La luna Europa sigue siendo un objetivo primario en la búsqueda de posible vida en nuestro Sistema Solar más allá de La Tierra, y por ello uno de los grandes sueños de la comunidad científica, que lucha desde hace años para conseguir hacer realidad sondas que exploren este mundo que tantos secretos parece esconder bajo su helada superficie. Un esfuerzo que tendrá su recompensa forma con la futura sonda europea JUICE (Jupiter Icy Moons Explorer) y quizás, aunque sigue rodeada de numerosos incógnitas y problemas, por una equivalente de la NASA. Ciertamente llegaremos hasta ella, aunque deberemos esperar aún bastantes años.
Pero más allá, alrededor de Saturno, Encelado sigue reclamando nuestra atención a través de la sonda Cassini, cuyos datos una y otra vez apuntan que esta pequeñísima luna de apenas 500 Kilómetros de diámetro podría ser un lugar tan o puede que incluso más favorable para la vida que Europa. Sus espectaculares plumas, formadas de partículas finas de hielo de agua con presencia de sales y compuestos orgánicos, son sin duda uno de los principales descubrimientos de esta sonda desde su llegada hizo pronto surgir la idea de que existencia de un océano de agua líquida bajo la superficie, lo que explicaría además que algunas zonas parezcan mucho más jóvenes que otras, como si existiera un proceso de renovación geológica. Lejos de ser la bola helada sin mayor interés que se podría esperar antes de su exploración ahora entraba en la misma lista de Europa como lugar de interés especial para los astrobiólogos.
Esta explicación no era la única posible, y por ello, en los años 2010 y 2012 la Cassini realizó 3 sobrevuelos (uno sobre el Polo Norte y 2 sobre el Polo Sur) a menos de 100 Kilómetros de altura, con el objetivo de utilizar la propia sonda como un instrumento de medición del campo gravitatorio de esta luna, ya que cualquier desviación, por diminuta que fuera, podría ser detectada mediante el efecto doppler resultante en las ondas de radio con la que esta se comunica con La Tierra. Realmente muy pequeña, del orden de los 0,2-0,3 milímetros por segundo, pero suficiente para mostrar una asimetría entre ambos hemisferios. Más concretamente el análisis de estos datos sugieren que el sur no tiene suficiente masa en su superficie para explicar la intensidad de su campo gravitatorio, por lo que debe haber "algo más" por debajo de ella para compensarlo.
"Los datos muestran una anomalía gravitatoria negativa en el polo sur, que sin embargo no es tan grande como se esperaba según la profunda depresión detectada por la cámara de a bordo", explica Luciano Iess, de la Universidad de Roma La Sapienza y líder del equipo responsable de este anuncio."Por lo tanto, la conclusión es que debe haber un material más denso abajo que compense la pérdida de masa: Agua líquida, aproximadamente un 7% más densa que el hielo. Las perturbaciones en el movimiento de la nave se explican fácilmente con una estructura interna asimétrica, de manera que una capa de hielo cubre el agua líquida a una profundidad de alrededor de 30 a 40 km en el hemisferio sur"
Los científicos estiman, a partir de una comparación entre estos datos y los mapas topográficos disponibles, que este océano se extiende desde el Polo Sur hasta los 50 grados de latitud, con una profundidad de unos 10 Kilómetros. No se descarta aún que pudiera extenderse mucho más, hasta ser global, pero lo cierto es que estas estimaciones encajan mucho mejor con la topografía de la luna, con una superficie meridional con claros signos de renovación geológica y altas temperaturas locales observadas alrededor de las "Rayas de Tigre", las fracturas por donde salen al exterior estos chorros de partículas.
Esto refuerza aún más la idea de Encelado como uno de los lugares más prometedores del Sistema Solar, por no decir que el máximo candidato, tal como explica Carolyn Porco y Chris McKayen en una reciente publicación:"Las plumas permanentes derivan de un depósito de agua líquida bajo la superficie que contiene carbono orgánico, nitrógeno biológicamente disponible, fuentes de energía redox, y sales inorgánicas. No existe otro mundo conocido que disponga de unos indicios de habitabilidad tan bien estudiadas". Y todo ello gracias a una sola sonda, mediante una serie de sobrevuelos y la capacidad de los ingenieros de sacar todo el partido posible a sus capacidades e incluso llevarlas más allá de lo inicialmente previsto. ¿Que nos podría desvelar una sonda diseñada específicamente para estudiar esta pequeña luna? La respuesta posiblemente tardará décadas en llegar, pero deberá hacerlo tarde o temprano. Las posibilidades son demasiado trascendentales para olvidarse de ella.
Una representación del posible interior de esta luna imaginada a partir de estos últimos descubrimientos, con un pequeño océano (o gran lago) extendiéndose bajo el Polo Sur y alimentado los geisers que podemos observar a través de Cassini.
Las "rayas de tigre" y el hemisferio Sur en general presenta una superficie mucho más joven que el Norte, como delata la diferencia entre el número de cráteres entre uno y otro, claramente visible en esta panorámica. Esto encaja con la idea de un océano regional.
Cassini buscó, con una serie de encuentros destinados a medir el campo gravitatorio de Encelado mediante el cambio en su velocidad y su efecto en las señales de radio enviadas a La Tierra,, desvelar detalles sobre el interior de esta luna, con resultados más que buenos. Un ejemplo de como se saca partido a una sonda tan veterana, no específicamente diseñada para estudiar algo así.
Algún día...
Cassini Spacecraft Confirms Subsurface Ocean on Enceladus
Datos de Cassini sugieren que Encélado posee un océano subsuperficial
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