Es el fin de un largo camino, uno que llevó varias décadas hacerse realidad, en que propuestas, esperanzas y decepciones se sucedieron sin que la meta estuviera nunca más cerca de antes. Pero ahora estamos ya al final del principio, y al principio de una nueva aventura, que esta vez si, nos deberá llevar de regreso a esta soñada luna joviana, en la que tantas esperanzas, desde el punto de vista biológico, están depositadas.
Primero fue el anuncio, en Febrero, de que la NASA finalmente financiaría una misión a Europa, a lo que siguió en Abril la oferta a la ESA para que se uniera al proyecto en forma de una sonda secundario o módulo de aterrizaje (algo parecido a lo que se hizo con Cassini y Hyugens) y el anuncio, este pasado Mayo, de los instrumentos científicos propuestos para equiparla. A todo eso se le añadía recientemente la creación de su propia cuenta Twitter, lo más cercano a una confirmación en la era de las redes sociales en que vivimos. Y ahora, finalmente, ya tenemos el anuncio oficial: La futura sonda a Europa (a la espera de un nombre) acaba de entrar en la primera fase de diseño formal, conocida dentro de la agencia como formulation (formulación), a la que seguirá implementation (implementación), donde se dará forma al diseño final y se comenzará su construcción.
Aún estamos muy lejos de poder verla despegar, algo que en el mejor escenario posible veríamos en 2022 y a cargo de un cohete SLS, lo que implicaría un viaje directo de solo 2 años, y su llegada a Júpiter en 2024. Si finalmente este no esta disponible (o es cancelado, amenaza que siempre flota sobre este costoso proyecto) se utilizaría un Atlas V 551, lo que haría el viaje mucho más largo, al necesitar varios encuentros planetarios previos para acelerar lo suficiente, retrasándose su llegada hasta 2028. Solo queda esperar que el gigantesco cohete de la NASA sea una realidad cuando llegue el momento, a pesar de todos los "peros" que lo rodean.
Para llegar al final hay que cruzar primero la línea de salida, hacer los primeros pasos por un largo camino que seguro estará lleno de curvas y momentos difíciles. Pero ahora, después de tantas decepciones, finalmente existe un camino que seguir. Y eso solo ya es la mejor de las noticias posibles.
Para reducir costes, la NASA eligió los paneles solares como fuente de alimentación de la sonda a Europa en lugar de los más caros RTG, aunque para ello necesitará unos de gran tamaño, unos 50 Metros cuadrados de superficie, ya que en Júpiter solo llega el 3% de la luz solar que alcanza La Tierra. Igualmente, para evitar daños ante la intensa radiación que rodea a esta luna (situada en lo más profundo de la magnetosfera joviana), realizará una serie de sobrevuelos en lugar de entrar en órbita a su alrededor, como estaba inicialmente previsto.
All Systems Go for NASA's Mission to Jupiter Moon Europa
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