domingo, mayo 11, 2014

Post Vintage (93): Una última mirada antes de la eternidad

La gran panorámica de nuestro hogar desde más allá de la órbita de Neptuno

Habían pasado 10 años desde el momento en que la Voyager 1 se despidió para siempre del reino de los planetas, lanzada fuera del plano de la elíptica por el campo gravitatorio de Titán, un sacrificio que, en su momento, se consideró necesario dado el enorme interés que despertaba la posiblidad de aproximarse a esta luna de Saturno, y que dejó sola a la Voyager 2 en su camino hacia Urano y Neptuno.

En todo este tiempo, y ya sin objetivos que observar de forma visual, la sonda dejó fuera de uso sus cámaras, dedicando su tiempo (y energía) al estudio del medio que la rodeaba, en especial los cambios en el viento solar en busca de cualquier señal de indicara que se aproximaba a la Heliopausa, la frontera entre el reino del Sol y el medio interestelar. Sin embargo alguien no dejó de presionar para cambiar esta situación. Su nombre: Carl Sagan.

Miembro del equipo científico del proyecto Voyager, Sagan tenían una idea fija: Que la sonda, alejándose rápidamente hacia las estrellas y situado por encima del plano de la elíptica, podría ser capaz de obtener algo maravilloso: Una fotografía en familia del Sistema Solar visto desde la distancia, tal como lo verían unos hipotéticos visitantes. Un sueño por el que no dejó de luchar desde el momento en que la Voyager 1 se alejó de Titán, y que finalmente conseguiría hacer realidad.

El 14 de Febrero de 1990, a unos 6.000 millones de Kilómetros, la Voyager finalmente activo su sistema ópticos por última vez, miró hacia atrás y poco después 60 tomas individuales llegaban a La Tierra. Había nacido la panorámica conocida como "Retrato de Familia", posiblemente una de las imágenes más icónicas de la historia de la carrera espacial, y del cual saldría la igualmente famosa fotografía conocida como "un punto azul pálido", tan maravillosa como inspiradora.

Aunque "Retrato de Familia" no ofrece una visión del todo real, ya que se aplicaron varios filtros y tiempos de exposición (en el caso del Sol con el más oscuro y con el menor tiempo posible, pués incluso a esa distancia podría haber dañado los sistemas) el resultado es igualmente espectacular. Podemos ver a Venus, La Tierra, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Solo Mercurio (demasiado  pequeño y cerca del resplandor solar), Marte (debido al efecto de dispersión de la luz en las camaras) y Plutón (demasiado pequeño) quedaron fuera de esta imagen que ya forma parte de la Historia.

Estas serían las últimas fotografías que tomó la Voyager 1, que regresó a su actividad anterior. Solo el empeño de Sagan hizo que un 14 de Febrero de 1990 recuperara, aunque solo fuera durante unos pocas horas, las sensaciones que años antes, durante sus pasos por Júpiter y Saturno, nos había transmitido. La imágen resultante, la visión del Sistema Solar en la distancia, es también la representación de cuan maravillosos eran los sueños de este divulgador sin igual...

Una representación del Sistema Solar visto desde la Voyager, que permite entender mejor el Retrato de Familia.

 Una versión amplificada.

Las diversas fotografías (cada recuadro implica tres toma diferentes con diferentes filtros) con las cuales se dió forma a esta gran panorámica.

Los seis protagonistas. La de La Tierra se convirtió en la conocida como "un punto azul pálido".

Sagan formó parte de la misión Voyager, y de el partió la iniciativa de activar sus cámaras por última vez para realizar un retrato en familia del Sistema Solar.

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