martes, enero 28, 2020

Terra incognita

Viajando a las regiones desconocidas del Sol.

Nos preparamos para adentrarnos en una "terra incognita". Así define uno de los integrantes de su equipo científico, Daniel Müller, la aventura de la Solar Orbiter, cuyo lanzamiento es ya inminente. Y no le falta razón, ya que la sonda tiene como una de sus objetivos principales, cuando no el central, alcanzar a estudiar los polos del Sol, terreno poco conocido. Ahora se quiere cubrir ese hueco con una misión extremadamente ambiciosa. Veamos el motivo de que sea tan importante.

Para prepararse para la llegada de tormentas solares, los científicos monitorean el campo magnético del Sol. Pero cuanto más inclinado es el ángulo de visión, más imprecisos son los datos. En especial la visión lateral que tenemos de los polo desde el plano eclíptico donde habitamos deja grandes lagunas."Son particularmente importantes para que podamos crear modelos de con mayor precisión",explica Holly Gilbert, científica del proyecto de la NASA. "Para pronosticar estos eventos, necesitamos un modelo bastante preciso del campo magnético global del Sol". Es decir, superando el "vacío" que supone observar a nuestra estrella desde la Tierra o cualquier observatorio orbital.

Estudiar los polos solares podría dar sentido a enigmas centenarios. En 1843, el astrónomo alemán Samuel Heinrich Schwabe descubrió que la cantidad de manchas solares aumenta y disminuye en un patrón repetitivo. Hoy, lo conocemos como el ciclo solar de aproximadamente 11 años en el que el Sol cambia entre el máximo solar, cuando las manchas proliferan y se muestra activo y turbulento, y el mínimo solar, cuando en general está más tranquilo. "Pero no entendemos por qué son 11 años, o por qué algunos máximos son más fuertes que otros", explica Gilbert. Observar los campos magnéticos cambiantes de los polos podría ofrecer una respuesta.

No será la primera en intentarlo, ya que la Ulysses los sobrevoló en tres ocasiones, pero nunca se acercó más que la distancia de la Tierra al Sol, y su equipo de instrumentos, solo le permitía medir el ambiente inmediatamente alrededor de sonda. La Solar Orbiter no solo pasará mucho más cerca, por dentro de la órbita de Mercurio, sino que está mucho mejor equipado. En definitiva, se espera llegar donde esta veterana y ya desaparecida sonda nunca pudo soñar hacerlo. Es un viaje hacia lo desconocido.

Viaje a lo desconocido.

La Ulysses fue la primera en mirar hacia los polos del Sol, aunque a gran distancia.

New Mission Will Take 1st Peek at Sun’s Poles

sábado, enero 25, 2020

Aquellos que caminan en la luz

Cuanta atrás para el lanzamiento de la Solar Orbiter

La sonda Parker sigue adelante con sus zambullidas en el duro entorno de nuestra estrella, cada vez más cerca, cada vez más duro, pero pronto dejará de estar sola en su viaje. Es una misión diferente, con otros objetivos y capacidades, realizando aproximaciones más moderadas al fuego solar, "solo" algo más cerca que Mercurio, pero la base última es la misma, conocer como funciona esa esfera que nos ilumina, la más cerca estrella alrededor de la cual orbitamos y de la que dependemos.

En Febrero despegará, desde Cabo Cañaveral, la sonda Solar Orbiter, un proyecto de la Agencia Espacial Europea con la colaboración de la NASA, iniciando así su largo viaje. Una vez desplegados sus paneles solares y instrumentos, tendrá por delante una serie de rápidos encuentros con Venus (dos veces) y la Tierra (en una ocasión), hasta Noviembre de 2021, cuando termine la "fase de crucero" y inicie su misión propiamente dicha, que tendrá su primer gran momento en Marzo de 2022, cuando se sitúe a un tercio de la distancia entre el Sol y nuestro planeta, un primer paso al que seguirán otros aún más cercanos. No es como la Parker, pero como es la ideal para sus objetivos.

Un elemento clave es la fuerte inclinación de su órbita. Además no será fija, sino que los parámetros orbitales se irán cambiando para ampliar el rango de exploración, utilizando para ello Venus, al que la sonda visitará cada pocas órbitas para aprovecharse de su tirón gravitatorio para modifica su trayectoria, aumentando su inclinación en cada uno de los encuentros, cambiando con ello la perspectiva con que observe al Sol. Se espera que una vez la inclinación supere los 33º con respecto al plano de la eclíptica (donde se sitúan los planetas principales) la Solar Orbiter tenga visión directa de los polos, uno de sus objetivos principales.

