La ESA afronta ahora un intenso plan de operaciones para hacerla regresar a la plena actividad científica.
La recepción de las señales de Philae, después de 211 días de hibernación, fue un día de extrema alegría para toda la Agencia Espacial Europea, y especialmente aquellos involucrados directamente en el proyecto, pero también el inicio de una nueva etapa de actividad frenética (pero sin lugar a dudas bienvenida) para traer de vuelta completamente a este pequeño explorador, con el que de momento se están estableciendo comunicaciones esporádicas. En parte porque Rosetta no se encuentra aún en una órbita adecuada, pero también por la posibilidad de que Philae, cuya estabilidad es precaria, se haya desplazado de nuevo, un extremo aún por confirmar, pero que hace que algunos, medio en broma, señalen que ahora ya no disponemos de un módulo, sino de un rover.
Desde marzo de 2015, cuando las condiciones ambientales estimadas para la zona donde se estimaba que debe encontrarse comenzaron a mejorar, con ascenso de las temperaturas y una mejor iluminación, el receptor Rosetta había sido encendido periódicamente para escuchar las posibles señales de Philae, en los momentos en que pensaba que la geometría orbital podría ser óptima.
En la noche del 13 de Junio, se estableció un débil pero sólido enlace de radio entre ambas, que se prolongó durante 85 segundos. Se recibieron 663 kbit de telemetría, información que había sido almacenada a bordo en un momento aún por determinar, desde varios días a unas pocas semanas, por lo que no necesariamente reflejaba el estado actual del módulo de aterrizaje.
"Todavía estamos analizando la información, pero ya podemos decir que todos los subsistemas están trabajando nominalmente, sin degradación aparente después de más de medio año escondida en la superficie helada del cometa", explicó Stephan Ulamec, de la ESA.
Una segundo ráfaga de datos fue recibido el domingo 14 de junio, a las 21:26 GMT aproximadamente, con una duración de unos pocos segundos. Se confirmó que estos correspondían a la situación actual, y con ellos que temperatura interna del módulo de aterrizaje ya había aumentado hasta niveles suficientes para activar todos los sistemas.
Los ingenieros de misión han determinado que Philae ya se está expuesta a suficiente luz solar como para calentarse a una temperatura de funcionamiento aceptable y para generar electricidad.
"Los niveles de energía aumentan durante el día (que en 67P/Churyumov–Gerasimenko dura 12 horas terrestres) desde los 13 W al amanecer hasta por encima de 24 W", señala Patrick Martin, de la ESA."Se necesita al menos 19 W para encender el transmisor".
La telemetría descargada cubre un ciclo diario completo, lo que está ayudando a los equipos de tierra en la estimación de como y por cuanto tiempo el Sol brilla sobre el en el módulo de aterrizaje. Los paneles solares parecen estar recibiendo energía durante más 135 minutos en cada período (las últimas estimaciones lo elevan hasta las 3.5 horas).
"Si bien la información que tenemos es muy preliminar, parece que está en tan buenas condiciones como lo que esperábamos", dice el Dr. Ulamec.
Se cree que ahora Philae genera suficiente energía como para realizar algunas mediciones científicas durante el tiempo en que está ilumina, con actividades iniciales que se centrarán en mediciones de baja potencia. Esta fase primaria es probable que incluya mediciones que no pudieron realizarse durante las horas que permaneció activa antes de agotar las baterías, el pasado Noviembre.
Sin embargo, para afrontar esta nueva etapa lo primero establecedor un vínculo más sólido entre Rosetta y Philae, y solo entonces que le enviarán a esta última el primer lote de comandos de operaciones científicas.
La calidad del enlace de comunicación también está relacionado con la trayectoria de la sonda y la orientación que adopte. Por ello ya se están realizando las maniobras necesarias para que Rosetta pueda alcanzar una órbita más adecuada para establecer contacto, cosa que la actual no permite del todo.
El establecimiento de un patrón regular y predecible de contactos es un requisito previo indispensable para poder afrontar una evaluación completa del estado de Philae y para la planificación de las operaciones científicas."Si logramos alcanzar y mantener un patrón de contacto predecible", continúa Paolo Ferri, jefe de operaciones de la ESA, "los equipos podrán idear una estrategia para una nueva secuencia de operaciones científicas. De todos modos, seremos flexible y estaremos listos para reaccionar con rapidez. Está claro que esta increíble misión continúa desafiándonos de maneras que nunca podríamos haber predicho".
La recuperación de Philae implica la posibilidad de estudiar in situ a un cometa durante su pico de actividad, algo que en 67P/Churyumov–Gerasimenko ocurrirá este próximo 13 de Agosto. Un regalo inesperado, ya que de haber aterrizado correctamente y donde estaba planeado, ya habría dejado de funcionar en Marzo, recalentada en exceso por el cada vez más próximo Sol. Caprichos del destino, su accidentada llegada, llena de mala fortuna, puede que al final haya sido la mayor de las bendiciones, llevándola más allá de lo que nadie había soñado.
¿Podrá hacer de nuevo ciencia una vez despertada? Y seguirá en el mismo sitio? O como señalan algunos detalles en las comunicaciones, se desplazó de nuevo? Deberemos esperar a que tengamos una comunicación estable y que sus cámaras tomen las primeras fotografías en 7 meses.
Philae wake-up triggers intense planning
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