hace tan importante este elemento? La respuesta es que, al combinarse con el oxígeno y otros elementos, da lugar a los boratos, que es clave en la formación del ácido ribonucleico (o ARN). Y aún más importante resulta que las actuales teorías sobre el origen de la vida tiene en este uno de sus pilares básicos, señalando que las primeras células procariotas se habrían originado a partir de hebras individuales de ARN, que contenían información genética capaz de copiarse. El ADN, que ahora es el corazón de la vida, sería un fruto del ARN, y no al revés, como podría sugerir su actual papel como "simple" transmisor de instrucciones de ese primero para la síntesis de proteínas.
Más concretamente es importante para la ribosa, ingrediente esencial de este ácido
nucleico, pero es inestable y necesita otro elemento para estabilizarse. Aquí es donde entren en acción los boratos, que al reaccionar con ella, la estabiliza lo
suficiente para producir ARN. En ningún caso quiere decir que ocurriera necesariamente, solo que existieron las condiciones para que pudiera haber ocurrido. Y eso es mucho. Muchísimo. Plantea, una vez más, que todo estuvo listo para la vida. Saber si se dio el último paso es transcendental, tanto si la respuesta es positiva o negativa. En ambos casos tendrían tremendas implicaciones para entendernos a nosotros mismos. Si surgió, porque significaría que la vida es común en el Universo. Si no lo hizo, significaría que somos más especiales de lo que imaginamos, y que seguimos sin entender realmente nuestros orígenes.
Las primeras respuestas deberán esperar hasta 2020. El sucesor de Curiosity, el rover ExoMars y otros por venir, como la misión China también prevista para ese año, tendrán las herramientas para ello. Pero todos seguirán el camino abierto por los actuales explorares, cuyo trabajo quizás nunca será del todo reconocido, especialmente si está búsqueda termina hallando lo que siempre hemos soñado encontrar. Ese es el duro destino de los pioneros, abriendo caminos para que otros puedan avanzar más allá.
Detección de boro en diversas vetas minerales de sulfato, formadas por el paso del agua líquido, a manos de la ChemCam de Curiosity.
ExoMars y Mars 2020 (a la espera de un nombre definitivo) serán los encargados de ir un paso más allá y buscar señales de vida. Aunque es posible que no sean los únicos.
In situ detection of boron by ChemCam on Mars
El hallazgo de boro en Marte sugiere que fue habitable
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