Después de días de problemas técnicos, recuperaciones, caídas y regresos a la vida, y una buena ración de buena suerte, tan imprescindible cuando se afronta un reto de este calibre, uno de los posibles motores futuros de la exploración espacial se encuentra ya desplegada, como muestran las primeras imágenes completas enviadas por este pequeño vehículo experimental. Un paso de gigante para sus impulsores, la organización no gubernamental Planetary Society, que con este éxito, que ofrecerá información técnica de inestimable valor (y que es su objetivo), podrá afrontar el lanzamiento de la siguiente LightSail, una misión mucho más ambiciosa, esta vez apuntando hacia más allá de la órbita terrestre.
Las Velas solares, cuyo mayor éxito hasta la fecha lo tiene la japonesa IKARO, es uno de los métodos de propulsión propuestos para superar las limitaciones actuales, donde se depende tanto del impulso inicial del cohete lanzador como en la utilización del campo gravitatorio de otro planeta (o de la misma Tierra) para adquirir o reducir velocidad, un sistema tan antiguo como la exploración interplanetaria, pero que muchas veces implica viajes extremadamente largos al tener que seguir un camino indirecto, buscando dichos encuentros, antes de dirigirse a su objetivo. Como su propio nombre indica, estas se impulsan con la tenue pero medible presión ejercida por la luz del Sol (o en el caso de la variante conocida como Vela de plasma, por el viento solar) para ganar velocidad. Muy lentas al principio, son capaces pero de ir acelerando de forma ininterrumpida, por lo que a la larga, al menos en teoría, deberían ser capaces de alcanzar velocidades muy superiores a cualquier sonda "tradicional".
Ahora que Lightsail se encuentra finalmente desplegada es visible desde la Tierra, siempre que se cuente con instrumentos ópticos lo suficientemente potentes y se sepa cuando y donde mirar. En este mapa se puede ver en todo momento su posición para cualquiera que quiera intentarlo. Mientras, los ingenieros de la Planetary Society, que ya declaró esta misión completada con éxito al alcanzar su objetivo primario, que era el despliegue propiamente dicho, seguirán monitorizandola hasta su reentrada atmosférica, prevista para el 13 o 14 de Junio, reuniendo datos e imágenes para evaluar la forma en que esta responde, todos ellos de valor incalculable. El tiempo dirá si esta es la forma que tendrán los viajes interplanetarios del futuro, se convertirá "solo" en una de las opciones de las que dispondremos, o no tendrá futuro en absoluto.
LightSail vista por la misma cámara que nos ofreció las imágenes de este desplegada ya en órbita, durante las pruebas en tierra. Es posible que los próximos días los ingenieros intenten aumentar la tensión de la vela solar, para que adquiera un aspecto más parecido al que tenía entonces.
El proyecto LightSail espera seguir el camino abierto por la japonesa IKAROS, la primera vela solar enviada más allá de la órbita terrestre, que llegó a sobrevolar Venus y actualmente sigue en órbita solar, recuperándose el contacto de forma periódica.
Primera foto de la nave Lightsail con sus velas solares desplegadas
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