Una de las imágenes más icónicas y con mayor carga simbólica de la historia de la carrera espacial fue la primera que nos mostró a nosotros mismos, a nuestro propio planeta, emergiendo desde detrás del horizonte lunar, en un intercambio de papeles con respecto a lo que los terrícolas estamos acostumbrados desde los albores de nuestra especie que ejemplificó mejor que ninguna otra que estábamos entrando en una nueva era, la de una Humanidad convertida ya, aunque de momento solo en la forma de sondas robóticas exploradoras, en una civilización que estaba dando sus primeros pasos más allá de su mundo de origen, cruzando definitivamente la puerta de entrada a la inmensidad del océano estelar.
Desde ese día cualquier vehículo espacial lunar, incluidas las tripuladas misiones Apolo, han buscando, y en muchos casos logrado, repetir la famosa secuencia. Y la Lunar Reconnaissance Orbiter, que permanece estudiando La Luna desde 2009, no quería ser una excepción."LRO experimenta 12 amaneceres de La Tierra todos los días, sin embargo su cámara LROC está casi siempre ocupada tomando imágenes de superficie lunar por lo que solo en raras ocasiones se plantea la oportunidad de tal manera que puede capturar una vista de nuestro planeta", comenta Mark Robinson, miembro del equipo de misión."El primer día de Febrero de este año LRO se inclinó hacia delante mientras se aproxima el polo norte permitiéndole capturar a la Tierra elevándose sobre el cráter Rozhdestvenskiy". El resultado es una hermosa visión de nosotros mismos, ya vista con anterioridad pero no por ello menos hermosa.
La LRO, y eso es importante tenerlo en cuenta, esta diseñada específicamente para observar La Luna, por lo que su cámara LROC WAC es ciertamente especial. En lugar de tomar una sola imagen, esta dispone de una serie de filtros de color dispuestos de forma consecutiva, con zonas "ciegas" entre ellas. Puesto que la sonda se va desplazando, la superficie que tiene por debajo termina pasando a través de todos ellos, por lo que al final, combinado lo observado a través de cada filtro se obtiene una vista global. Por ello la imagen de La Tierra y La Luna ahora publicada es el resultado de sumar los diferentes "colores" y posiciones, que finalmente permite generar una panorámica más o menos parecida a como lo veríamos con nuestros propios ojos. El brillo relativo si que es tal cual, lo que permite apreciar la diferencia de albedo, de cantidad de luz solar reflejada, entre ambos.
En resumen, un excelente trabajo por parte del equipo de la LRO, que nos regala así un nuevo amanecer de La Tierra. Lejos está de la espectacularidad de lo ofrecido por otras misiones, ya que su propio diseño y objetivos hacia que no fuera sencillo lograrlo, pero sigue teniendo toda esa magia que solo ver nuestro pequeño planeta azul emergiendo por detrás del horizonte de otro mundo puede transmitir.
La secuencia tal y como la tomó la LRO, con los diferentes filtros (remarcados en la imágen inferior) y zonas "ciegas", que no representan ningún problema a la hora de estudiar la superficie lunar, pero hace más complicado observaciones como esta. Todos estos datos finalmente permitieron dar forma a la panorámica ahora publicada.
La configuración de la cámara LROC WAC en luz visible, con los diversos filtros de color.
La LROC WAC, a su vez dividida en la cámara de luz visible y el sensor ultravioleta.
La salida de La Tierra inmortalizada por el Apolo 8 no fue ni la primera ni la última, pero si la más famosa.
The Newest ‘Earthrise’ Image, Courtesy of the Lunar Reconnaissance Orbiter
A new Earthrise over the Moon from Lunar Reconnaissance Orbiter's pushframe camera
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