Aunque no afrontará la prueba extrema (y finalmente mortal) de la Parker, soportará temperaturas máximas de 520 grados centígrados, complementado con regalo de un aluvión de radiación intensa,  por lo que el cuerpo principal de la sonda y sus instrumentos más sensibles estarán protegidos detrás de un escudo de titanio, que siempre mirará hacia el Sol. Será un encuentro cada cinco meses, unos 180 días terrestres, y sus datos, combinados con los de la sonda de la NASA, se espera que ayuden a comprender mejor los mecanismos que rigen nuestra estrella, entre ellos, y vital para nosotros, como se desencadenan fenómenos como las fulguraciones solares o los eyecciones de masa coronal.

Se inicia la cuenta atrás para que el segundo viajero del Sol, un nuevo paso en nuestro camino para comprenderlo. Y es que pese a todo, aunque sea la brillante fuente de vida para la Tierra, muchas son las sombras que le siguen rodeando.

La Solar Orbiter mantendrá una estrecha relación con Venus, al que visitará en numerosas ocasiones para ir cambiando su órbita y aumentando su inclinación.

La Solar Orbiter, construida por Airbus, en sus pruebas finales antes del lanzamiento.

El laborioso despliegue de la sonda una vez lanzada.

Camino al Sol.

Flying solo 

viernes, enero 24, 2020

El vuelo de Calipso

Viajando a bordo de la Starliner.

No son pocas las compañías privadas que están afrontando el reto de abrir las puertas del espacio, y aunque siempre pensamos en Space X, cosa compresible, tenemos otras que están avanzando a su ritmo y superando etapas de forma lenta pero imparable. Una de ellas es Boing, que busca competir con ese gigante con su propia nave orbital tripulada, capaz de transportar astronautas hasta la ISS, y que es conocida como Satarliner. Y la primera de ellas, conocido como Calipso, realizó el 20 de diciembre su primer vuelo espacial.

No fue un éxito completo, ya que debía alcanzar la estación espacial, cosa que finalmente no consiguió debido a un problema técnico que le hizo quemar más combustible del previsto, lo que no dejó suficiente para que sus impulsores pudiera elevar la órbita y realizar las maniobras de atraque. En este primer intento tuvo que conformarse con entrar en órbita y regresar después a casa aterrizando de una pieza en el desierto de Nuevo México, lo que no es poca cosa, ya que demostró ser capaz de salir al espacio, orbital la Tierra, entrar en la atmósfera y tocando tierra suavemente y mostrando que su sistema de frenado y paracaídas también a superado su primer desafío serio. Queda el "pero" de se fallida llegada a la ISS, pero una vez sea corregido no parece que exista obstáculo para su puesta en servicio.

Como forma de celebrar el nacimiento de este nuevo jugador espacial, tenemos ahora la oportunidad que acompañar a Calipso en su viaje desde el interior de la propia nave, un pequeña aperitivo de su futuro, así como una forma de conocer como verán y sentirán los futuros tripulantes. Unas escenas de belleza sobrecogedora, llena de peligros, pero que merece la pena vivir.

La Calipso sobre el cohete Atlas V.

Starliner, la familia de naves tripuladas de Boing.

Regresando a casa, sin haber llegado a la ISS, pero demostrando ser capaz de viaje al espacio y regresar de una pieza. En la primera imagen se ve como se desprende del escudo térmico, que la protegió durante la entrada en la atmósfera.

sábado, enero 18, 2020

El que vivió a la sombra del Hubble

El telescopio espacial Spitzer llega al final de su vida.

Siempre vivió eclipsado por el Hubble, infinitamente más famoso entre el gran público gracias a sus maravillosas fotografías del Universo, hasta el punto que posiblemente la mayor parte de la gente nunca conoció su existencia. Y sin embargo, para los astrónomos, era igual de valioso, o quizás más, ya que su rango de visión, que abarcaba el espectro infrarrojo, permitía ir mucho más lejos que su compañero, adentrándose en regiones inaccesibles en rangos de luz visible. Una larga vida, muy superior a la prevista gracias a su excelente construcción y inventiva de sus técnicos, pero que finalmente llega a su conclusión.

