lunes, enero 10, 2011

El mundo de Schiaparelli

Mars Express nos muestra nuevas evidencias de la acción del agua y el viento en el planeta rojo.

1877 marcó un antes y un después en nuestra visión de Marte, y es que ese año ocurrió la llamada "Gran Oposición", una aproximación inusualmente cercana que permitió a una comunidad astronómica, ahora ya dotada de telescopios con suficiente capacidad, desvelar detalles de la superficie marciana...poco más que manchas, pero que representaba un salto inimaginable desde la situación no tan lejana en que era apenas una rojiza estrella brillando en la Bóveda celeste. Y entre todos aquellos que buscaron desvelar los misterios marcianos se encontraba Giovanni Schiaparelli.

Este astrónomo italiano cartografió el planeta, levantado lo que puede considerarse el primer mapa marciano, poco mas que lineas y manchas, pero que hay que valorar en su justa medida, pues poco mas se podía pedir con los instrumentos de la epoca. De hecho, con un Marte en el límite mismo de la capacidad de observación de la tecnología de la epoca, apenas podían distinguirse nada más que manchas borrosas...y aquí la mente humana, que busca plasmar siempre formas reconocibles en todo lo que nos rodea, proyectó lo que no existía: Canales.

De hecho Schiaparelli habló de "canali", una expresión que hace referencia a cauces naturales de agua, que es precisamente lo que el creyó ver...sin embargo esta palabra acabaría siendo traducida erróneamente como "canales" en el sentido de construcciones artificiales, tal como pronto se popularizaría. Había nacido la idea de un Marte habitado que durante tantas décadas marcaría las ideas que teníamos sobre el planeta rojo.

Sabemos hoy que Schiaparelli se equivocó, que se dejó llevar por una simple ilusión, pero, paradojicamente, también, aunque fuera de forma accidental, que tenía razón...existieron realmente ríos que recorrieron la superficie en eras pasadas y de los que ahora solo quedan las señales en forma de cauces secos. El no los pudo ver nunca, pues estaban más allá de las capacidades de los telescopios de la época ( de hecho, tampoco de los actuales...solo pueden hacerlo las sondas espaciales que orbitan el planeta) pero terminó acertando en la idea básica.

Y que mejor manera de recordar a este astrónomo que observando la cuenca que lleva su nombre, pues muestra indicios claros de que también aquí el agua dejó su huella e incluso, quizás, formó un gran lago que lleno la totalidad del cráter.

Las fotografías, que abarcan una pequeña parte del noroeste de Schiaparelli, muestran la presencia de sedimentos oscuros, una clara señal de la presencia de agua en el pasado, ya que presentan la misma morfología que se puede observar en el fondo de los lagos secos en la Tierra. De hecho las señales de erosión tanto por el fluir del agua como del efecto del viento son claramente visibles, mostrando que el planeta rojo no siempre fue el lugar que es hoy día...y que la imagen que tenia Giovanni Schiaparelli de Marte quizás no se alejaba tanto de como realmente fue el planeta rojo hace ya millones de años.

Un mapa topográfico de esta región de la cuenca Schiaparelli, marcando en azul las zonas más profundas y en blanco las más elevadas.

1) Depósitos de sedimentos, posiblemente transportadas y depositados por el agua.

2)Efectos de la erosión del viento y del agua, que se aprecia aquí en forma de afilados contornos.


3)Crater de 42 Kilómetros de diámetro situado en la parte interior del borde de Schiaparelli, en cuyo interior los sedimentos forman una especie de bancal en la zona norte y una estructura con forma de delta en la región central. Los sedimentos más ligeros, arrastrados por el viento, se acumulan sobre la pared sur del cráter. 


La cuenca de impacto Schiaparelli, de 460 Kilómetros de diámetro, en su conjunto, y las zonas observadas por la Mars Express en esta serie de fotografías.

Una visión en perspectiva.

El Marte de Giovanni Virginio Schiaparelli.

La acción del viento y del agua, todavía patentes en el cráter Schiaparelli

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