MAVEN será lanzada hacia Marte tal y como estaba previsto al ser declarada "excluida" del actual cierre gubernamental.
Una pequeña luz de sentido común en la tormenta del absurdo en que viven los EEUU desde hace unos días, y que está arrastrando a la NASA, declarada de forma difícilmente comprensible como una institución "no esencial", a una actividad mínima, apenas la necesaria para salvaguardar la seguridad de los tripulantes de la ISS. Una situación que amenazaba con retrasar varios años, si no directamente provocar su anulación, de la siguiente sonda exploradora marciana, ya casi lista y que debía partir a finales de Noviembre. Algo carente de toda lógica, tanto desde el punto de vista científico como económico, además de tremendamente dañino para el prestigio de la institución y del propio país.
Demasiado para que alguien no moviera pieza. Y así lo acaba de hacer la NASA, que analizó a fondo la misión MAVEN, determinando que cumple los requisitos establecidos por la conocida como Anti-Deficiency Act, una legislación promulgada por el Congreso de los Estados Unidos para evitar la asunción de obligaciones o desembolsos que excedan de los importes disponibles en créditos o fondos, para concederle una excepción de emergencia, permitiendo reanudar los preparativos.
Los argumentos utilizados son, por ello, de carácter económico y técnico: Esta sonda es necesaria para asegurar en el futuro que se dispone de un relé de comunicaciones con Curiosity y Opportunity, función que actualmente realizan Mars Odyssey y Mars Reconnaissance Orbiter (además de la europea Mars Express), aún plenamente operativas pero ya veteranas. Por tanto, para asegurar los activos invertidos en ambas misiones de superficie, y teniendo en cuenta que no existe actualmente ningún proyecto orbital marciano por parte de la NASA después de la propia MAVEN, es necesario que sea lanzada tal como está previsto.
Un retraso en la fecha de lanzamiento por más de una semana después del final del período nominal, o incluso un aplazamiento hasta 2016, implicaría un gasto de combustible adicional para entrar en órbita, lo que impedirá que llevara a cabo su misión científica y operar como relé por un tiempo significativo. Finalmente un aplazamiento de 2 años significaría un gasto de cientos de millones de dólares solo para almacenar a la MAVEN y el cohete Atlas V durante ese espacio de tiempo.
En resumidas cuentas, y aunque sea por criterios más económicos que científicos, la preparación para el lanzamiento, suspendida desde el cierre del gobierno de los EEUU, se reanudará con vistas al 18 de Noviembre, tal como estaba previsto.
Mención aparte merece el equipo humano detrás del proyecto, y que desde el principio han manifestado su disposición a trabajar lo que haga falta, incluso turnos dobles durante 7 días a la semana para llegar a tiempo. Y, lo que aún merece un mayor reconocimiento, sin ser remunerados, al menos de momento. Para ellos, y también para nosotros, su mayor recompensa será ver a MAVEN partiendo hacia el planeta rojo, dejando atrás todos los problemas políticos que a punto han estado de impedirlo.
Opportunity y Curiosity, y la necesidad de disponer en el futuro de un relé de comunicaciones en lugar de las ya veteranas Mars Odyssey y Mars Reconnaissance Orbiter que permita sacar el máximo partido a ambos rover, uno de los argumentos utilizados para autorizar el lanzamiento de MAVEN.
Aunque tanto Curiosity tiene capacidad de comunicarse con La Tierra por si mismos, el utilizar algunas de las sondas en órbita permite una mayor transferencia de datos sin gastar tanta energía. Con una flota actual ya veteranas, MAVEN deberá garantizar que esto sigue siendo posible durante los próximos años.
NASA's MAVEN Mission Spared from Shutdown
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