El 30 de Enero Spitzer enviará sus últimos datos astronómicos y de ingeniería, para acto seguido dormirse para ya no despertar de nuevo. Habrán sido 16 años de actividad constante, rompiendo los 2-3 previstos inicialmente, superando limitaciones y el agotamiento de sus reservas de helio líquido, responsables de mantenerlo suficientemente frío para observar el tenue "calor" del Universo, pero que pudo superar gracias al desarrollo de un sistema alternativo de enfriamiento pasivo, que le permitió mantenerse a -246 Cº, más "caliente" que antes (-271), pero aún así suficiente para seguir siendo operativo en muchos campos de observación. Hasta ahora. Llega la hora del adiós.

Y lo hace habiendo realizado innumerables avances. Las observaciones de cometas y plantas tanto cercanas como lejanas han establecido que el material que los componen es similar en toda la galaxia. Ha permitido dar forma  a nuevas ideas sobre cómo nacen las estrellas, y mirando hacia el universo mas distante, ha revelado cientos de agujeros negros masivos que acechan en la oscuridad.

Antes de Spitzer todo lo que sabíamos sobre exoplanetas provenía de observaciones indirectas, pero en 2005 detectó la primera luz llegada directamente de uno de ellos, utilizando esta capacidad para aprender algo sobre sus condiciones ambientales, como es la temperatura, lo que permitió más adelante establecer modelos climáticos. Incluso fue capaz, en los de mayor tamaño y condiciones más extremas, detectar cambios en su meteorología, todo un hito."Nadie tenía idea de que Spitzer podría estudiar directamente los exoplanetas cuando lo diseñamos", explica Michael Werner, científico de la misión "Cuando los astrónomos planearon las primeras observaciones, no teníamos idea de si funcionarían. Para nuestro asombro y deleite, lo hicieron". Y nunca debemos olvidar que suyo fue el descubrimiento del sistema planetario TRAPPIST-1, el mayor conjunto de mundos terrestres en una misma estrella jamás encontrado, fue suyo.

Se termina así una era, uno de los grandes nos abandona, entre la tristeza de ver partir a un explorador que nos ha dado tanto y la esperanza de que otros lleguen para ocupar su lugar. Vivió a la sombra del Hubble, pero para todos los que amamos la exploración espacial brilló con luz propia, quizás incluso más brillante.

Spitzer, desvelando el Universo en el infrarrojo.

Imágenes para la historia, un legado extraordinario de este telescopio espacial.

El pequeño coloso.

NASA Says Goodbye to One of Agency's Great Observatories

Sixteen Images for Spitzer's Sweet 16

viernes, enero 17, 2020

El sonido de la tormenta

La sonda Parker "escucha" a nuestra estrella.

Sigue la aventura solar de la primera misión destinada a la exploración cercana de nuestra estrella, a la que sobrevolará en trayectorias cada vez más cercanas para adentrarse en sus misterios, en los mecanismos que rigen su actividad, y, en definitiva, aquello que la hace comportarse como lo hace. Y es que lejos de la idea que podamos tener viéndolo en nuestro cielo azulado, que puede transmitir una sensación de estabilidad y actividad sin sobresaltos, el Sol sigue unos ciclos que estamos lejos de comprender. De ahí la necesidad de este tipo de misiones, y más para una civilización tecnológica tan dependiente del espacio.

Tiempo habrá, cuando toda la información reunida sea analizada, para estudiar a fondo los resultados, pero mientras eso llega podemos disfrutar de pequeños "regalos" de esta sonda única. Uno de ellos el tener la oportunidad de "escuchar" a las partículas que proyecta el Sol hasta las profundidades del Sistema Solar, el viento solar, que lleva soplando desde hace varios miles de millones de años de forma interrumpida, con sus momentos de mayor intensidad, con sus tormentas, con la fuerza de la juventud en sus inicios, con la engañosa calma de la estrella madura que es hoy día. En definitiva, escuchar el sonido de la tormenta.

