Finalmente estamos ya a las puertas de lo que esperemos se convierta un día señalado en la larga historia de la exploración espacial. Será exactamente este Domingo 19 de Octubre a las 18:27 UT (+1 hora peninsular) cuando este pequeño y recién descubierto visitante de las regiones más externas del Sistema Solar se situará a apenas 140.000 kilómetros de Marte, mucho menos de la distancia que separa La Tierra y La Luna. Y alrededor de el, así como en la propia superficie, un total de 7 exploradores robóticos le están esperando, con sus órbitas ya ajustadas para que el propio planeta actue como escudo contra las partículas cometarias, que se están desplazando a unos 56 km/s con relación al planeta rojo.
Aunque los últimos cálculos han rebajado mucho el posible riesgo nunca se puede estar seguro de como actuará un cometa, en especial en este caso, ya que nos encontramos ante uno cuya órbita nos indica que está entrando por primera vez en nuestra región planetaria, recién llegado desde la Nube de Oort, es decir hasta ahora inalterado desde su formación hace unos 4.500 millones de años. El momento más crítico llegara a las 20:02 UT, cuando Marte, y con el sus acompañantes terrestres, cruce la órbita del cometa y con ello se se adentre momentáneamente en la parte más densa de su rastro de partícuas, la cola que se sigue ya en su camino hacia el Sol.
Para Mars Reconnaissance Orbiter (MRO), Mars Odyssey, MAVEN, Mars Express y Mangalyaan será el momento de mayor producción científica en su observación conjunta del cometa y su efecto en la atmósfera marciana, pero también el más peligroso, mientras que Curiosity y Opportunity, protegidos por esta última, estarán también observando los cielos, intentado captar a Siding Spring y cualquier lluvia de estrellas que pueda producirse en esos momentos. Será cuando las 3 agencias espaciales más directamente implicadas (NASA, ESA y ISRO) contendrán la respiración, mientras esperan que todas las precauciones tomadas hayan sido suficientes y que sus respectivos exploradores salgan no solo intactos del encuentro sino un inmenso tesoro de datos de todo tipo que la comunidad científica espera con ansia poder estudiar.
El Domingo será, por tanto, una larga jornada. No hay que esperar momentos emocionantes, no hablamos de un aterrizaje en Marte o la entrada en órbita de una nueva sonda, muchas de las imágenes que lleguen no serán espectaculares, a la espera de que sean realzadas, ya que las sondas afrontarán un trabajo para lo cual no fueran diseñadas realmente, y los datos en su conjunto podrían tardar viarios días en ser enviados por completo a La Tierra. Pero simplemente el saber que están todas a salvo y asistir a un momento para la historia es suficiente para que todos lo sigamos con atención, y dedicuemos ese día al seguimiento de las noticias que nos vayan llegando.
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