InSight comienza las pruebas finales para comprobar que la sonda está lista para su viaje hacia Marte.
Su nombre es una abreviatura de "Interior Exploration using Seismic Investigations, Geodesy and Heat Transport", y como este mismo indica su objetivo es ya no la superficie del planeta rojo, sino su desconocido interior, en una misión geológica en el más amplio sentido de la palabra. La actividad sísmica del planeta, el flujo de calor que nos llega de su fundido (o no) interior, y una visión clara de su estructura interna que permite conocer su evolución a lo largo del tiempo, y por extensión del resto de los planetas "terrestres" del Sistema Solar son sus metas. No será un vehículo con capacidad de desplazamiento, como Curiosity y Opportunity, pero ciertamente no lo necesita, dado que su objetivo es monitorizar la actividad interna de Marte en general. Es la siguiente gran apuesta de la NASA por Marte, después de MAVEN y antes del Curiosity 2.0, ya previsto para el lejano 2020, una apuesta que afronta ya los últimos pasos antes de su lanzamiento en 2016.
Y son los más duros, que ya implica someter a Insight a las mismas duras y exigentes condiciones que deberá soportar desde el mismo lanzamiento hasta el aterrizaje en Marte, pasando por el viaje de 6 meses entre ambos mundos. Cualquier vehículo espacial debe superarlas, demostrar su capacidad de aguante para recibir el OK definitivo. De lo contrario no tendría sentido enviarlo a ningún lugar.
Durante la fase de pruebas ambientales, en las instalaciones de Lockheed Martin's Space Systems, cerca de Denver, el módulo de aterrizaje estará expuesto a temperaturas extremas y condiciones de vacío casi completo, simulado lo que se encontrara en el espacio interplanetario, así como una batería de otras pruebas durante los próximos siete meses. La primera será una prueba de vacío térmico en la configuración conocida de "crucero", que es la que se utilizará durante su viaje de 7 meses a Marte. En esta etapa el módulo de aterrizaje se coloca en el interior de una cápsula protectora y se acopla a la conocida como etapa de crucero de la nave, que se encarga de suministrar la energía, las comunicaciones, y las correcciones de rumbo necesarias durante el viaje:
"El ensamblaje de InSight fue muy bien y ahora es el momento de ver cómo se comporta", explica Stu Spath, director del programa InSight en Lockheed Martin.
"El régimen de pruebas ambientales está diseñado para revelar cualquier problema que pueda existir en la nave y así podamos resolverlo mientras aún está aquí en la Tierra. Esta fase toma casi tan extensa como el propio montaje final, pero queremos asegurarnos de que entregamos un vehículo de la NASA que se comportará como se esperaba en ambientes extremos".
Otras pruebas incluyen vibraciones que simulan el lanzamiento y comprobar la existencia de interferencias electrónicas entre diferentes partes de la nave. Finalmente todo concluirá con una segunda prueba de vacío térmico en la que estará expuesta a las temperaturas y presiones atmosféricas que va a experimentar ya en la superficie marciana.
Y una vez superadas el camino hacia el planeta rojo estará abierto, en una misión con una duración prevista de 2 años, aunque como es habitual siempre se parte de una previsión pesimista para adecuar así el programa de actividades y asegurarse que estos completan el mínimo necesario para considerar la misión cumplida con éxito. Y el primer paso para ello son las duras pruebas que ahora comienzan.
Los paneles solares desplegados. Así es como se verá a InSight justo después de aterrizar en Marte.
El lado superior de la etapa de crucero, con sus propios paneles solares. Aquí se acoplará la sonda de descenso, rodeada por un cápsula protectora que la rodea por completo.
La parte superior de la cápsula protectora siendo acoplado a la etapa de crucero.
La InSight, replegada en su configuración de viaje, en el proceso de ser "cubierta" por la cápsula superior.
El cono del paracaídas. Por aquí la InShigt se sujetará durante los minutos en que descenderá a través de la atmósfera antes de soltarse por completo y frenar con sus retrocohetes en el tramo final de su viaje.
En primer término la fase de crucero, que mantendrá "con vida" al módulo de aterrizaje, suministrando energía, comunicaciones y capacidad de maniobra. Al fondo la InSight propiamente dicha.
Ingenieros de Lockheed Martin Space Systems comprobando el sistema de despliegue de uno de los paneles solares de InSight.
El corazón científico de InSight, donde estarán todos sus instrumentos. El gran componente circular es la cubierta protectora que se colocará sobre sismógrafo, después de que dicho instrumento se coloque directamente sobre el suelo marciano.
El escudo térmico, que soportará las temperaturas extremas de la entrada en la atmósfera.
Probando el paracaídas dentro del gran túnel de viento del NASA Ames Research Center.
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