¿Y como es posible, si hablamos del espacio? Evidentemente no es sonido como tal. Si las fluctuaciones en la presión del aire en nuestro mundo provocan vientos que generan las olas en los océanos, los cambios en los campos eléctricos y magnéticos pueden provocar ondas que atraviesan las nubes de electrones, protones y otras partículas que forman el plasma que se aleja del Sol. Las partículas pueden montar estas ondas de plasma de la misma manera que un surfista monta una ola oceánica, impulsándolas a velocidades más altas.

Es solo un símil, pero permite entender como funciona el instrumento FIELD, capaz de captar la interacción entre estas ondas y partículas, como escucharíamos las olas del mar. Y en cierta forma es lo que tenemos aquí, el océano estelar rugiendo bajo la furia de una tormenta que nunca termina.

Los sonidos del Sol.

Parker Solar Probe Team Hears First Whispers of the Solar Wind’s Birth

miércoles, enero 15, 2020

Cuadros de rojo y blanco

Una hermosa vista de los vientos marcianos.

Marte es un lugar desolado, que nos mataría casi al instante si apareciéramos en la superficie sin protección alguna y sin una buena reserva de oxígeno. Pero al mismo tiempo es un lugar hermoso, lleno de lugares de gran belleza, que sin duda alguna, si en el futuro los humanos ponen el pie en el planeta y lo exploran de forma directa, visitarán. Y quizás nada supera, en ese aspecto, a sus polos, con sus casquetes polares mezclados con la rojiza tierra marciana formando complejos patrones, como si un pintor invisible hubiera pintado sendos cuadros sobre un blanco lienzo. Las imágenes de las diversas sondas en órbita nos lo recuerdan una y otra vez.

Aunque esta panorámica, regalo de la Mars Express, se obtuvo en 2006, que sea relativamente antigua no desmerece su valor. En realidad es tan maravillosa que merece ser revisitada una y otra vez, ya que en ella se concentra todo aquello que hace de los polos marcianos, en este caso el del hemisferio norte, lugares extraordinarios con esa combinación de los trazos blancos de los hielos de agua y las tan características tierras rojizas del planeta, combinado en capas que forman una enorme espiral alrededor del polo, el resultado del lento y laborioso trabajo de los vientos que dominan la zona.

Estos vientos, conocidos como catabáticos, mueven el aire frío y seco cuesta abajo bajo la fuerza de la gravedad, a menudo originándose en áreas de mayor elevación (como glaciares o mesetas cubiertas de nieve) y fluyen hacia áreas más bajas y cálidas. La fuerza de Coriolis actúa sobre ellos mientras se mueven, lo que hace que se desvíen de un camino recto y formen el patrón espiral antes mencionado. Precisamente esos proceso eólicos tan característicos son visibles aquí, en forma de formaciones nubosas y nubes de polvo, desplazándose a través de la orografía de la región, impulsados por los vientos que esculpen este cuadro de la naturaleza. Uno de los muchos que nos tiene reservados el planeta rojo.

La panorámica en contexto.

Stormy activity at Mars’ icy north pole

domingo, enero 12, 2020

Un regalo para Lucy

Un nuevo y inesperado objetivo en forma de luna.

En 2021 está previsto el lanzamiento de una nueva sonda destinada a la investigación de los asteroides, y aunque este objetivo parece ser una repetición de otras misiones, como las de Hayabusa 2 y OSIRIS-Rex, lo cierto es que sus horizontes son mucho más lejanos así como inexplorados: Los troyanos de Júpiter, el cúmulo de estos pequeños cuerpos que acompañan al gigante en su viaje alrededor del Sol, y que podrían esconder respuestas a muchas preguntas, desde la formación y cambios orbitales del planeta hasta el mismo nacimiento del Sistema Solar. Por ello se está planificando una misión tan compleja, de 12 año de duración y la visita de hasta 7 troyanos. O quizás uno más.

Y es que recientemente, en los datos reunidos por el telescopio espacial Hubble, se ha descubierto que Eurybates, el primero y mayor de los troyanos que visitará Lucy tiene un pequeño satélite, lo que añade un objetivo extra para esta sonda. Poco que sabe, aparte de que debe ser diminuto (quizás no mayor de 1 kilómetro), ya que su resplandor en una mínima fracción del asteroide al que acompaña, hasta 6000 veces menor, y aunque inicialmente podían existir dudas sobre su existencias ahora el equipo de misión no tiene dudas sobre ello, aunque esperan extraer más datos que permita ajustar sus parámetros orbitales.

