Después de varios aplazamientos, uno de ellos por motivos totalmente ajenos a ellos, Space X afronta ya el tercer viaje de su vehículo (o cápsula) espacial, que se engloba dentro contrato firmado entre esta compañía y la NASA para abastecer a la Estación Espacial Internacional. En su interior 2268 kilogramos de suministros, que serán entregados este próximo Domingo, cuando se acople a ella, inciando una estancia que se prolongará hasta el próximo 18 de Mayo.
A las 1925 GMT, en un clima inestable pero no suficiente para obligar a un nuevo aplazamiento, el Flacon 9R (una versión recuperable del Falcon V1.1) despegaba desde la rampa SLC-40 de la Base Aérea de Cabo Cañaveral, y 8 minutos después Dragón se encontraba ya libre y en órbita. A los 12 minutos se desplegaban los paneles solares, suministrando así energía a todos los sistemas. Posteriormente se abrían las compuertas de los sensores GNC (Guidance and Navigation Control), permitiendo a los sistemas de navegación de la nave actuar. Próxima parada, la ISS.
Entre el cargamento, además de los habituales suministros de comida y equipos, encontramos curiosidades como las piernas del robot Robonaut 2, un traje EMU para actividades en el exterior y diversos experimentos científicos, como OPALS (Un ensayo de nuevas técnicas de transmisión de datos a tierra mediante láser, como hizo recientemente la desaparecida LADEE), VEGGIE (En que se intentará suministrar a la tripulación vegetales comestibles), T-Cell Activation in Space (Estudio de los efectos de la microgravedad en el sistema inmunológico humano) y HDEV (En que se situarán 4 cámaras de alta definición en el exterior de la ISS ara ofrecer vídeo en tiempo real), así como una serie de CubeSats, entre los cuales encontramos el PhoneSat 2.5, que busca comprobar el rendimiento de la tecnología de los smartphons en el espacio. Dragón es ya una realidad a todos los efectos, la primera nave comercial privada que realiza este servicio a la espera que la Cygnus también se asiente.
Otro de los objetivos de este lanzamiento, dejando de lado la propia Dragón, era poner a prueba el sistema de recuperación de la primera etapa del cohete Falcon 9 ideado por Space X, en que se añadieron cuatro patas desplegables con el objetivo de permitirle aterrizar por si mismo después del lanzamiento, algo nunca visto hasta ahora. Una vez completada la separación de la primera fase, esta inició una maniobra de frenado usando tres motores Merlín, a lo que siguió el encendido del motor Merlín central para garantizar un amerizaje suave. Aunque aún deberemos esperar para tener todos los datos parece que la prueba resultó un éxito. El siguiente objetivo es lograr un aterrizaje completo.
En definitiva, y esperando la llegada de Dragón a la ISS dentro de 48 horas, Space X se apunta un nuevo éxito, tanto por el lanzamiento en si como por haber puesto en práctica este novedoso sistema de recuperación. Una compañía con sus luces y sus sombras, pero que sabe venderse al gran público, y lo que es aún más, importante, está haciendo realidad aquellos proyectos anunciados. No podemos hacer otra cosa que esperar con espectación sus siguientes pasos.
Carga y colocación de Dragón en el Falcón 9.
El Falcon 9R con sus "patas" instaladas en la primera etapa del cohete, y que deberían permitirle aterrizar verticalmente después del lanzamiento.
Infografía: La cápsula Dragón.
SpaceX Launches Robotic Cargo Mission to Space Station
Lanzamiento de la nave de carga Dragon SpX-3 (Falcon 9R)
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