Con su lanzamiento previsto para la segunda mitad de 2018, uno de sus objetivos principales es determinar las composición química de la atmósfera de planetas situados en órbita alrededor de otras estrellas, utilizando para ello la espectroscopia, un método que analiza la luz separándole en diferentes longitudes de onda para identificar así sus componentes químicos (por sus firmas únicas) atmosféricos. Buscará especialmente biomarcadores, como el Ozono y el Metano, que podrían ser generados a partir de procesos biológicos. Después de haber llegado al límite de nuestra capacidad actual de observación de otros mundos, el James Webb romperá este teórico techo de cristal para llevarnos mucho más allá.
Todo esto teóricamente, ya que dependía podíamos encontrar unos objetivos perfectos para el, donde aplicar plenamente sus enormes capacidades. Y como si respondiera a nuestra llamada, el Universo nos ofreció recientemente precisamente lo que Webb necesitaba, es decir mundos terrestres, en su zona habitable y relativamente cerca de nosotros para que este pudiera captar su luz de forma clara. TRAPPIST-1 e, f g, 3 de los planetas del sistema de 7 recientemente detectado en esa pequeña estrella, y de los que podrá estudiar sus características atmosféricas con total claridad. "Hace dos semanas, te habría dicho que Webb puede hacer esto en teoría, pero en la práctica habría requerido un objetivo casi perfecto. Bueno, justo nos han dado tres objetivos casi perfectos", explica Shawn Domagal-Goldman, astrobiólogo del Goddard Space Flight Center de la NASA.
"Estos son los mejores planetas del tamaño de la Tierra para que el Telescopio Espacial James Webb los pueda estudiar en profundidad, tal vez durante toda su vida", explica Hannah Wakeford, del Goddard Space Flight Center, donde ingenieros y científicos están actualmente sometiéndolo a todo tipo de pruebas técnicas y de resistencia, y que será capaz de ver estos planetas en el infrarrojo, más allá de las capacidades que tenemos actualmente. "El telescopio Webb aumentará la información que tenemos sobre estos planetas inmensamente. Con la cobertura de longitud de onda extendida seremos capaces de ver si sus atmósferas tienen agua, metano, monóxido de carbono, dióxido y / u oxígeno".
El número de planetas de este sistema también permitirá nuevas investigaciones en el campo de la planetología. "Este es el primer y único sistema que tiene siete planetas de tamaño tierra, y donde tres están en la zona habitable de la estrella", añade Wakeford. "Es también el primer sistema lo bastante brillante y lo suficientemente pequeño para permitirnos mirar cada una de sus atmósferas. Cuanto más podamos aprender acerca de estos exoplanetas, más podemos entender cómo nuestro propio Sistema Solar llegó a ser tal y como es. Con siete planetas de tamaño de la Tierra, podemos ver las diferentes características que hacen que cada uno de ellos únicos y determinar las conexiones críticas entre las condiciones de un planeta y los orígenes".
Todo ello promete grandes momentos para el James Webb. Y lo que es aún más notable, de forma muy rápida, ya que no es dificil imaginar que TRAPPIST-1 será su primer gran objetivo una vez esté plenamente operativo. Según lo que encuentre, quizás EL mayor de toda su misión.
Si existe algo parecido a señales químicas que delante actividad biológica en TRAPPIST-1 e, f y g, el James Webb la encontrará.
Infografía: El telescopio espacial James Webb.
Probing Seven Worlds with NASA's James Webb Space Telescope
2 comentarios:
Una pregunta... En caso de que el telescopio necesite mantenimiento o alguna reparación, sería factible con la tecnología de hoy en día enviar una misión tripulada al punto L2?
Factible podría serlo, con voluntad y presupuesto, especialmente cuando el Falcon Heavy y el SLS estén operativos. Que se pueda reparar algo como el James Webb, que a diferencia del Hubble no está diseñado para recibir visitas, lo veo mucho más improbable. Al menos no existen planes para ello.
Resumiendo, más vale que todo salga bien.
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