La presencia de un acompañante en Eurybates no es del todo inesperado, ya que "es considerado el remanente más grande de una colisión gigante que ocurrió hace miles de millones de años. Las simulaciones muestran que las colisiones de asteroides como la que creo a este y su familia a menudo producen pequeños satélites", explica Hal Levison, investigador en jefe de la misión Lucy. Con su descubrimiento no se hace sino reforzar esta idea, con la inmensa suerte de que en unos años seremos capaces de verlo y estudiarlo de cerca. Una misión que parece comenzar con la mejor de las suertes. Que siga así.

La casi invisible luna de Eurybates, quizás fruto del mismo impacto que generó a este asteroide. Será el primer objetivo de Lucy, ahora tendrá trabajo doble.

El complejo viaje de Lucy, que visitará a los dos grupos de troyanos de Júpiter, en u viaje de 12 años y más de 6000 millones de kilómetros. Eurybates es la primera parada, donde le espera además este regalo extra.

SwRI-led Lucy mission now has a new destination 

sábado, enero 11, 2020

Monstruos fugaces

Más misterio a uno de los fenómenos más extraños del Universo.

Se las conoce como FRB (ráfagas rápidas de radio), y desde su descubrimiento en 2007 no dejan de romper moldes y confundirnos una y otra vez. Como su nombre indica, son destellos de radio increíblemente fugaces, normalmente de unas centésimas de segundo de duración, pero que tiene una energía asombrosa, equivalente a la que el Sol puede emitir en cientos de años, y pese a toda su magnitud siguen escapando a una explicación definitiva. Más bien al contrario, ya que parecen proceder de todos lados, de diversos ambientes, y aunque la inmensa mayoría son puntuales, al menos se conoce casos donde se repite de forma constante.

Este último caso, que permitió trazar el origen hasta una pequeña galaxia enana situada a unos 3.000 millones de años luz, donde tenía residencia una fuente de radio persistente, quizás una nebulosa, lo que parecía dar una pista, sino de su origen, si del ambiente donde podrían generarse. Otras tres, no repetitivas, también consiguieron ser rastreadas, en este caso gracias a que en su viaje estas emisiones alteran la materia con la que interacciona, dejando un rastro identificable que nos llevó a galaxias masivas. Un "camino de baldosas amarillas" para los astrónomos.

¿La pista correcta? Podemos precisar el ambiente donde nacen? No según FRB 180916.J0158+65, otra de estas ráfagas de radio repetitivas que se conocen desde tiempo reciente, y de cuyo origen el observatorio CHIME acaba de sacar a la luz. Y no coincide en nada con lo que vimos en el caso anterior. En este caso la fuente esta en una galaxia parecida a la Vía Láctea, situada relativamente cerca a escala cósmica (unos 500 millones de años luz), y lo que resulta más desconcertante para los científicos, no parece coincidir con una fuente de radio previa. En realidad sus parámetros no coinciden con ninguna conocida, ni respetiva ni puntual. Todo intento de acotar los ambientes donde nacen salta de nuevo por los aires.

Las ráfagas de radio, tan poderosas como fugaces, siguen retumbando en la bóveda celesta, esquivas a los esfuerzos de los astrónomos para entenderlas. Puede que tengan un origen común, quizás tiene diversas fuentes, o pueden que sea algo que no podemos ni imaginar hoy día. La caza de estos monstruos difusos y esquivos continua.

El punto de origen de esta FRB, una galaxia parecida a la Vía Láctea, donde no se ha detectado ninguna fuente de radio previa.

Origin of Deep-Space Radio Flash Discovered, and It's Unlike Anything Astronomers Have Ever Seen

miércoles, enero 08, 2020

La primera gran presa del pequeño cazador

TESS descubre su primera "Tierra".

Hablar de "mundos en la zona habitable" siempre genera expectación, especialmente cuando los medios lo venden como más de lo que es en realidad, aunque sigue siendo mucho. No, no es que sean lugares llenos de vida como la Tierra, ya que la habitabilidad depende de muchos factores, y no menos importante, de haber tenido una considerable fortuna de que ninguno de los eventos potencialmente letales, como impactos de grandes asteroides, vulcanismo global o una actividad desenfrenada de su estrella, les haya hecho descarrilar, como quizás le ocurrió a Venus y Marte. Significa que esta a una distancia de su Sol dentro de la cual las opciones son más elevada. Y eso, aunque no de grandes titulares, significa mucho.

