El nuevo rover de la NASA, en cierta forma el hermano mayor de Curiosity, va tomando forma lentamente pero de forma segura. Muchos son los pasos que ya se han completado, pero recientemente fuimos testigos de una transcendental, quizás no tanto por su aportación a la capacidad científica de esta misión, sino por las inmensas posibilidades futuras que se abrirán su cumple su cometido. Volar por los cielos de Marte para ir alcanzando diversos lugares es un sueño para todo explorador.
Y es que en la "panza" del rover habita ya un pequeño pasajero, el primer helicóptero que deberá surcar la tenue atmósfera del planeta rojo. Pequeño, alimentado por energía solar, y sin ningún instrumento científico aparte de una cámara, ya que por encima de todo es una prueba, un vehículo que quiere demostrar su viabilidad, pensado en un futuro de infinitas posibilidades. Tendrá un papel en esta misión, ya que adelantará al rover en su viaje y, desde la perspectiva más amplia que ofrecerá la altura, ayudará en la planificación de su ruta, pero por encima de todo será un éxito si tan solo es capaz de saltar de un lado a otro, aunque solo sea una vez. Lo demás será algo extra.
"Nuestro trabajo es demostrar que el vuelo controlado y autónomo se puede ejecutar en la delgada atmósfera marciana", explica MiMi Aung, gerente del proyecto."Dado que está diseñado como una prueba de vuelo de tecnología experimental, no tiene instrumentos Pero si demostramos que puede funcionar, esperamos con ansias el día en que los helicópteros puedan desempeñar un papel importante en futuras exploraciones del Planeta Rojo". Y si así ocurre, si estamos al principio de algo mucho más grande, sabremos que todo empezó con este pequeño polizón.
El futuro helicóptero marciano, que deberá demostrar la viabilidad de esta tecnología.
El nacimiento de un nuevo explorador.
NASA's Mars Helicopter Attached to Mars 2020 Rover