Hace 8 años una pequeña sonda, nacida a partir de la tecnología desarrollada para su "hermana" Mars Express, aprobada, diseñada, construida y lanzada en solo 4 años, todo un record en este campo, llegaba a la brillante estrella que en ocasiones, desde La Tierra, vemos relucir con maravillosa intensidad justo antes del amanecer o poco después del atardecer. Una belleza que no se corresponde a su naturaleza real, ya que se trata quizás uno de los mundos más hostiles a la vida que existen en el Sistema Solar, pero a pesar de ello, o quizás por eso mismo dado que su tamaño es casi idéntico al nuestro pero con una evolución climáticamente diametralmente opuesta, lo que representa todo un desafío científico, merecía el esfuerzo por parte de la ESA de intentar explorarlo. Y así lo hizo.
Hasta ahora. Las reservas de combustible, imprescindibles para mantener su elíptica órbita y su orientación estable, se encuentran ya cerca de agotarse por completo, lo que marca el final de su misión científica, que oficialmente se dio por concluida esta semana. Deja para la posteridad un Venus mucho más conocido en todos sus aspectos que antes, especialmente en lo que respecta a su turbulenta, densa y sofocante atmósfera, que no dejó nunca de revelarse como mucho más compleja y sorpredente de lo que en principio podíamos pensar. En todos los aspectos Venus Express es un éxito espectacular.
Y como tal se merece un final igualmente espectacular, que podría llegar en algún momento entre el 18 de Junio y el 10 de Julio, cuando se adentre en la atmósfera de Venus como jamás lo hizo hasta ahora, apuntando hacia alturas de solo 130 Kilómetros o incluso menos:"Es sólo con la realización de operaciones atrevidas como estas que podemos obtener nuevos conocimientos, no sólo sobre las regiones por lo general inaccesibles de la atmósfera del planeta, sino también la forma en que la nave y sus componentes respondan a un ambiente tan hostil", explica Patrick Martin, directos de la misión.
No solo se podrán obtener datos científicos directos de las profundidades venusianos, sino que los sensores de calor y presión registrarán el estado de la sonda en cada momento. "Esta campaña ofrecerá la oportunidad de desarrollar y practicar las operación técnicas críticas necesarios para el aerofrenado, una experiencia que será valiosa para la preparación de futuras misiones planetarias que pueden requerirla". La técnica del aerofrenado consiste en utilizar la fricción atmosférica para frenar una sonda y permitirle ser atrapada por la gravedad del planeta de destino, con un enorme ahorro de combustible aunque con los evidentes riesgos. La NASA la utilizó con éxito con Mars Global Surveyor, Mars Odyssey y Mars Reconnaissance Orbiter, y ahora la ESA busca acumular la experiencia necesaria para hacer lo mismo en un futuro. Venus Express servirá a este propósito.
No está del todo claro cual será el destino final de esta veterana sonda. Es probable que termine destruida durante este viaje hacia las profundidades, pero si no lo hace y aún le queda algo de combustible para seguir operativa, su órbita será elevada de nuevo y seguirá con una actividad limitada hasta que estas se agoten por completo, algo que como muy tarde ocurriría a finales de año, momento en que será enviada, y esta vez en un viaje sin retorno, hacia la atmósfera de Venus, en un último y espectacular acto final. El de una sonda extraordinaria que hasta el final de sus días seguirá trabajando sin descanso, sacrificándose a si misma para, con sus cenizas, poner las bases del futuro que está por llegar.
Venus Express science mission ends; aerobraking experiment beginning
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