TESS, el nuevo cazador de explanetas, que tomó el testigo de Kepler en el rastreo del espacio profundo, sigue cumpliendo y superado todo lo que se esperaba de el, y entre sus últimos trofeos se encuentra TOI 700 d, su primera "Tierra". O para ser más exactos, el primer mundo rocoso de tamaño parecido al nuestro y dentro de la zona habitable de su estrella, mucho menor y menos brillante que nuestro Sol. El primer gran trofeo de esta misión, pero esperemos que no el último

El añadido "d" implica que es el tercero del sistema (siendo "a" la propia estrella). El planeta más interno, TOI 700 b, es casi exactamente del tamaño de la Tierra, probablemente rocoso y completa una órbita cada 10 días. El central, TOI 700 c, es 2.6 veces más grande que el nuestro, orbita cada 16 días y es probable que sea un mundo gaseoso. TOI 700 d, el protagonista de esta historia, el planeta más externo conocido en el sistema y el único en su zona habitable, mide un 20% más que la Tierra, orbita cada 37 días y recibe el 86% de la energía que el Sol nos proporciona. Se cree que todos los planetas están bloqueados por mareas gravitatorias, lo que significa que giran una vez por órbita,, como hace nuestra Luna, y que un hemisferio esta constantemente bañado por la luz del día mientras que otro esta sumido en un día eterno.

Como siempre, y nunca se tiene que olvidar, se basan de suposiciones a partir de los datos disponibles, que básicamente se reducen a las fluctuaciones que estos mundos crean en la luz de su estrella cuando pasan entre ella y nosotros. Son los llamados tránsitos y es la base principal en la caza de otros mundos, al menos actualmente. Por ello siempre existe un amplio grado de incertidumbre, y las detecciones se consideran primero "candidatos" antes de pasar, algunos de ellos, al grado de "confirmados". TOI 700 d, cuyos tránsitos se comportan exactamente como esperaríamos de un explaneta, y que además está reforzado por los datos del telescopio espacial Spitzer, parece estar en esta segunda y definitiva categoría.

¿Es TOI 700 d un mundo habitable para la vida tal y como lo conocemos? Es una respuesta imposible de dar a día de hoy, pues sigue siendo un objeto invisible del que solo vemos la sombra que crea. Se han generado numerosos modelos posibles, pero son eso, modelos teóricos. Quizás pronto, con la llegada del tan esperado James Webb, podamos capar su luz reflejada, y con ella analizar su espectro, en busca de indicios de su composición química y, quién sabe, de huellas biológicas. Solo que existan opciones, por pequeñas que sean, de que sea posible, hace que cada uno de estos hallazgos valgan su precio en Oro. Aunque no de grandes titulares.

La familia planetaria de la pequeña estrella TOI 700, una enana roja. El que lleva la denominación d se encuentra en su zona habitable, aunque sea por poco, a diferencia de sus hermanos.

TESS utiliza la técnica del tránsito, que mide las variaciones de brillo de una estrella causadas por el paso de un planeta entre ella y nosotros. A partir del grado de disminución del brillo estelar y los tiempos marcados, se pueden extraer datos como la órbita o el tamaño.

La primera "Tierra" de TESS.

NASA Planet Hunter Finds Earth-Size Habitable-Zone World

sábado, enero 04, 2020

Puerta abierta hacia La Luna y Marte

El Larga Marcha 5 regresa a la actividad.

En 2017 China sufrió un serio revés en sus planes espaciales cuando este cohete lanzadera, el más pesado y de mayor capacidad jamás construido por la nación asiática, fallaba en su segundo vuelo, lo que obligo a cancelar sus vuelos y afrontar una exhaustiva investigación para detectar y corregir los errores tecnológicos que lo llevaron al fracaso. Y eso fue grave porque en este cohete se apoyan los planes a corto y medio plazo, tanto para colocar su propia estación espacial en órbita terrestre como en su ambición para ir más allá y extender su influencia por todo el Sistema Solar. Que regresara en plena forma resultaba vital.

Y esto, finalmente, el lo que ocurrió esta pasado 27 de Diciembre, cuando el Larga Marcha 5, cuando regresó a la actividad lanzando con éxito el pesado satélite de comunicaciones Shijian 5, de más de 8 toneladas. En este caso, pero, el protagonismo no era tanto por esta carga sino por el propio cohete, que de esta forma, con un vuelo perfecto, estar en plena forma y, al menos aparentemente, con sus problemas superados. Con su capacidad de poner en órbita baja hasta 23 toneladas, 14 en una geoestacionaria o 11 en órbita alta y en trayectoria lunar, es el pilar en que se basa todos los planes chinos actuales.

Así lo confirmó Wu Yanhua, director de la administración espacial nacional de china, que confirmó que, después de este éxito, asistiremos a otros vuelos claves del Larga Marcha 5, incluido la sonda Cheng´e 5 a La Luna, la ambiciosa misión a Marte y el inicio de la construcción de la estación espacial Tiangong. Todo ello posible en los plazos previstos gracias a este esperado retorno. El camino de China hacia metas más altas y ambiciosas esta despejado.
El esperado retorno a la actividad de este cohete pesado.

Successful Long March 5 launch paves way for new Chinese space missions

jueves, enero 02, 2020

Postales de despedida

El primer cometa interestelar inicia su viaje sin retorno a las estrellas.

No es el primer ni será el última, ya que podemos estar seguros que infinidad de ellos nos visitado hasta ahora y seguirán haciéndolo en el futuro. Incluso es posible que actualmente los haya a nuestro alrededor, simplemente demasiado lejos y tenues para ser vistos. Por tanto la definición "primero" hay que entenderá bajo un concepto puramente humano, de ser el primero que hemos identificado, con una seguridad casi absoluta, como tal. De ahí su importancia. Es pequeño y no parece diferenciarse, ni en comportamiento ni en composición, de los cometas "autóctonos", pero el saber que proviene de otra estrella, de otro Sol, lo hace realmente especial.

El cometa Borisov, descubierto en su trayecto de aproximación, y cuya velocidad lo hace estar completamente desligado del Sistema Solar, realizó su sobrevuelo del Sol a principios de Diciembre. Un encuentro del que no se estaba seguro de su supervivencia, dado que los últimos cálculos han permitido determinar que es diminuto, apenas unos cientos de metros, con seguridad por debajo del medio kilómetro. Pero lo hizo, y ahora se encuentra ya de regreso a la oscuridad de donde vino. Y es al Hubble al que debemos esto, gracias a las imágenes que nos está ofreciendo de este acontecimiento, antes y después.

"El Hubble nos da el probable límite superior del tamaño del núcleo de Borisov, que es la parte realmente importante del cometa", explica Jewitt, profesor de ciencias planetarias y astronomía de la UCLA. "Sorprendentemente, nuestras imágenes del Hubble muestran que su núcleo es 15 veces más pequeño de lo que las investigaciones anteriores sugirieron que podría ser. Muestran que el radio es más pequeño del medio kilómetro. Conocer el tamaño es potencialmente útil para comenzar a estimar qué tan común tales objetos pueden ser en el Sistema Solar y nuestra galaxia. Borisov es el primer cometa interestelar conocido, y nos gustaría saber cuántos otros hay".

Tamaño, composición y comportamiento son los mismos que los "nuestros", lo que lejos de ser una decepción para los que esperaban algo diferente, resulta intrigante, ya que implica que los mismos procesos que dieron forma a nuestro Sistema Solar, y con ello a nosotros mismos, se dieron en otras estrellas. Y el no sabernos especiales es una puerta abierta a posibilidades infinitas.

A mediados de 2020, el cometa ya habrá sobrepasado la órbita de Júpiter, y lentamente se irá apagando de nuevo, a medida que la disminución de la luz solar haga que las temperaturas bajen cada vez más, hasta dormirse de nuevo, quizás para siempre, quizás hasta el día en que se aproxime a otra estrella.

El antes y después del encuentro de Borilov con el Sol, con las imágenes coloreadas de azul para distinguir mejor los detalles. La franja blanca que vemos en la fotografía de la derecha es la galaxia 2MASX J10500165-0152029.

El fugaz viaje de Borilov por nuestro sistema planeta, tan rápido (unos 170.000 kilómetros/hora) que el Sol no puede atraparlo, solo alterar ligeramente su trayectoria.

Interstellar Comet 2I/Borisov Swings Past Sun